Ausencia.
Me encanta la palabra ausencia,
lo que no me gusta tanto,
es que tú le des sentido.
Pero da igual, me estoy acostumbrando a que me faltes,
me estoy acostumbrando
a este juego torbellino
de querernos y odiarnos,
de acercarte y alejarte,
de cogernos de la mano y pisarnos los pies.
Se empieza a hacer normal esto de fingir la sonrisa,
y hacer el imbécil para ocultar mis carencias,
lo de matarme poco a poco con mis propios insultos,
lo de recurrir a otro tipo de anestesias.
Ya no me sorprende verte en todas las canciones,
vislumbrar tu figura en cada esquina,
imaginarte al otro lado de la calle con tu sonrisa,
que los espejismos se conviertan siempre en espinas.
Le he cogido cariño a esto de querer ahorcarme con tu pelo,
a correr y no moverme del sitio,
a que nunca estés cuando te necesite
a no tener ni puta idea de si me quieres.
Me estoy acostumbrando a cada clase de dolor,
(porque eso no significa que no duela,
y duele más que nunca.)
Simplemente me estoy acostumbrando.
Ausencia.
como me gusta la palabra ausencia,
pero por favor,
deja de darle sentido.