Capítulo 39

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Habían pasado ya dos meses desde esa terrible noticia. Al parecer Eder ya no me dolía como antes. Mi interés en el se iba perdiendo, aún que había veces en los que los recuerdos me atacaban y me sacaban una que otra lágrima.
Manuel ha hecho bien su trabajo, pero no aún no es el momento de cantar victoria. Faltaban tan sólo tres meses para irme a la Universidad y para que Eder se casará. Vaya, todo iba tan rápido, ya casi se hacía un año desde que todo término. Tal vez no fue mucho el tiempo que Eder y yo estuvimos juntos, pero para mi fue como una eternidad, o tal vez sólo fue el tiempo necesario para darme cuenta de que el era esa parte favorita en mi vida, ese recuerdo inolvidable y ese suspiro que me robaba el aire.

En fin, aún no tenía claro dónde quería estudiar aún.
Esté día Delten no había asistido a la escuela, quizá estaba enferma. Así que iría a verla. Tome el bus que me dejaba enfrente de su calle.
Llegue y toque la puerta varias veces. Hasta que al fin abrieron.

-Hola señora Parker, ¿está Delten?

-Cecia, querida. -Me abrazo. -Claro que si. Esta en su habitación. Está muy enferma. Pero anda, pasa.

-Muchas gracias Señora. -Sonreí.

Me dirigí a su cuarto. Abrí sigilosamente y ahí estaba ella. De verdad estaba muy enferma. Estaba más pálida que un zombie.
Me acerqué, deje mis cosas en el suelo.
Al verme, ella sonrió.

-Cecia, ¿que haces aquí?

-Vine a verte. Vaya chica, ¿que comiste que te ha dejado más pálida que una mujer recién aliviada? -Ella río.

-Tonta. Pues no tengo idea, pero desde ayer empecé. Y si estoy así, es por que todo lo que como, vuelvo del estómago.

-Que mal. -Saque mi celular y entre a la cámara. -Hey, sonríe. -Tome la foto.

-¿Tan asquerosa me veo?

-No, sólo lo suficiente para espantar hasta el chico más feo. -Ella volvió a reír.

-Eres muy graciosa, eh.

Me quedé un largo rato ahí con ella. Platicamos, jugamos y hasta me quedé a cenar.
Después de todo, me despedí de mi mejor amiga y de sus padres. Llame al Christopher, el chofer de mi padre.
Llegó por mi en menos de lo que esperaba. Llegue a casa y me baje, pero no sin antes agradecerle a Cris.

Espere a mi Padre. Cuando llegó lo abrace.

-Hola Papa, ¿como te fue?

-Muy bien princesa. ¿Y a ti?

-Genial. Sólo que Delten no fue hoy, esta enferma. Tan sólo mirala. -Le mostré la foto que nos habíamos tomado. El río.

-Vaya que si. Bueno hija, estoy muy cansado. Que tengas linda noche. No duermas tan tarde. -Me dio un beso en la frente y se fue a su habitación.

Ambos nos fuimos a nuestras habitaciones. Encendí mi computadora y entre a mis redes sociales después de mucho tiempo. Entre al perfil de Eder, y en su biografía tenía unas fotos con Sofía y su hija. Al ver esas fotos sentí como un nudo en la garganta. Enseguida apague la computadora y me quedé dormida.
Era viernes, pero no la verdad no tenía planes para el fin de semana.
Estaba cansada, pero la verdad no tenía sueño. De pronto sonó mi celular.

[Llamada de Manuel]

-Hola...

-¿Que pasa?

-Nada. Quería escuchar tu voz.

-Tonto.

-Oye, mañana se compromete mi primo, ¿quisieras ser mi acompañante?

-¿Hablas enserio?

-Si, ¿por favor?

-Esta bien. ¿Que debo llevar?

-Nada, eres hermosa por naturaleza.

-Jajaja, ya basta. Entonces, ¿a que hora pasas por mi?

-Paso por ti a las ocho en punto.

-Va

-Esta bien. Descansa. Que tengas linda noche.

[Llamada terminada]

Vaya chico. Debo admitir que en mis momentos de locura, si me había imaginado algo así. Pero no pensé que se sintiera tan lindo. Tenía el pequeño presentimiento de que podía volver a sentir algo por Manuel. Sólo que no quería apresurar las cosas, había momentos en los que aún sentía presente a Eder. Me costaba tanto hacerme a la idea de que el por fin formaría una familia.

Al día siguiente, antes de que mi padre se fuera, tenía que pedirle permiso para acompañar a Manuel hoy. Baje al comedor donde ya se encontraba el. Me acerqué, le di los buenos días y le di un beso en su mejilla.

-Hola Papi. -Sonreí.

-¿Ahora que quieres? -Río.

-Papá. ¿Por que piensas que quiero algo?

-Te conozco pequeña, te conozco.

-Bueno, esta bien. Manuel me ha pedido que sea su acompañante esta noche. Su primo se compromete, y quiere que yo lo acompañe, ¿Me das permiso? -El levantó las cejas y miro su plato.

-¿Pasará el por ti?

-Si.

-Esta bien. No llegues tarde. Y espero que el te traiga. Ve y comprate algo. Quiero que te veas hermosa. -Sonrió y me entregó su tarjeta.

-Gracias Papi, eres el mejor Papá del mundo. Te amo.
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