Capitulo 7

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Narra Karan.

El fin de semana había terminado, y con este, las vacaciones de la pelirroja de Ámbar.

Junto con Peyton habíamos seguido a Cameron y Mariana a su cita del sábado. No habían hecho algo interesante en realidad, aveces Cam tomaba de la mano a Mari pero de ahí en más no pasó algo.
Peyton seguía insistiendo que el pecoso engañó a su mejor amiga pero no teníamos suficientes pruebas de eso, así que no podíamos acusar o sacar conclusiones.

Llegué a la escuela buscando con la mirada a Mariana. Le dije a Peyton que comentaría lo del sábado con la castaña.
Entre al salón en el que sabía, a ella le tocaba clase de matemáticas y ahí estaba, sentada en la tercera banca de la última fila, se veía hermosa concentrada en sus uñas, esto me hacía sentir más patético, nunca supe en qué momento esa chica me había hecho perder la cabeza, simplemente pasó y no lo pude evitar. Y ahora estoy aquí, acercándome a ella para enfrentar lo ocurrido hace dos días.

—Hola...—susurré.

—Hola. ¿Te encuentras bien Karan?—preguntó. Negué.—¿Que sucede?

—Es sobre...¿por que lo hiciste?—la duda se reflejaba en sus ojos.—El sábado...¿por que saliste con Cameron?

—Yo...solo salimos...como como amigos.—decía con la voz entrecortada.

—Mientes.—susurré.—¿Crees que no te conozco? He visto como lo miras. Y no digas que no lo ves de una forma diferente: tus ojos brillan, tus pupilas se dilatan, tu sonrisa se ensancha y juraría que irradias de felicidad.

—¿Que querías que hiciera? He estado enamorada de Cameron desde...¿cuanto, dos años?—lo que dijo se sintió como una apuñalada, sabía que a Mari le gustaba mucho Cameron pero no sabía que dos años.

—Cameron está enamorado de Ámbar. Desde hace tres años.—comente sin piedad. Salí del salón camino a mi clase con los ojos cristalizados por una mezcla de odio, tristeza e impotencia.

Narra Mariana.

Tome mis cosas entre mis manos y me senté hasta el fondo del salón. Cuando mis ojos no aguantaron más, las lágrimas comenzaron a salir como si de cascadas se tratarán. Las sequé bruscamente de mis mejillas con la manga de mi blusa, sin importarme el daño que provoque en mi piel.

Yo sé porque estoy llorando. Sé que es verdad lo que dijo Karan. No soy estúpida, se en lo que me metí el sábado al aceptar salir con Cameron. Sé que el chico de mis sueños está enamorado de otra, pero no pude dejar pasar la oportunidad de estar cerca del chico que más me a gustado.

Soy patética.

Cuando mi mente regreso al salón, toda la clase ya se encontraba en los asientos que les correspondían. Camine de regreso a mi lugar, intercambiándolo con el chico que iba en donde yo me había sentado a llorar como un inútil.

Cameron nunca entro a clase.

Narra Cameron.

Llegué a la escuela temprano, y en lugar de ir a mi clase decidí buscar a mi mejor amigo.
Caminé por todo el edificio, junto con sus jardines y estacionamientos pero no lo encontré. Ahora sí me dirigí a la clase de matemáticas. Vi salir a Karan del salón con los puños apretados y los ojos cristalizados, me iba a acercar pero lo escuche murmurar mi nombre con odio, eso me asustó un poco.

Corrí por el pasillo contrario en el que se fue Karan, como todo un cobarde, llegando hasta el jardín que está atravesando el estacionamiento. Me recargue en un árbol y no pude evitar recordar que, hace mucho, Karan me había comentado que comenzaba a sentirse atraído por Mariana.
Demonios. Soy un idiota. Lastime a mi amigo, ilusioné a una dulce chica y engañe a mi novia.

Tengo dos opciones: dejar a Mari, romperle el corazón, pedirle perdón a Ámbar y esperar que me perdone, al igual que con Karan.
O dejar a mi novia por Mari y que mi mejor amigo me odie.

Sé que la respuesta es obvia. Escoger la primera, sufren menos personas, pero aún así, alguien terminara llorando y eso me hace sentir la peor persona del mundo, probablemente porque lo estoy siendo justo ahora.

Invisible girl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora