Me Gusta Un Hombre Mayor

Capítulo 24

Una semana después...

Con toda honestidad no me sentía del todo cómoda y conforme, pues eran tantas las circunstancias que la verdad no tenía ni la menor idea si esta "relación" podría durar. Me siento totalmente culpable y muy mal por salir con alguien mayor que yo a espaldas de mi padre, cuando se suponía que estoy aquí para estudiar, y claro que eso hago, pero no se.

Estaba en mi habitación y Eder tal vez estaba en su oficina. De pronto escuche el timbre sonar, y baje en seguida.
Al abrir la puerta me lleve la gran sorpresa al ver a la misma mujer que había venido a buscar a Eder aquella vez. Y sin antes invitarla a pasar, ella entró como si nada, gritando el nombre de Eder a todo volumen.

-Claro, pasa. -Murmure.
-¿Donde esta Eder?
-Trabajando, ¿se te ofrece algo? -Exclame.
-Ya son dos ocasiones en las que vengo, y resulta que nunca esta. Pero bueno, ¿Tu quien eres? ¿Y que haces aqui?
-Cecia, Novia de Eder.
-¿Novia? -Soltó una pequeña carcajada.
-Si.
-Al parecer nuestro rompimiento le afectó mucho. Tanto que tu eres el claro ejemplo de el. -Dijo.

Yo no respondi absolutamente nada a su absurdo y tan dolido comentario.
De pronto inesperadamente llego Eder.
Al verme sonrió, pero cuando vio a Sofía su sonrisa desapareció en cuestión de segundos.

-¿Que haces aquí? -Dijo el.
-Vaya, hasta que te veo nuevamente. La razón por la cual estoy aquí es muy importante.
-Pues tendrá que esperar. Hoy mo tengo tiempo. Cecia, arreglate, te tengo una sorpresa. -Sonrió.

En seguida Sofía me miro con tanta furia, que rápidamente salió sin decir nada.

Salude a Eder, y en seguida subí hacia mi habitación. Entre a la ducha. Termine y busque entre mi armario.
Encontré un vestido color blanco con lunares negros, y me puse unas balerinas color negras con brillos. Cepille mi cabello, y medio lo peine, me puse un poco de maquillaje y un labial color Rosa. Tome mi bolsa de colgar, y baje lo más rápido.

-Estoy lista. -Sonreí.
-Pues andando. -Me tomó de la mano llevandome tras de el.

Llegamos hacia su auto y el me abrió la puerta, entre en el auto y después el hizo lo mismo. Después de haber entrado y antes de irnos, el me dio un suave y tierno beso en la frente.

-¿Te he dicho lo preciosa que eres?
-Lo haces todo el tiempo. -Sonreí y coloque mi mano sobre su mejilla, y deslizaba suavemente mi pulgar de arriba hacia abajo.

El inserto la llave y arrancó.

-¿Y cual es la sorpresa? -Lo mire.
-Es sorpresa, no puedo decirte. -Dijo sin nisiquiera mirarme.

Lo mire irónicamente, y dirigí mi mirada hacia la ventana.
Después de unos largos minutos de camino, llegamos un parque super grande y bonito, lleno de flores y con un gran lago. Eder detuvo el auto por ahí cerca. Bajo del auto y se dirigió hacia mi puerta, la abrió y me tendió la mano ayudándome a salir.

Salimos del auto, y me tomó de la mano. Al otro lado del parque se veía algo que iluminaba. Eder sacó una pañoleta y con ella me vendo los ojos.

-Eder, ¿que haces? Voy a caerme.
-Tu tranquila, sólo dame la mano y camina.

Seguí sus órdenes algo preocupada a caerme. Nos detuvimos. Y lentamente empezó a quitarme la pañoleta de los ojos. Cuando mire lo que había, me quedé super sorprendida, era una mesa, super adornada, y rodeada de torchas (como velas gigantes) y en la mesa había un enorme ramo de rosas blancas con un corazón formado de rosas rojas en medio. Todo era perfecto.
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