Capitulo 4

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Tan solo nos despedimos, pero no dice mas palabras. Queda retumbando en mi mente, su "muchas gracias", estoy tumbado un rato en mi cama y sigo pensando en eso. Cada vez me desespero mas, no entiendo el porque, sigo pensando en una chica de la que ni siquiera se su edad y mucho menos su nombre. Esto me esta frustrando tanto, tan solo quiero levantarme de la cama y ponerme a estudiar.

Paso estudiando casi toda la noche, esta vez me he concentrado mucho en mis estudios y por lo tanto, no he tenido cabeza para pensar en otras cosas, solo que debo estar pendiente del reloj para recoger a mi madre.

Camino por un pasillo oscuro, hay muchas puertas y cada vez que camino hay mas, empiezo a correr y logro alcanzar la ultima puerta, al abrirla hay alguien que esta de espaldas, se gira y no puedo ver que es la chica de antes, esta vez me sonríe, su sonrisa es tan delicada, que hace que mi corazón comience a latir. De repente me señala a la pared y hay un reloj, al mirarlo no puedo reconocer que horas son.
Me despierto algo agitado sobre mis cuadernos y joder me he quedado dormido, pero miro al reloj de mi pared y es justa la hora de ir por mi madre. Tan solo agarro las llaves y me pongo mi chaqueta, tomo mi casco, el de mi madre y voy por la moto.

Siento como si me estuvieran vigilando desde la casa de aquella chica, cuando miro a la ventana, logró ver que la cortina se ha movido y no me asusta en lo absoluto, simplemente me causa gracia. Me subo a la moto y voy en camino.

...

Cuando regresamos a casa, mi madre entra a la casa y la sensación  de antes vuelve, giro mi cabeza lo mas rápido que puedo y de nuevo, la cortina se ha movido. Esta vez no me hace gracia alguna, simplemente me parece algo extraño.

-Hijo ¿quieres contarme algo?- mi madre esta en la cocina esperándome.

-¿De que quieres hablar?- cruzo mis brazos y me recuesto un poco en la mesa de la cocina.

-Pues de como ha sido tu día, o si conociste alguna chica o...

-Estuvo bien para ser el primer día y si, conocí muchas chicas.- levanto mis cejas repetidamente, causándole gracia a mi madre.

-Hablo de una en especial.-

-Madre, estoy algo cansado, hablaremos mejor este fin de semana ¿vale?- me rasco la nuca, intentado dejar la conversación de lado.

-Esta bien, prometido.-

-Prometido.- levanto mi mano y me despido de mi madre. Ella se va a su habitación igual.

Entro a mi cuarto y esta tal como lo deje, me acuesto en mi cama y me quedo profundo.

No estoy soñando nada, pero puedo sentir la presencia de algo en mi habitación. Me despierto pero no abro mis ojos. Todavía puedo sentir esa presencia y me levanto tan rápido como puedo. Alcanzo a ver una sombra en mi habitación oscura, y no recuerdo haber apagado la luz, veo que se dirige a la ventana y logró llegar a ella. La persona que esta ahí, se queda quieta, y puedo escuchar como su respiración agitada.

-Quédate ahí, de nada sirve huir.- le digo con tono amenazante.

Me dirigió hacia el interruptor y enciendo la luz, me giro y puedo ver con claridad la persona que está ahí.

La Chica Del AntifazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora