Cαpιтuℓo 4: Cαmєron.

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     —Hey, ¿terminaste la tarea? —me preguntó.
     —¿De qué materia?
    —De cualquiera, me da igual mientras puedas pasarme alguna. —rodee los ojos.
     —¿Nuevamente no hiciste la tarea, Styles?
    —Nop. —movió la cabeza de un lado a otro negando.
       Después de nuestra "presentación formal", como nos gustaba decirle a Harry y a mí, nos hicimos amigos, demasiado cercanos, a decir verdad. Bueno, aunque eso fuera solo hablarnos en la entrada, salida y parte de las pocas clases que compartíamos.
      —Hice toda, así que si te da tiempo de copiarla toda, y no se te olvidó ningún cuaderno, con gusto te la paso.
     —Eres malvada. —sabía a lo que me refería.
       La semana pasada tampoco había hecho la tarea de ninguna materia, y empezó por copiar las fáciles para seguir con las difíciles... Pero olvidó lo exigente que era el señor Sweet, y que nos tocaba clase ese día, así que ni el cuaderno había llevado. El señor Sweet se lo quería comer vivo.
Literalmente.
      —Harry, hola. —dijo Cameron enroscándose un mechón de su rubio cabello.
—Hola, Camila.
—Cameron. —corrigió.
—Oh, cierto, Cameron. Perdón, olvido tu nombre siempre —dijo fingiendo vergüenza, aunque realmente sabía que le daba igual, como la mayoría de las cosas. Reí.
        Ella, Cameron Green, es la chica más "guapa", y popular de toda la escuela. No me caía para nada en gracia, ni siquiera un poco. La odio, y ella me odia a mi, así es esto. Por lo menos nuestro odio es mutuo.
         Cameron iba a responder a mi risa, pero el sonido de la campana indicó que las clases de esta semana comenzaban, y que tenía que callarse para poder ir rápidamente a su clase y dejarme ir a mi también.
         Ahora sí que se salvó por la campana. Fuera lo que fuera lo que iba a decirme, yo le contestaría, como siempre hacia.
        Iba a despedirme de Harry, pero me di cuenta de que ya no estaba a mi lado, así que supuse que su amigo, el castaño oji-azul, había llegado y se había ido con él. Así es siempre: está conmigo platicando muy animadamente, pero llega él y parece como si prácticamente no me conociera. Se siente raro y feo al mismo tiempo.
        Caminé por los pasillos hasta llegar al salón que me correspondía, y al ver varios asientos vacíos, me acerqué a mi asiento favorito: el asiento de exactamente en medio del salón. Ni tan adelante, ni tan atrás, ni tan a la izquierda, ni tan a la derecha, si no todo lo contrario. Dejé la mochila en el suelo, me senté y comencé a sacar cosas de mi mochila. Varios alumnos más entraron al aula, ningún conocido por desgracia. Hasta que divisé una cabellera rubia en el pasillo entre todos los demás que corrían de aquí para allá yendo a sus respectivas clases.
      «Oh, Dios. No, por favor, no. Que esta no sea su clase, que sea la de al lado, o la de enfrente. Realmente no importa mientras no sea esta. No me refería a esto cuando estaba criticando que no había nadie conocido».
       Creo que mis plegarias fueron enviadas, leídas e ignoradas con éxito, porque Cameron precisamente entró a la misma aula en la que me encontraba, con la profesora un poco por detrás. Esta clase no la compartía con ninguna de mis amigas ni amigos, pero que tal con la linda y queridisíma, Cameron. Esta clase no podía ser peor. Y eso que era la primera del año.
        —Hey, tú —escuché al alguien aclarándose la garganta, subí la mirada para ver quién era y a quién se lo decía, para sorpresivamente darme cuenta de que era Cameron dirigiéndose a mi.
        —¿Qué pasa? —le pregunté. ¿Qué podría querer de mi justo ahora?
        —Estas en mi lugar, cariño.
       —No, no es cierto.
      —Sí, sí es cierto.
     —No, no lo es. Ésta es la primer clase que tenemos en esta aula, así que nadie tiene lugar aún. —suspiró.
       —A ver, te lo explicaré en tu idioma. Sé que esta es la primera clase que tenemos en esta aula, pero yo siempre me siento en el centro del aula, que es exactamente el lugar en el que estás, por si no lo habías notado.
      —Déjame te lo explico también en tu idioma. Banca, yo, banca yo. —dije señalando alternativamente lo que mencionaba—. Yo sentada en la banca, tu parada. No me voy a quitar. ¿Lo entendiste o te lo explico mejor? —sonreí sínicamente.
      —Señoritas, tomen asiento por favor. —todos tomaron asiento menos Cameron por supuesto. Estaba decidida a no sentarse hasta sentarse en donde yo estaba—. Señorita, Black, digo, Green —corrigió rápidamente la profesora y toda la clase rió—, ¿podría tomar asiento, por favor?
       —Lo haría con gusto señorita July, digo, April. —sonrió cínicamente. Volvimos a reír.
       —¿Sabía que es de mal gusto que copien sus chistes y no puedan inventarse los suyos propios? —todos guardamos silencio al instante—. Solo tome asiento, por favor, Cameron. En un momento vemos lo de los lugares. —hizo un ademán con la mano, indicándole que se sentara en el asiento libre que se encontraba a mi lado. Resignada Cameron se sentó y al terminar de realizar dicha acción, la profesora dió inicio a la clase.
        —Bien, chicos, como verán, esta es la primer clase que se imparte desde el inicio de curso, ¿no les parece un poco emocionante ser los primeros? —se escucharon algunos gritos al fondo del pasillo, dando a entender afirmación—. Como esta es clase es teatro, una clase extra, por así decirlo, no tendremos mucho que hacer, más que la audición para decidir sus personajes, que cada uno de ustedes se aprenda sus respectivos diálogos, lo cual es individual y el montaje; la obra las empezaremos a hacer mas o menos a finales de este mes y la audición será dentro de 2 clases, o sea tres semanas, para que se preparen y...
—¿Qué obra haremos ahora?
—Como siempre, tan participativa, Cameron. —hizo una sonrisa fingida—. Haremos Wicked. —empezaron a abuchear—. Silencio. Se que muchos tal vez jamás hayan oído de ella ni nada por el estilo, pero puedo asegurarles que les encantará el musical. Es un musical de Broadway, deberían conocerlo de hecho.
¿Escuche bien? ¿Dijo que haríamos Wicked y el musical? Creo que me empieza a agradar la clase más que otras veces.
Wicked es el musical más increíble que existe. Es mi favorito de siempre. Y solo de saber que tenía la oportunidad de poder interpretar el papel de Elphaba me ponía tan feliz. Me sabía todas sus canciones y algunos diálogos, no me costaría tanto trabajo realizar el papel en caso de quedar, claro.
—Bueno, como todos ya saben, siempre la primer clase la usamos para hacer presentaciones, pero veo que son los mismos del curso pasado, así que...
—Podemos usar la clase para ver ya lo de los lugares. —Dijo Cameron y la profesora suspiró. ¿Ven como no soy la única que no la soporta?
—Sí, Cameron, podemos ver lo de los lugares. —suspiró cansada como por tercera vez, y eso que era la primer clase que teníamos con ella en el año.
—Los lugares los elegirán confirme su promedio en esta materia, del último curso. Bien, Dylan, elije lugar.
—Pero el es el peor de la clase. —comentó una compañera.
—Iremos subiendo al mejor, claro está que si alguien con promedio mayor al de él quiere ese lugar, él se tendrá que mover a otro lugar vacío que elija.
—Eso no es justo. —por primera vez estaba de acuerdo en algo con ella.
—La vida no es justa. —Cameron solo se limitó a rodar los ojos.
Y así se la paso, hasta que llegó el turno de Cameron.
—Quiero el... —se hizo la pensativa, pero estaba segurísima de que asiento diría—... centro, profesora. —lo sabía.
Sí, como lo acaban de ver: Cameron es de los primeros lugares de clase. Ella si rompía esa tonta frase que decía que las rubias populares eran tontas.
—Hannah...
—Quiero el...
—Centro. Porque ni esta ni adelante, ni atrás, ni a la izquierda, ni a la derecha, si no todo lo contrario. —repitieron varios de mis compañeros, a lo cual reí y asentí avergonzada.
Sí, como también acaban de ver: yo era de las primeras de las clases, eso siempre me hacia feliz, porque casi siempre nos daban mas privilegios a nosotros.
Cameron y yo siempre estábamos en "competencia" por el primer lugar. Si el primer lugar no era ella, era yo. Y si no era yo, era ella.
—Profesora, pero ambas obtuvimos 10 el curso pasado. ¿Por qué ella eligió después?
—Porque, si no mal recuerdo, tu obtuviste 9.9 pero te lo subí a 10. Hannah obtuvo 10 en promedio general sin que le subiera nada, por lo que ella va mejor que tú.
Me abrí paso entre mis compañeros para regresar al asiento que había tomado desde que llegamos. Cameron me fulminó con su mirada y se levantó resignada del asiento. Si su mirada matara, yo ya estaría más que muerta.

My Bєαuтιƒuℓ Mιsтαkє®: "¿Crees en los finales felices?" | Harry Styles | Book 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora