Quince

7 2 0
                                    

—Me alegra escuchar eso, porque ahora mismo iremos a decírselo—La voz ronca y profunda de Kourt me recorrió la espalda al mismo tiempo que su aliento.

Entró a la casa y en seguida comenzó a buscar a Dominik. Isa me miró con pánico en la mirada y absolutamente estaba de acuerdo con ese sentimiento, ambos podrían acabar en una pelea que seguramente sería muy difícil de separar, ambos son enormes.
Se encaminó hacia la dirección que el otro chico había tomado seguido por nosotras. Al llegar Dominik estaba de pie intentando voltear las pilas del control remoto, cuando su mirada se encaminó a nosotros se detuvo pesadamente sobre Kourt. El ambiente se tornó pesado y negro y una gran aura roja de furia los rodeó a ambos. Parecían unos perros de pelea intentando ganar el premio mayor.

Dominik dejó el control sobre la mesilla y se acercó tomándome de la muñeca para atraerme hacia él. El ceño de Kourt se contrajo demasiado rudo.
Isa sujeto el brazo derecho de su hermano y lo apretó hasta que él se distrajo un poco.

—Tu debes ser el hermano de Isa—Dominik dijo—Un gusto, Dominik. Novio de Cova.

No hubo respuesta.

No tendió la mano, pero tampoco era de esperar que la tomara sin que fuera para romperla, lo mejor era que se quedaran así, a distancia.

—No, yo soy el novio de Cova.

Las venas en el cuello de Dominik se marcaron siguiendo el camino desde sus manos. Kourt tendría que aprender a controlar las palabras sin sentido que rondaban por su mente en situaciones de presión.
Como si de una película se tratara ambos se abalanzaron repentinamente. De no escucharse ni un solo ruido paso a resonar sus gruñidos y golpes, al igual que sus espaldas estrellándose contra todo en el cuarto. Tome mi cabello entre mis manos estrujandolo frustrada, lo único que podía hacer era mirarlos, pero esto no tuvo que haber sucedido así; no sabía que otra manera pero seguramente la había.
Isa no podía creerlo, con la boca abierta señalándolos acusatoriamente.

—Basta—dije, inútilmente
Continuaron lanzando golpes, sin importarles nada. Y la chica a mi lado iba a entrar en pánico.
—Tranquilos—me acerqué serena—Ya es tiempo de parar.

La última palabra salió como un murmullo de mis labios, un puño arremetió contra mi barbilla haciéndome chocar la mejilla contra la pared.
Una inhalación sonora y femenina fue el último sonido que escuché. Al levantarme con la mano sobre la boca note la sangre brotar, tenían que aprender estos niños. Al mirarlos se señalaban culpándose pero eso sería inútil. Estire mis brazos sujetando a ambos de las orejas, después los gire tomándolos de la nuca, al girar mire la mesa tentada. Dos segundos después sus caras impactaron fuertemente contra la madera, mi nariz susurraba así que me aparté para tomar aire.
Quería a ambos demasiado como para dañarlos, y si no me retiraba terminaría haciendo algo de lo que estaría muy arrepentida.

Isa les trajo bolsas de hielo, y ambos se sentaron a lados extremos del sofá, Isa asustada se había escondido detrás de mí. Daba vueltas por toda la sala, pensando.
La reacción de ambos me había dicho ya que no podía decirles que los quería, aunque fuera diferente causaría la tercera guerra mundial. No quería que siguieran lastimándose y no podía articular las palabras correctas, mis pies comenzaban a doler de tantas pisadas que había dado por la alfombra.
Cuando recién llegue a este lugar pensaba que me merecía el cielo, pero ahora parece que no merezco nada, a ninguno de los dos. Los sentimientos de Dominik son demasiado nobles para ser confundidos además de dañados dejándolo por otro, y los de Kourt son tan apasionados e intensos que podrían causar una desilusión enorme al igual que la peor ira combinada con temperamento horrible. Quería que los dos estuvieran en mi vida sin importar que, pero era completamente consciente que no podía ser así, alguno terminaría odiándome.

—Esto será así...—dejaron su rivalidad rápidamente para observarme como pequeños cachorritos—...los quiero a ambos lejos de mí.

—¡¿Qué?!—se levantaron del sofá gritando e intentando discutir

—¡Silencio!—volvieron a su sitio—Primero, quiero disculparme contigo Dominik por no haberte dicho antes lo de Kourt, no tenemos una maldita relación, pero podría decirse que no somos simplemente amigos.

—Ja.
La arrogante carcajada masculina de el moreno salió de repente, prepotente como todo el tiempo.

—Pero eso no quiere decir que vaya a haber una ahora, con ninguno. Ahora quiero que ambos intenten ser mis amigos, solo eso—la tristeza en mi voz se notó y por poco golpeó a la bebé llorona que quería salir

—¿Seguiré durmiendo contigo?—preguntó Dominik

—Pensé que estabas mudándote—no era la única mentirosa por aquí

—Estaba—jugueteó

—Estás—gruño Kourt

Al fondo, Isa rodó los ojos.

—Te daré otra habitación, pero buscaras nuevo departamento. Eso es todo.

Y sin esperar otra pelea salí de allí camino a mi casa, tal vez había sido demasiado estupido dejarlos en la misma habitación. Pero de verdad los quería lejos, a Kourt lo seguiría viendo en el colegio y a Dominik en casa pero supongo que necesitaba un terreno neutral, y el Dragon's era el lugar ideal.

Después de regresar a casa por Widow llegue al maravilloso local con olor decadente en la costa. Extrañaba mi pequeño pedacito de mundo. Todo seguía como la última vez pero todavía faltaba a alguien que no había visto en un rato. Corrí escaleras arriba y pude visualizar a la única persona que realmente importaba. Roboto lanzaba dardos en la esquina del fondo mientras los demás estaban del otro lado del cuarto. Salté sobre su espalda y a pesar de su sonrisa, su gesto seguía un poco arrugado. Molesto.
—Hey. ¿Qué pasa?—pregunté quitándome la chaqueta

—Nada—volvió a girarse a la pared
Le di una pequeña patada en el trasero que hizo que se tambaleara un poco.
Me miró molesto y siguiendo acerco sus manos a mis costados para hacerme cosquillas. Las patadas y los gritos empezaron pero por supuesto que nadie se metería, era algo común entre nosotros.
Cuando por fin se detuvo pude tomar un poco de aire.
—Solo dime por qué estás tan tenso—apenas se logró escuchar entre carcajadas
En seguida irguió su espalda con expresión fría. Sentí tristeza, no quería a Roboto así, a mí me gustaba su sonrisa.
Era un chico rudo y muy fuerte pero sabía que se guardaba demasiadas cosas, además de mí no tenía a nadie con quien desahogarse. Escondía su ternura en lo más remoto de su personalidad pero ahí estaba, mi hermano mayor. No lo era de sangre pero la vida lo había escogido para mí, y felizmente lo iba a cuidar.
Pesadamente se dejó caer a mi lado, palmeando sus rodillas.
Tomó aire.
—Últimamente no no hemos visto mucho.
—Si...—melancolía
—Sabes que no digo esto muy seguido pero, te extraño.

Su mirada de cachorro ocasionó que mis ojos se llenarán de lagrimas, de inmediato lo abrace. Yo también lo extrañaba.

Después de unas horas subimos mi motocicleta a la parte trasera de su camioneta para ponernos en marcha hacia su departamento. En el camino le conté lo que había pasado últimamente y estuvo demasiado de acuerdo en que necesitaba mantenerme alejada de ambos, aunque también que si yo estaba verdaderamente consciente de que si ya no sentía lo mismo por Dominik no podía estar con el, por otro lado no le agrada mucho Kourt. Es entendible. A mí todavía no me agrada de momentos.

Donga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora