My Bєαuтιƒuℓ Mιsтαkє®: "¿Crees en los finales felices?" | Harry Styles | Book 1

Cαpιтuℓo 6: Dyℓαn.

Hannah.
            Después de que Harry me presentara por primera vez con Louis, y él se lo llevara a quien sabe dónde de nuestra mesa, no he sabido nada de él, ni siquiera me dijo cuál era su «buenísima noticia». Faltó a nuestra única clase que teníamos juntos este día y me dejo intrigadísima. ¿Cuál sería su buenísima noticia? Todo el mundo sabe que lío es que te comenten algo, pero no te lo digan completo, solo te dejan con la intriga de saber que más y es sumamente desesperante.

         Las clases ya estaban terminando, y yo no lo había visto. Esta era ya la última hora, y él, ni sus luces. Me empezaba a preocupar, él suele faltar a clases, sí, tal vez hasta a todas en un día entero, pero no es tan difícil encontrarlo vagando por los pasillos. Hasta es sínico para ello.

          Sacándome de mis pensamientos, sonó el timbre, indicando la salida.

          —Hannah. Tierra llamando a Hannah. ¿Me estás escuchando? —giré mi cabeza a ver de quien provenía esa voz—. Aquí, a tu izquierda. Hola —agito una mano en saludo.
           —Ah, Emily, eres tú. Hola —sonreí.

            ¿Emily me había estado hablando durante toda la clase? ¿Cuánto tiempo llevaría haciendo eso? Ni cuenta me había dado de su presencia.

         —Sí, soy yo. ¿Que te pasa, Hannah? Estas muy distraída hoy. ¿En qué piensas? O mas bien, ¿en quién? —se levantó de su asiento y guardo sus cosas. Yo hice lo mismo.

          Me despedí de Emily y ambas salimos del salón caminando a distintas direcciones. Yo directamente a la salida, donde vería a Ashley ya.

Casi llegando a la salida, encontré varias personas amontonadas queriendo ver algo. Me acerqué a ver qué pasaba, y cuál será mi sorpresa al ver que era lo que estaba pasando y con quienes: eran Dylan, quien tenía ambos puños apretados en forma de defensa, y Harry, quien estaba tan burlón como siempre. Uno frente al otro, apuntó de crear una pelea. Dylan comenzó. Soltó un punto directo a la cara de Harry.

«Oh, por dios. Oh, por Dios».

Solté un pequeño grito de sorpresa. Pero Harry se hizo levemente para atrás, esquivando casi por completo el golpe, y mandándole uno directo a la barbilla, hiriéndolo más de lo que Dylan a él. Fue cuando reaccioné.

Me abrí espacio entre la bola de gente que había al rededor de ellos, llegando, después de unos cuantos —o bastantes— empujones y pisotones, hasta la parte delantera.
—¡Paren, Paren! —gritaba con todas mis fuerzas pero no recibía resultados. Era tanto el bullicio, que opacaba mi «gran grito».
Me encaminé hacia esos 2 idiotas posicionándome justo en medio de ambos.
—¡Paren esta locura ya de una buena...! —el puño de Harry pasó justo por delante de mi cara, rozándome la mejilla y la nariz, haciéndome callar junto con todo el alboroto que había.
—Hann... Yo...
—¡Cállate, Harry! —estaba tan enfurecida que ni siquiera quería escucharlo.
—Pero yo...
—Hay, Harry, a las mujeres no se les pega ni con el pétalo de una rosa. ¿Qué no te lo enseñaron nunca? Creí que si. —Harry miró a su rival asesinamente.
—Mira —señaló a Dylan con su dedo índice—, hijo de...
—Creí decir que te callaras.
—Preciosa , ¿te encuentras bien? ¿No te ha hecho nada este animal? —dijo alguien a mi espalda intentando rodar mi cintura con su brazo.
—Si, estoy bien. Muchas gracias, Dylan —dije dándome la media vuelta quedando ahora frente a él y deshaciéndome de su agarre—. No es necesario. —sonreí falsamente.
—Hannah, eres tú. —sonrió ampliamente—. Me alegra que hayas intervenido por qué si no le hubiera partido algo más que su labio. —voltee hacia Harry y en efecto, tenía el labio así—. Y el hubiera tenido que ir a un hospital, ni siquiera a la enfermería.
—Sí, soy yo. Y, solo te recuerdo, que él apenas tiene el labio medio roto, mientras que a ti, te sangra la mandíbula. Así que, siendo sinceros, el único que hubiera tenido que ir a la enfermería, hubieras sido tú. Adiós. —agarré de la mano a Harry y me abrí camino entre las personas, dándome cuenta de que ya eran más que hace unos minutos.

Me encaminé hacia la salida, todavía sujetando la mano de Harry, caminando a paso rápido. Quería irme lo antes posible de allí, para poder curar a Harry y ponerme a hacer mis deberes junto con Ashley.

«Ashley» La olvide por completo. ¿Aún estaría allí? Soy la peor amiga del mundo.

—Hannah, Hannah. —dijo deteniéndose antes de salir por completo de aquella bola de personas y poder dar la vuelta por un pasillo, el último que nos separaba de la puerta de salida—. Ahí viene el director, seguro que viene directo hacia aquí, donde es la pelea, y si me ve con en labio roto, sabrá que tuve algo que ver. Y fue muy claro cuando entre a esta escuela: "Primer problema que me des, expulsión segura" —dijo tratando de imitar al director Parmer, haciendo una voz más gruesa. Reí—. No es de risa, es en serio. Me expulsará, y no quiero. Esta es mi última escuela. Me expulsan, y ya valí. No me darán otra. —se movía nerviosamente. Suspiré.

—Se que me arrepentiré. —dije en voz alta, a lo que Harry hizo una mueca de confusión—. Vas a darle la vuelta al pasillo, y esperarás a que este distraído, y saldrás por la puerta principal rápidamente. Lo distraeré.
—¿Qué? ¿Cómo?
—Solo corre. —el director cada vez se acercaba más y Harry seguía intacto en su lugar. Rodee los ojos—. ¡Corre! —me obedeció por fin y yo corrí en dirección del director mientras iba mentalizándome sobre qué iba a hacer. Mi auto mentalidad y carrera, fueron interrumpidas cuando choqué con alguien. Justo la persona que quería ver. Sonreí internamente.
—Director Palmer, que bueno que lo encuentro.
—Ah, señorita Miller. ¿Qué hace aún por aquí?
—Necesito que me ayude con urgencia. Una chica está teniendo un bebe en el baño del segundo piso. Todo está lleno de sangre y la chica grita y grita. Oh, por dios, ¿usted cree que se muera?
—¿Qué? Está bromeando, ¿cierto?
—¿Tengo cara de estar bromeando? ¡Estoy llorando! ¡Juro que está pasando!
—Señorita, Miller...
—¡Segundo piso, vamos! No quiero ver a nadie morir aún, por favooor —alargue exageradamente la 'o'
—Miller, ese truco ya está muy usado. Aunque debo admitir que actúa bastante bien, por un momento hasta me lo creí. Ahora, digame, ¿a quién está encubriendo en esa pelea? No me diga que a la señorita Wood.
—No, Ashley no tiene... ¿Va hacia la pelea?
—Sí, y creo que ya he perdido suficiente tiempo hablando con usted.
—Perdón por hacerle perder su valioso tiempo, director Palmer, pensé que venía al baño del primer piso, y se supone que tengo que cuidar que nadie entre. Con gusto, vaya hacia la pelea. —Me abrí para que pasara.
—¿Cuidar los baños? ¿Por que?
—Por qué ahí dentro están muy ocupadas 2 personitas, y obviamente no quieren que nadie los vea en paños meno... Y creo que he metido la pata. —apreté los ojos con fuerza—. Bueno, ya no lo distraigo más, vaya hacia la pelea. Es por allá —señale mi derecha—, no hacia atrás de mi...
—Gracias por ser tan buena cuidando, señorita Miller. Puede irse.
—Pero... —levanto su mano indicándome silencio, y luego la movió indicándome que me fuera del lugar. A regañadientes obedecí y me encaminé hacia la salida con una sonrisa en mi cara. ¡Había funcionado! No lo podía creer.
—Por lo que veo te fue muy bien. —asentí—. ¿Qué fue lo que le dijiste?
—Digamos que, la psicología inversa, si funciona. Y de maravilla. —le sonreí ampliamente y solté una pequeña risita—. Ahora, vamos a curarte, señor peleas.
—Gracias, señora actuación.