Capítulo 2

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POV PATRICK

Desperté aturdido mientras sentía algo húmedo pasar por mi rostro repetidas veces.

-¿Qué haces, Rufus?- me quejé mientras cubría mi rostro tratando de alejarme de mi perro-. No, no...-lo sentí saltar al sofá sobre mí y bufé-. Bájate- regañé y me miró mientras su cola iba de una lado a otro golpeando mis piernas. Suspiré y lo acaricié poniéndome de pie para arrastrar mi cuerpo hacía las escaleras que llevaban a mi habitación.

Anoche después de llegar simplemente me tendí en el sofá a mirar la pintura blanca del techo en la soledad de mi casa. Una casa gigante pero vacía.

Por lo menos había tenido un día interesante. Cuando mi padre me llamó después de días solo para decirme que buscase con Robert a Kala en su casa para llevarla a la escuela porque el chofer debía hacer otras cosas, vi mi oportunidad para distraerme un poco y ver a mi pequeña hermana sin tener que ir a su casa y encontrarme al desagradable de su hermano, sin embargo, convencer a Robert que se olvidara de su trabajo como guardaespaldas y me dejase ir solo, fue más que complicado, pero accedió, aunque eso igual me dejaba a un auto negro con dos hombres de traje oscuro siguiéndome a todos lados, de hecho, casi fue increíble que no intervinieran cuando me bajé de mi auto en media plaza solo para ayudar a esa chica.

Esa chica y sus ojos perdidos que me habían perdido a mí a penas la vi, me había dejado tan impresionado que me quedé viéndola embobado mientras sostenía su mano y tocaba su pálida piel. Su sonrisa aún después de pasar por ese momento con ese sujeto era increíble, pero sobretodo su sonrisa a pesar de vivir a oscuras, me dejó pasmado, yo no sonreía casi nunca, pero a ella parecía salirle tan natural que de solo recordarlo mis labios se movían solos a sonreír. Luego la escuché hablar sobre el grupo de apoyo y le brillaba el rostro, ahí decidí que necesitaba conocerla.

Necesitaba a alguien como ella en mi vida. Necesitaba entender cómo es que podía ser tan feliz. Necesitaba un poco de eso y es por ello que la buscaría.

Con ese último pensamiento caí rendido de nuevo en mi cama hasta que la voz de Rosa llegó a mis oídos gritando que bajase a desayunar. Suspiré agradecido sabiendo que sin esa mujer yo era capaz de morir de hambre en cualquier momento, así que cuando mi estómago gruñó ante la idea me puse de pie para caminar al cuarto de baño y luego bajar descalzo hasta la cocina, donde estaba ella y su delantal de flores.

Besé su frente y me sonrió señalándome la encimera donde desayunaba cada mañana mientras ella me hablaba sobre cualquier cosa que pudiese distraerme.

-Pensé que hoy no estarías por aquí- le hablé mientras me sentaba-. ¿Cómo está tu hijo?

-Decidí venir, ya él está mucho mejor, no fue nada grave. Y sé qué sin mí no sobrevives así que no quería dejar a mi niño solo más días- respondió y yo le regalé una pequeña sonrisa mientras asentía.

-Tienes razón, no voy a decirte que no, ya estaba extrañando tus desayunos equilibrados, te decepcionaría saber lo que he estado comiendo.

Sonrió.

-¿Ha venido tu padre?- me cuestionó unos minutos después de mantenerse en silencio y yo negué.

-Tengo días sin verlo- me encogí de hombros-. Debería mudarse definitivamente con Corina, no sé porque sigue fingiendo que vive aquí conmigo cuando no es así.

-Tal vez no quiera dejarte solo, ¿No has pensado en... vivir todos juntos?

La miré perplejo ante esa pregunta y casi me reí de solo pensarlo.

-¿De verdad, Rosa? Tú más que nadie sabe lo difícil que sería eso- respondí mientras tragaba y bebía un poco de agua-. No voy a jugar a la familia feliz con ellos, es decir, no tengo nada en contra de Corina, es una buena mujer, de hecho ni siquiera entiendo como soporta el genio de mi padre, además es la madre de mi hermana y yo a Kala la amo, vivir con ella sería increíble, pero James... me detesta y no podemos vernos sin discutir- negué-. Y de todas formas papá no me lo pediría, él y yo... ni siquiera hablamos Ros, tú lo sabes.

Ojos sin Luz (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora