El protagonista de mi propia historia... (Pausado)

Capitulo 11: Mi primera pelea

Paso casi un mes después de todo ese alboroto, como saben, mis primos se fueron de aquí y sin contar las veces que mi papa tiene que viajar para la quimioterapia que por cierto mama lo acompaña, así que mis tardes se han vuelto aburridas con algo de tristeza. No he ido a visitar a los chicos a pesar de que he recibido muchas llamadas telefónicas de parte de ellos pidiéndome que los viviste, siempre respondo que estoy ocupado, mama pregunta ''¿quien era?'' mi respuesta es simple ''numero equivocado''. Tal vez suene cruel y muy malo lo que hago, pero siendo honestos no me siento lo demasiado bien para reír sabiendo que las personas con la cual llevo gran parte de recuerdos sobre mi infancia se han ido muy lejos ¡ya casi ni los veo!. Pero la vida sigue no creen...

--Tocan la puerta de mi habitación--

-¡Pase!

-Ya esta la cena, para que bajes a comer -dijo mama- lávate las manos.

Me levante, fui al baño y me lave las manos, fui al comedor; todo parecía tan monótono, sentarnos en la mesa y no decir ninguna sola palabra por que sabíamos que no había nada de que hablar. Todos eramos concentrados en nuestros platos, hasta que mama decidió romper aquel silencio...

-Dos meses mas y entras al ultimo año escolar mi amor -dijo mientras se dirigía a mi con una sonrisa.

La mire y solo respondí con una pequeña sonrisa fingida.

-Y luego de ese año iras a primer curso, como crecen los hijos -dijo papa tratando de no perder la conversación.

-Ajam -esa fue la única respuesta que di sin levantar la mirada.

A partir de allí no hubo mas conversaciones, fue algo incomodo; terminamos de cenar y todos se dirigieron a sus habitaciones. Me cepille los dientes, me acosté y solo cerré los ojos esperando conciliar el sueño...

-Mi amor ¿puedo pasar? -escuche a mama tras la puerta.

-Si mama -me saque la sabana y me senté para escucharla.

Mama abrió la puerta con lentitud, lo cual hizo que me preocupara.

-Vaya, ya te ibas a dormir -dijo mientras se sentaba en el filo de mi cama.

-Si -respondí- bueno, no tengo nada mas que hacer.

-Esta bien -suspiro. Hubo un pequeño silencio, el cual me hizo sentir incomodo, hasta que mirándome a los ojos me dijo- Entiendo la pena que estas sintiendo cariño -puso su mano en mi mejilla derecha- se que es duro soportar todo esto. Tu papa y yo lo hemos notado. Y he visto crecer a un niño de 10 años con una gran sonrisa en las buenas y malas, y no quiero que desaparezca esa esencia que hay en ti. Entiendo lo muy duro que es para ti no estar cerca de tus primos. Duele, lo se. Pero debes entender que es una decisión de los mayores. Pronto crecerán y podrán reunirse las veces que ustedes quieran, así que no quiero que te sientas triste.

Al oír esto hizo que todo en mi se paralizara, hasta mis pensamientos y sentimientos. No lloraba. Me abrazo muy fuerte al igual que yo a ella. Luego de esto, me beso la frente y se marcho. Me volví acostar pero esta vez me sentí un poco aliviado, mama tiene razón, creceremos y podemos reunirnos las veces que queramos. Yo creo que me hacían falta aquellas palabras tan dulces, eso era lo que necesitaba.

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Abrí los ojos, alce la mirada al cielo, era un día con un clima muy acogedor. Vi mis manos, habían unas cuantas monedas entre ellas. Mire a mi alrededor, todo parecía muy tranquilo; es mas, creo conocer este lugar solo que no lo recuerdo con exactitud. Voltee a ver a mi derecha, al otro lado de la calle para ser exactos, aquella niña de siempre estaba allí, mirándome...sonriéndome. Esta vez la note con mas edad, pero seguía siendo una niña muy pequeña, intente cruzar la carretera, mis pasos eran muy cortos y cuando estuve lo demasiado cerca para poder tocarla, me desperté. Todo era un sueño...el mismo sueño.