Capítulo 15.

55 9 9
                                    

Jung Hoseok.

La mirada del castaño estuvo perdida en el pavimento todo el camino a casa de Han. Era tarde, las calles por donde vivía la castaña estaban muy oscuras y él no podía dejar que ella caminara por allí, sola. Suspiró y pateó una pequeña piedra que se encontraba en su camino. Estaba frustrado, enojado y, mucho más aún, triste. Triste por no ser capaz de ayudar a su mejor amigo, por no poder estar allí con él en esos momentos. Era mucho para él. Necesitaba desesperadamente, aunque no quisiera admitirlo, a alguien que lo salvara de hundirse por completo. A alguien que estuviera allí con él, le diera la mano y nunca lo soltara.

El problema estaba en que la tenía. Tenía a esa persona que lo daría todo por él, pero él no se animaba a dar el primer paso, por miedo, porque eso era lo que siempre lo dominaba. Lo dominaba el miedo de no ser lo suficiente para ella, no poder estar cuando ella lo necesite, de ser una carga sobre sus hombres, pero, Dios, la necesitaba tanto. Necesitaba sentirse querido por alguien. No, no es que no fuese querido, pues tenía a su hermana menor, que a pesar de las muchas discusiones, siempre lo amó tal cual era, y tenía a sus amigos, sin embargo, le hacía falta ese tipo de amor incondicional que sólo la chica que estaba con él en aquel momento, podía darle.

La castaña detuvo su andar, dejando que su amigo continuara, hasta segundos después, cuando dejó de escuchar sus pasos. El chico, aún un tanto distraído, enarcó una ceja al ver a Sun parada un par de metros detrás de él.

Su mirada estaba fija en el rostro de Hoseok, sus puños estaban levemente cerrados, y sus labios dibujaban una línea recta en su rostro. ¿Aquello era frustración? No lo sabía, solo sabía que se sentía impotente por ver a aquel chico, cuya sonrisa iluminaba cualquier lugar al que llegaba, con lágrimas en los ojos y las manos dentro de sus bolsillos.

Quería correr hasta él, quería abrazarlo fuertemente y no dejarlo ir, pero era imposible, él siempre terminaba rechazándola. ¿Por qué? Se preguntaba una y otra vez ¿Era por su gran trasero? ¿Porque no era como las demás? ¿Por lo infantil que era o el hecho de que siempre hablaba de lo lindo y perfecto que era Jackson Wang?

El castaño, dio media vuelta para así poder quedar frente a Sun. Quien se cruzó de brazos, conteniéndose de ir corriendo hacia él.

—¿Por qué te quedas allí?— Preguntó, imitando la acción de la chica.

—¿Por qué no hablas conmigo?— Hoseok, enarcó una ceja —Quiero decir, ¿Por qué no me dices cómo te sientes? ¿Por qué guardas todo para ti? ¿Acaso no somos amigos?— "Amigos" era la palabra siempre le había molestado al castaño ¿Por qué solo amigos? ¿Por qué no podía tenerla para él?

—Sí, lo somos— Se limitó a contestar, con toda la pesadez del mundo.

—¿Entonces? ¿Por qué no me dices qué te pasa?

—Sun, ya basta. Vámonos que sabes que esta calle es muy peligrosa— Sun, apretó la mandíbula.

—¿Por qué no confías en mí, Hoseok? ¿Por qué te lo tienes que guardar todo? Creía que los amigos estaban para apoyarse, pero, al parecer, no soy ni siquiera una "amiga" para ti— dijo, haciendo comillas con los dedos, cuando dijo "amiga".

—Sun, cierra la boca y camina— Se dio media vuelta y comenzó a caminar, aguantando las ganas de gritarle todo lo que sentía allí mismo. No obstante, se detuvo cuando no escuchó los pasos de la chica. —¿Te quieres mover?— Se giró.

—¿Por qué, Hoseok?— Insistió la chica —¿Por qué no te desahogas conmigo? ¿Tan poco significo para ti?— Sentía una fuertes ganas de llorar, pero no lo haría; tenía que ser fuerte delante él. Aunque se echara a llorar en cuanto cerrara las puertas de su casa. El castaño, por su parte, al ver las lágrimas que se acumulaban en el rostro de la chica no pudo más, y contestó:

—¡Porque no puedo perderte, Sun! Porque no puedo dejar que veas esa parte de mí que odio. Porque eres la única luz que he conocido en esta estúpida oscuridad en la que vivo. Porque eres lo único que, sin importar lo enojado o frustrado que esté, logra calmarme. ¡Porque significas más para mí de lo que yo nunca significaré para ti!— No, la castaña no pudo contenerse a aquello.

—¡¿Cómo puedes decir algo así?! ¡¿Acaso eres idiota o un jodido aborto fallido?!

—Es la verdad Young Sun, estoy demasiado jodido como para que alguien como tú pueda estar conmigo.

—¡Deja de ser tan idiota, por amor a Dios! No soy una santa Jung Hoseok, y ambos lo sabemos. Nada me hace diferente a ti.

—¡Todo te hace diferente a mí!— Entonces, recibió una bofetada por parte de la chica que, segundos atrás, se había acercado a él.

—Escúchame bien, Jung Hoseok. Si crees que porque todas cosas que nunca me cuentas me importas menos, estás más equivocado que las respuestas de Han en Matemáticas. Me importas, mucho. Me importas más de lo que me gustaría que me importaras. Y sí, digo importar muchas en mi jodido monólogo para ver si, de ese modo, se te mete en la cabeza lo mucho que te quiero y lo mucho que significas para mí— ¿De verdad lo había hecho? ¿De verdad le había dicho a Jung Hoseok, en medio de la calle, en ese momento, todo lo que se estuvo aguantando? ¿Le había dicho que lo quería? Hoseok, por su parte, no supo qué decir, sentía que el corazón se le saldría del pecho en cualquier momento. Sentía demasiadas cosas al mismo tiempo. —Así que, deja de ser tan cabeza dura y confía en mí, aunque sea un momento en tu jodida vida.

—Sun...— No sabía cómo responder a aquello. Le había gritado, justo allí, que lo quería, que lo aceptaba. Pero, ¿Por qué le dolía tanto? La castaña, por su parte, no sabía qué más decir, le había expresado prácticamente todo lo que sentía.

Entonces, sin esperarlo, así, de la nada. Los labios del chico se unieron a los de ella. Fundiéndose en aquel beso que ambos chicos necesitaban. Ella, para sentirse amada, y él, para ser salvado.

S��0�#�

Butterfly; Taehyung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora