Capítulo 7.

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No quería admitirlo, pero estaba nerviosa. No sabía la razón, ni mucho menos qué hacer para dejar de sentirse así.

Se dirigió al baño y se lavó la cara y, durante unos largos, segundos se miró al espejo. Era bastante parecida a su difunto hermano, su única diferencia, se podría decir, era la nariz, ella la tenía mucho más fina que él. Pero, en cuanto a rasgos, podrían pasar como gemelos, incluso su manera de mirar era parecida.

Suspiró y aguantó las ganas de llorar. Odiaba sentirse tan débil, sabía que ya era hora de salir adelante, sin embargo, todo su cuerpo y emociones decían lo contrario. Cuánto daría por volver el tiempo atrás, por cambiar sus acciones, por subir a ese auto en lugar de quedarse en casa, enojada con sus padres. Tomó una gran bocanada de aire y salió del baño. Sabía que no podía andar toda la vida lamentándose.

Caminó hacia la última clase del día, la cual también era la única que compartía con sus dos amigas ese día. Tomó asiento en una de las últimas sillas, y allí esperó a que sus amigas llegaran. Ambas chicas se sentaron en el asiento delante de ella, riendo. Era increíble lo bipolar que eran esas dos, una hora se andaban jalando los cabellos y a la otra andaban hablando de lo bella que es la vida.

—¿Cómo les fue?— Preguntó, inclinándose hacia adelante. Sus amigas se dieron la vuelta para quedar frente a ella.

—Solo logré hablar de temas triviales con Yoongi. Ya sabes, es muy reservado en todo— La pelinegra asintió ante la respuesta de Myn. Dirigió su mirada hacia su prima, quien jugaba con sus manos sobre la mesa de Han.

—Yo solo... hablé de cosas triviales, sí, eso también— Asintió tratando de convencerse a sí misma. Las dos chicas miraron a la castaña con el ceño fruncido.

—Escúpelo— dijo Myn, al tiempo que se cruzaba de brazos.

—Vamo' a calmarno'— Han, rodó los ojos y colocó el mentón sobre la palma de su mano, en espera a la respuesta de su prima. —Solo fuimos al tejado y pasamos un buen rato allá. Como en los viejos tiempos—. Se encogió de hombros restándole importancia al hecho de que "ir al tejado" significaba saltarse clases y, viniendo de los labios de "Sun siempre hay que estudiar y debemos ser responsable con lo que hacemos", era como escuchar a Wonwoo decir "te quiero mucho".

—No. No me lo creo— Myn, negaba levemente mientras Han se mantenía con la mirada serena.

—Bien... ¿Qué se supone que hicieron? ¿Averiguaste algo?— Preguntó Han, con tranquilidad.

—¡No le preguntes qué hicieron!— Exclamó Myn.

—Cierra la boca. Sun, habla.

—Si no lo hubiese visto con mis propios ojos, diría que Hoseok está bien. Me trató de la misma manera en que lo hacía meses atrás. Su sonrisa seguía igual, incluso se la lució con sus bromas. Fingió todo el tiempo estar bien. No juzgo el que no lo hayas notado antes, Myn. Es bastante bueno ocultando lo roto que está— La voz se le quebró en aquellas últimas palabras. Hoseok, siempre fue el chico en el que se fijó, nunca hubo otro. Todo el tiempo estuvo para ella, además de sus amigas, era el único que sabía la mayoría de sus secretos. Confiaba en él más que en ella misma y, el hecho de que él no confiara en ella como para desahogarse, la hacía sentir incompetente.

La profesora de historia entró al aula y Sun se volteó a gran velocidad. Sentía ganas de llorar y no quería que la vieran; si había algo que las tres chicas compartían, era el orgullo a la hora de llorar. Han y Myn se dieron una mirada preocupada. Sin importar cuantas veces Myn molestara con los "aléjate de mi hermano", "mantén tus manos lejos de él" y esas cosas, sabía que en el mundo no había una chica más perfecta para él, que su mejor amiga.

Butterfly; Taehyung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora