Capitulo 3: "Porque recordé tu nombre"

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Capitulo 3: "Planes Perfectos"

Volvimos al Sunny, después de una larga caminata en la isla, el atardecer bañaba en un color dorado a la cabeza del Sunny, se veía magnífico, supongo que jamás lo había notado por que siempre estaba concentrada en... Mierda... voltee a ver a el espadachín y le sonreí.

-Gracias por el helado... Otra vez. -dije apenada.

-Te dije que no te dejaría pagarlo, -me miró serio. - vaya, me he desconcentrado de mi entrenamiento.

-¿Tú crees? -lo miré chistosa. -Anda, ve a romperte todos tus músculos.

-Ha, ha. -rió sarcástico. -Te veo mañana.

-Aquí estaré. -dije y me despedí levantando una mano en señal de despedida.

Caminé hacía el cuarto de chicas, al girar la dorada perilla me encontré a Nami y Robin con la mirada algo preocupada.

-¿Pasó algo? -dije confusa.

Nami y Robin intercambiaron miradas, Nami decidió hablar:

-Akane... ¿No crees que has pasado mucho tiempo con Zoro? -dijo haciendo breves pausas.

-¿Roronoa? Ehh... sí fui con él a... Un segundo, ¿A qué te refieres? -dije confusa.

-Chosha-san llegaré al punto, no puede estar engañando a Kukku-san con Kenshi-san. -habló Robin.

-¿Engañar? -me reí ofendida. -¡Sanji no me recuerda! Más bien, yo.... yo... -tartamudeé. -Yo... -Aspiré. -¡Le tengo miedo! Al ver sus ojos solo puedo pensar que en cualquier momento puede ¡Matarme!

Hubo un silencio, se escuchaba el viento golpeando las ventanas de vidrio, no hablamos por unos 10 segundos, Nami se recostó en la cama.

-Buenas noches, Akane. -dijo, se acostó en la cama dándome la espalda y se quedó en silencio.

-Voy por algo. -Robin salió de la habitación.

<<¿Qué rayos? >>

Me cambié en mi cama y me acurruqué en las sábanas de seda -que Nami robó. - y me dormí.

Me levanté asustada, estaba sudando, no recordaba mi sueño, salí, necesitaba aire fresco, ¿Qué horas eran?¿ Las 2:00 de la mañana? Estaba oscuro, lo bueno de la noche era que las estrellas se veían hermosas en el cielo.

Caminé hacía la cubierta, para mi suerte, ahí estaba la mesita de madera blanca, pues a Robin le encantaba leer a intemperie, ¿Cómo no hacerlo? La olas si se levantan mucho te llegan gotas que ni para un usuario, molestan, el aire con olor a mar me mataba de alegría, la paleta de distintos azules que coloreaban al mar era como ver un arco iris azulado, y todo decorado con una sombrilla, como sea, al caminar a la mesita, me encontré a Sanji apenas entrando al cuarto de chicos.

-¿Sanji?- llamé su atención, ya no le tenía tanto pavor.

-¿Akane-chan? - se volteó a verme, abrí los ojos y mi piel se erizó, noté que se sobresaltó un poco.

-¿Cómo me dijiste? -tartamudeé.

-P-perdón, me equivoqué de nombre, mi cerebro so-solo habló... -dijo rojo.

-Sanji... -sonreí con los ojos quebrados. -E-ése es mi nombre... -Dije y me acerqué a él.

-¿Qué? -dijo asombrado. -¿Akane-chan? -sonrió con un sonrojo. -Tiene un hermoso nombre. -abrió los ojos y me vió. -N-no llore.

-¿Eh? -dije confundida rato después sentí mi cara húmeda, no eran tantas, pero rápido me quité las lágrimas. -No, no es nada.

No sentía miedo en ese momento, sentía ese sentimiento que el idiota de Sanji me hacía sentir.

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