Estaba aburrido, era un día normal, para un chico normal, pero, algo estaba a punto de suceder, pero no sabía si era para bien, o para mal, lo único que me importaba era que ella estaba ahí, de pie, y como siempre, me helaba la sangre, hacía que el tiempo se detuviera, mi corazón se aceleraba cuando nuestras miradas se cruzaban, de manera tan fugaz, pero tan intensa, que brincaban chispas, no sabía muy bien si de pasión, o de odio...; se acercaba, y cada paso que daba, era un vuelco a mi corazón, me volvía loco el solo verla; ahora está a solo unos cuántos pasos,tenía ganas de abrazarla, besarla, no me podía resistir más, pero entonces... Todo se volvió totalmente obscuridad, pero, su rostro no paraba de darme vueltas en la cabeza.
Ahora mismo, no se ni cuándo, ni por que me empezó a gustar, lo único que se, es que la amo, pero, ¿ella siente lo mismo por mí?... En ese momento, su voz retumbó, se pudo escuchar en todo el espacio-tiempo, y dijo:
-Hmp, ¿en serio?, me das risa, obviamente te amo, pero... Siempre te odiaré...
En ese momento, el espacio en el que me encontraba dejó de ser negro, se resquebrajó esa fina, pero resistente, y aparentemente infinita tela negra, se agrieta ese vacío, y puedo observar un rayo de luz cegador, al cual, le sucede el rostro, de ella, de... De mi perdición, de... Sarah, me observa, y de nuevo, todo se vuelve espesa obscuridad...
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Illa, meos casus.
Short StorySi en realidad supieses lo dañino que puede llegar ser tu placer, aún a costa de los demás... ¿aceptaría, mi señor, sacrificar a los demás a cambio de su placer? Bueno... No lo sé... Claro que sí, sólo si los demás a los que sacrifique no son tú...