Capítulo 19.

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La habitación se encontraba en total silencio desde que el Dr. Choi había cerrado la puerta. Taehyung, se encontraba con la mirada sobre su regazo, jugando con sus manos. En otra ocasión y con otro estado de ánimo aquella escena le hubiese parecido tierna a Han, sin embargo, el enojo y la duda aumentaron al verlo jugar distraídamente.

No comprendía la razón por la que su padre, uno de los empresarios más poderosos de Corea, le había hecho aquello. Es decir, el hombre era una de las personas más importantes de la economía coreana, incluso llegó a estar en las portadas de varias revistas economistas de gran prestigio. Él no tenía necesidad de provocar esa situación, solo le daría un chisme por el que hablar a los editores de las revistas.

Han, suspiró frustrada y se dirigió al sillón que se encontraba a un lado de la camilla, tomó asiento y organizó sus ideas antes de comenzar a hablar.

—¿Me vas a explicar a qué se refería el doctor?— Preguntó calmadamente, mientras cruzaba las piernas para colocarse en posición de indio.

—¿A qué se refería con qué?— Cuestionó Taehyung, frunciendo el ceño.

—No te hagas el idiota, Taehyung, ambos sabemos que no te queda el papel— Han, se cruzó de brazos.

—¿Qué quieres que te diga, Han?— Un suspiro de resignación salió de los labios del castaño.

—Quiero que me digas qué pasó.

—¿Para qué quieres saberlo? Lo pasado es pasado, estoy vivo y eso es lo que importa— Sentenció el chico. Han, frunció el ceño y lo observó detenidamente durante unos segundos.

—¿Qué son esas marcas en tus manos?— Dijo, apretando la mandíbula.

—No son nada. Tengo sueño, Han, quiero dormir— Taehyung, se dio la vuelta y enterró el rostro en la almohada. Llevaba toda su vida intentando evitar ese momento. Dios, ¿Por qué no podía simplemente darle a "Delete" al cerebro de la chica?

La pelinegra, suspiró pesadamente. Dio vuelta a la cama y miró fijamente al chico. Este, tenía los ojos cerrados, claramente fingiendo que dormía. En momentos como este odiaba que Taehyung poseyera una personalidad tan infantil. Solo le daba vueltas al asunto y no hablaba de ello.

—Kim Taehyung— habló Han —O me dices en este momento qué fue lo que ocurrió o te puedes ir olvidando de que alguna vez tuviste una amiga llamada Han Nye — Decir eso le dolía. No quería volver a perderlo luego de tanto, pero, sentía que era la única forma de hacerlo hablar. Tae, por su parte, abrió los ojos de repente y se sentó tan rápido como pudo, provocando un fuerte dolor en su abdomen.

—Han, no puedes hacer eso— Susurró el castaño, observando a Han detenidamente.

—No me dejas opción, Tae. Quiero saber qué pasa. Quisiera poder ayudarte— dijo tranquilamente, sentándose a orillas de la camilla.

—Es que... No entiendes, princesa— Taehyung, apretó la mandíbula. Dios, sí que quería decirle, quería que ella estuviera ahí para él como siempre soñó, pero no podía. No podía arrastrar la única luz que quedaba en su vida a la oscuridad en que se encontraba sumergido.

—Entonces, ayúdame a entender, Taehyung— Continuó la pelinegra —Ayúdame a entender qué está pasando aquí. Ayúdame a ser capaz de ayudarte— El castaño, la miró atentamente. Han, le devolvió la mirada, sumergiéndose en los profundos ojos negros de Taehyung, los cuales la miraban con tanta melancolía y anhelo, que lo único que quería era cerrar el espacio entre ellos.

Se reprimió mentalmente por aquellos pensamientos. No podía darse el lujo de dejar que salieran los sentimientos que hace mucho tiempo había enterrado. No le gustaba Taehyung, ya no era parte de su vida y tenía que aceptarlo.

Butterfly; Taehyung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora