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Mira Moon, no sé que estoy haciendo con mi vida.
Hoy, dos años después, sigo sin dejarte ir del todo.
Ahora estudio música en Nueva York, nada que ver con nuestro pequeño pueblo.
Vivo en el desastre constante de canciones sin sentido y chicas sin nombre. A veces me sorprendo a mi mismo buscando tu rostro entre la gente, preguntándome si algún día volviste y se te ocurrió preguntar por el chico al que le rompiste el corazón, bueno, el último al que le rompiste el corazón, enterandote que se mudo a la gran manzana.
Pero como eres Moon, lo más seguro es que estés escalando una montaña o volando en aeroplano. No lo sé. Tal vez estés en un concierto de Shawn Mendes o Maroon 5, incluso en el Tomorrowland.
Tal vez nadas con tiburones o caminas en el corazón de una selva desconocida.
O sólo estés sentada en una banca cualquiera observando a las personas como te gustaba observarlas.
Sigo sin saber nada.
Sigo esperando verte entre la multitud con esos ojos y uno de tus "Hola Riker".
Pero no nos engañemos.
Comparado contigo, Nueva York es aburrido.

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