POV ALINA
Después de que Patrick se fuera ese día tuve que aceptar el tercer grado de preguntas a las que Kary me sometió, hasta que bostecé unas mil veces y se dio por vencida yéndose a su casa. Quise esperar a mi madre un poco más, pero el sueño me venció antes de poder hacerlo, sin embargo, había hablado con ella en la mañana y desayunamos juntas.
Al día siguiente cuando Patrick se presentó en el grupo y luego se ofreció a llevarme a casa y así mismo el día siguiente y el siguiente supe que estaba decidido a permanecer en mi vida.
Solo seguía sin entender por qué Kary había empezado a evitarlo severamente e incluso, parecía desagradarle, pero él no me decía nada sobre eso.
-Podrías conseguir un trabajo... -escuché su voz como respuesta a lo que yo le estaba contando sobre el trabajo de mi mamá y lo que me preocupaba que trabajara horas extras solo para cubrir con nuestros gastos-. O hablar con Rome para que te contrate, lo que tú haces aquí no es cualquier cosa, sé que es un voluntariado pero eres muy buena, además... pasas casi todo tu día aquí.
Asentí dejando los libros de lectura en el armario y tomando mi bolso.
-Ya lo sé Patrick, pero Rome no tiene los recursos para contratar a nadie ahora mismo, está pasando por una crisis financiera y... solo mantiene este centro abierto porque fue una herencia de su padre, pero realmente sospecho que ya no sabe cómo seguirlo llevando- suspiré-. Y con respecto a buscar un trabajo, sé que hay demasiados lugares pero créeme que he buscado y lo he intentado y solo obtengo el mismo resultado- señalé mis ojos-. No me creen capaz de hacer nada- negué-. Así que para no estar en mi casa sola, prefiero estar aquí, además... esto me hace feliz.
-Yo creo que no deberías rendirte- insistió-. Sé que te haría también muy feliz ayudar a tu madre y de todas formas podrías venir aquí los fines de semana o cuando tengas algún día libre- tomó una de mis manos-. Si quieres... yo puedo acompañarte mañana a una empresa cerca de aquí donde supe que están buscando una telefonista, sé que tú puedes hacerlo- se ofreció animándome y yo le sonreí-. De verdad lo creo.
-Podríamos ir- me encogí de hombros pensando en la idea y apreté su mano-. Gracias, Patrick.
-No tienes que agradecerme nada- respondió mientras caminamos juntos a la salida y me ayudaba a subir a su auto. Yo escuché lo que reconocía como su celular sonar una vez más desde hace como cinco minutos que venía haciéndolo-. Es Kala- avisó antes de que yo pudiese preguntar-. Suele llamarme del teléfono de su madre y cuando no le atiendo se pone un poco... -rió-. Molesta.
-Atiéndele- sonreí-. Prometo no divulgar nada de lo que digan en sus conversaciones de hermanos.
-Sé que no- dijo antes de que la voz de la pequeña llenara el auto-. Hola Kal, estaba un poco ocupado, por eso no respondí tus llamadas.
-¡Hola Patri!- exclamó-. ¡Tengo algo que enseñarte! ¿Cuándo vas a venir a la casa?
-Voy a ir pronto- prometió-. Oye, ¿Recuerdas a Alina? La chica con la que estuvimos ese día. Está aquí ahora mismo escuchándote.
-¡Si, la que me dio las galletas!- recordó y yo reí-. ¡Hola!
-Hola- saludé-. Me dijeron que te gustaron mucho esas galletas.
-¡Si, estaban muy ricas!
-Tal vez algún día puedas acompañarme a donde las compré- propuse y gritó eufórica.
Me reí por todo el camino mientras yo sostenía el teléfono y hablábamos con ella.
-Creo que si no hago que vuelva a comer esas galletas no me lo perdonará- dijo Patrick y yo sonreí estando de acuerdo mientras abría la puerta del auto antes de que él lo hiciera por mí-. Yo iba a...
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Ojos sin Luz (Editando)
Teen FictionAlina Kemnis, hija de una enfermera, humilde y trabajadora. A sus 20 años tiene que luchar con la curiosidad y el anhelo de ver el sol por las mañanas, los colores, los matices, los rostros de quienes ama y su reflejo al espejo, siendo eso algo impo...