Solo recuerda una cosa Rachel, El demonio tiene cara de ángel y tú, has caído en sus redes.
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Una tentación peligrosa, una tentación mortal.
¿Podrás tú resistirte a la desastrosa ten...
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Rachel
Las ramas crujen y el frío acumulado en mis mejillas se dispersa hacia todo mi cuerpo. Ha parado la llovizna pero Jared aún no aparece. Mi móvil vibra en el bolsillo trasero de mis vaqueros e inmediatamente lo confisco. La fotografía de mamá es lo primero en aparecer en mi pantalla bloqueada.
No vengas a casa Rachel, iremos por ti.
¿Por mí? Un presentimiento horrible asalta mi pecho, es una sensación indescriptible, y luego una voz.
«deberías ser más veloz, Rachel»
Observo a mi alrededor y unas ramas crujen tras mi espalda. Observo el lugar sospechoso pero nada se encuentra ahí, sólo árboles. Camino entre el bosque e ignoro el hecho de que Jared me haya pedido permanecer aquí. Es absurdo, ¿por qué tendría que quedarme en un bosque a solas mientras el viene por mí? Seguro es otra de sus bromas de mal gusto. Camino hacia la carretera pero el constante crujido se mantiene.
«Corre pequeña Rachel, lo hará más divertido»
Esa voz, nuevamente. Observo a mi al rededor pero nuevamente me encuentro sólo con árboles.
«Corre Rachel, corre, el estúpido ruso ya no está para salvarte»
¿Estúpido ruso?
Camino más deprisa, de pronto no distingo que piso ni hacia donde me dirijo, sólo me concentro en llegar a una salida y alejarme de la mala jugada que me está causando mi subconsciente. Distingo la carretera a un par de metros y apresuro aún más el paso pero de pronto algo pesado cae tras de mí y luego, esa voz.
— Te dije que corrieras—giro mi cuerpo por instinto y mis ojos se encuentran con unos ojos familiares. Se parecen al del tal Seth pero estos son aún más deslumbrantes.
—¿quién...quién eres?— mi voz tiembla y el hombre sonríe.
—pregunta equivocada.
Su mano araña mi cuello y expulso un gemido. Mis piernas tiemblan y mis brazos lentamente se desvanecen hasta que caigo al suelo; inerte, insegura, absolutamente desprotegida. Los árboles a mi al rededor se desvanecen poco a poco y el rostro de mi agresor también, cierro los ojos debilitada sólo logrando escuchar los gritos de Jared.
«Sálvame», pienso. Antes de perderme en absoluta obscuridad.
•••
Mi cuerpo tiembla, y mis brazos se aferran a un cuerpo aún más frío que el mío. Abro los ojos desorientada y lo observo. Su barbilla sombría y tosca, su nariz grande y puntiaguda, su cabello negro como el carbón no podrían ser si no de Jared. Camina a través de una casa hasta que deposita mi cuerpo sobre una cama. Observo la habitación pero no la reconozco ni soy capaz de hacerlo porque constantemente todo me da vueltas.
