Diamante es una chica de 16 años, con una vida normal, una familia normal y unas amigas normales.
Hasta que un día de verano, paseando por la playa a la luz de Luna, extrañamente mas grande y brillante de lo normal, algo sucede...
Desde ese moment...
Volví a brillar, y a quedarme "sin ropa", para acabar transformándome en una científica extremadamente protegida para los productos químicos. Salí del baño y me acerqué muy despacio a la puerta de la que provenía el humo.
Habla Viana: Había quedado hace media hora con Diamante, cuando era la hora, estaba recogiendo todo el material cuando entró una mujer que según ella era una profesora la cual iva a remplazar a la que tendría que estar porque según ella estaba enferma. Me di cuenta de que prácticamente no sabía nada de ciencia, eso me extrañó pero le resté importancia. En ese momento fue hacia uno de mis compañeros, lo agarró del hombro y lo apartó bruscamente de su sitio, para después ponerse ella.
-¡¿Qué está haciendo!? -¡¿No lo ves!?, ¡arreglarte este desastre de experimento! -¡Pero si hace eso...!
No le dio tiempo a acabar la frase, cuando de pronto, de ese pequeño cilindro de cristal, empezó a salir una enorme columna de humo, que no tardó en extenderse por toda la clase, hasta dejarnos casi sin oxígeno. Vi como mis compañeros se caían dormidos uno a uno, y cuando empecé a sentirme cansada, agarré un pañuelo de seda, que tenía en mi mochila y me lo até al rededor de mi nariz y de mi boca, impidiendo que de momento respirara ese humo. La profesora empezó a reírse a carcajadas, a la vez que se quitaba la bata de laboratorio y dejaba a la vista su cuerpo semi desnudo. Ella era completamente de color granate, con un enorme reloj blanco tapándole el pecho, y una mini falda también blanca, al igual que la otra, en vez de pies tenía zapatos de tacón. Me escondí debajo de una mesa, a la espera de que alguien entrara y así poder salir corriendo.
Habla Diamante: Todos estaban dormidos, lo único que se oía era esa maléfica risa, la cual no me recordaba nada bueno.
-¡¿Quién eres!? -Soy Rubo, ¡¿y tu, niñata!? -Tengo que transformarme, pero si lo hago, corro el peligro de dormirme yo también, ya que no tendría la protección. - (pensé) - -¡Heooo!, ¿estás sorda o qué?, pues pronto lo estarás.
Juntó sus manos y formó una esfera de energía, me la lanzó, pero por suerte la logré esquivar a tiempo, golpeó una pared, la cual se volvió de color rosa, la toqué extrañada y esta se pudrió al instante.
Habla Viana: Acababa de entrar una hermosa científica, super protegida, al parecer sabía lo que estaba pasando aquí, sigo sin saber quien es esa tal Rubo, solamente se que por alguna razón que desconozco tiene que cojer el cristal lunar que guarda nuestra super heroína Sailor Moon, no se que es pero parece importante. Mientras ellas "discutían" aproveché para salir por la puerta sin ser vista y me dirigí corriendo al baño mas cercano.
Habla Luna: Hacía ya un buen rato que Diamante había salido del baño para dirigirse a la clase de donde provenía el humo. Aproveché que ya se me habían pasado los efectos del humo que había inhalado para levantarme y salir del baño lo mas rápido posible, pero no me dió tiempo a hacerlo, ya que justo en ese momento entró una bonita chica, con el pelo de color negro azulado, estaba muy alterada y le costaba respirar.
-Tal vez debería decirle que todo va a ir bien, se supone que no puedo ir por ahí enseñando a los humanos que puedo hablar, pero esta es diferente, su energía no es 100% humana. Tal vez debería arriesgarme y mostrárselo... - (pensé) - -Hoooo, que gatita tan mona -¿Mona? Lo siento chiquilla pero yo no soy mona. -¡¡¡Aaaaa!!!, ¡¿hablas!? -Ufff, otra igual ¿a caso no lo ves?, por cierto me llamo Luna. -¡Pero es biológicamente imposible! -Ya ves que no, pero vallamos a lo importante, te voy a dar un pequeño cetro, el cual te dará poderes para acabar con el humo y así ayudar a Sailor Moon a derrotar a Rubo. -Sigo sin entender nada, ¿a caso eres una gata mágica o algo así?, ¿y, quién es Rubo? -¡No hay tiempo!, ¡aquí tienes!, adelante Sailor Mercury.
Salté lo mas alto que pude, di una voltereta en el aire, mientras hacía eso unos polvos brillantes caían de mis patas, juntándose y haciendo aparecer un pequeño y bonito cetro dorado, con un círculo en la punta, y en el medio una mini esfera también de oro con el símbolo de Mercurio.
Habla Viana: Esto es muy raro, una gata que habla y que además me dice que soy una tal Sailor Mercury, y que tengo que ayudar a Sailor Moon a derrotar a Rubo, que se supone qus es esa mujer que ha dormido a todos mis compañeros, me da un poquito de miedo, así que voy a hacerle caso. Agarré el cetro
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tímidamente y miraba a Luna esperando las instrucciones.
-Tienes que decir: ¡por el poder de Mercurio! -¿Seguro? -¡Qué si!, ¡rápido! -¡Voy, voy!.... ¡por el poder de Mercurio!
Noté como me había quedado sin ropa y empecé a brillar, di unas cuantas vueltas y del cetro salió una cola de agua la cual me envolvió todo el torso y los hombros, los antebrazos hasta las manos y de las tibias hasta los pies, dejé de girarme hasta quedarme de espaldas, brillé aún mas y noté como una onda de energía salía de mi corazón. Mi pelo se había vuelto azul marino, y en mis brazos habían aparecido unos guantes blancos, con una cinta en los codos de color azul, me apareció un mallot de color blanco, de tirantes, con un enorme lazo azul claro, que se posaba en la parte de los pechos, en el plexo solar me apareció una esfera de color azul marino y una pequeña capa marinera de color azul con los bordes de un color azul super claro, también unas hermosas y brillantes botas azules con una tira blanca que se envolvía al rededor de mis rodillas,y una mini falda azul oscuro y por detrás un enorme lazo azul cielo. Por último giré mi cabeza y en mi frente apareció un tercer ojo alargado azul oscuro, y de el salió una diadema dorada.
-¡¡Aaa!!, ¡¿y este traje!? -Es tu traje de Sailor Scout, eres Sailor Mercury. -Tienes que ir a ayudar a Sailor Moon. -¡Voy!
Salí corriendo del baño y me esperé en la puerta de la clase donde empezó todo, a la espera de las instrucciones de Luna. Ella me seguía a pasi ligero por el pasillo, la miré impaciente y ella sorprendida por mis ganas de entrar en combate me dijo lo que tendría que hacer.
-Haber Sailor Mercury... -Ni si quiera te he dicho mi nombre. -Ya se como te llamas, Viana, pero no hay tiempo, tienes que entrar. -De acuerdo, ya me dirás como sabes mi nombre. -Sii, para disipar tienes que decir: ¡burbujas de Mercurio, estallar! -¿Sólo eso? -Si, lo demás te vendrá solo. -Está bien, deseame suerte.
Entré en la clase, ya empecé a notar de nuevo el humo asfixiante y somnoliento, pero antes de que este me afectara pronuncié las palabras.
-¡¡Burbujas de Mercurio, estallar!!
Holaa. Espero que os guste este nuevo capítulo en el que he puesto tanto empeño.
PD: excusa de esta semana... me he liado con las personalidades de cada personaje, esque como pronto vendrán mas, tengo que poner uno sujeto a cada uno.Por ahora, Diamante: una colegiala explosiva, y Viana: la tímida.