Capítulo 4

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Hoy era el primer día.

Después de aquella plática entre él y Genos, Saitama por fin estaba parado en la entrada de lo que sería su futuro empleo... al menos hasta que consiga uno mejor.

La dirección que Genos le había dado no estaba del todo lejos de su casa. De hecho, era en el centro. Podía ir hasta corriendo.

Porque si, no necesitaba gastar dinero en algo tan inútil como lo que es un taxi o autobús... sin embargo, para su mala suerte, era por eso que lo despedían de sus anteriores empleos. Llegaba tan sudado al trabajo que a los clientes o al mismo jefe molestaba.

Solo por hoy no arriesgó y se fue en autobús.

Aunque no iba a negarlo, le gustaba bastante hacer ejercicio. Recuerda que fue una de las cosas que lo ayudó a sentirse mejor consigo mismo cuando estaba en depresión; y desde entonces, no ha parado de hacerlo.
Cierto que hay días donde prefiere no hacer nada, pero no hay un fin de semana en donde no se cansé.

En todo caso, es hora de entrar.

Dio unos pasos al frente y la puerta electrónica se abrió inmediatamente.

—¡Bienvenido!—Se escuchó por parte de una voz aguda. Era un chica quien se encontraba sirviendo un postre a uno de las tantas personas que se encontraban en las mesas.

Exploró con la mirada el lugar. La caja administradora estaba pegada a la pared de la izquiera, y atrás de esta, había una puerta hacía un lugar que él actualmente desconocía. Todo el centro eran los productos que se venderían.
Y en todo el sitio había mesas para la gente que se sentará a comer, siendo atendidos por meseros.

—¿Es un tipo de Café también?—Susurró para si mismo, análisando la situación. Esto no era lo que Genos le comentó... pero bueno, daba igual.

Para ser un lugar pequeño, si que tenían clientes.

Se acercó al chico de la caja después que haya terminado de servir a los que estaban en la fila.

—Disculpe.—Habló.

—¿Qué puedo hacer por usted?—Le respondió, soltando un leve suspiro de cansancio.

—Vengo a por el puesto de cajero.—El chico inmediatamente, abrió los ojos. Eso descoloco a Saitama un poco, ¿Será que no sabía de lo que hablaba?

Será que... ¿TODO FUE UNA BROMA DE GENOS?

—¿Eres el amigo de Genos?—De un momento a otro, este chico de cabellos oscuros, se dirigió a él de una manera menos... educada.
Eso lo desubicó más... pero al menos sabía de lo que hablaba. No fue engañado por un niño de 17 años.

—Si, bueno. Algo así.—Así de "amigo" con todas las letras, pues no. Pero algo parecido.

—¡Garou, tú turno!—Gritó, haciendo que al mismo tiempo, un rubio que salía de la puerta de atrás se sobresaltará.—Sígueme.—Continuó hablando.

—¿Pero que coño..?—Musito el antes nombrado, pues aún no era su turno. Y más bien ¡A él no le tocaba ese papel! Pero, el antiguo cajero fue mas astuto, y antes de que este le dijera algo más, entró, junto con Saitama, a aquella puerta en que el rubio había salido.

A Saitama le sorprendió un tanto, pero prefirió callar.

Al menos descubrió que aquella puerta lo llevaba a una cocina. Y que había otra entrada más, que, al ingresar, este te llevaba a una oficina.

—¡Jefe! Llegó el nuevo ayudante.—Mencionaba sereno, dedicándose a ver al hombre delante suya.

Saitama sudó. ¿Jefe? ¿Cómo sería? ¿Un malote? ¿Un mafioso? ¿Líder de una pandilla? ¿Engreído?
Miles de preocupaciones se presentaban en el azabache, pues ya ha tenido autoridades de ese estilo y... no era nada gracioso.

Pensamiento Suicida (SaiGenos) (¿PAUSADA?)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora