Después de un largo rato mi Papá llegó.
Ambos estábamos en el sofá platicando. Me pare a prepararle un café y deje mi celular en el sofá. Justo donde estaba el.Cuando llevaba el café de mi Padre, el tenía mi celular en sus manos. Me miro con tanta frialdad.
-¿Papá?
-¿Puedo preguntar que era realmente lo que hacías haya en New York?
-Iba a mis prácticas. ¿Por que lo preguntas?
-¡Deja de mentirme por favor! ¿Puedes explicarme por que Eder te escribe "amor" "princesa" y tienes más de 20 llamadas perdidas de el?
-Papá... -Una sensación de nervios se apoderó de mi.
-¿Como es que aun tienes el descaro de llamarme así? -Lanzó mi celular al sofá con tanta fuerza. -No se siento pena o vergüenza por ti.
Al oír esas palabras las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas una vez más.
-Te juro Cecia, que desde este momento tu ya no existes para mi.
-Papá, dejame que te explique.
-¿Que me expliques que? ¿Que tuviste algo que ver con el maldito ese? ¿Que mi hija a la que presumía con tanta dignidad y orgullo me ha decepcionado? -Su mirada estaba llena de ira. -Me das vergüenza. Ni por que he gastado miles en tus estudios. Ten por seguro que Eder va arrepentirse se esto.
-Papá, ¿como puedes decirme eso? Soy tu hija.
-¿Mi hija? Mi hija no se hubiera metido con un hombre mayor que ella. Por favor desaparece de mi vista.
Esas palabras eran lo último que necesitaba. Subí corriendo a mi habitación y nuevamente me hundi en mis lágrimas. Sabía que esto llegaría a pasar, pero soy una estúpida. A pesar de saberlo, quise tomar el riesgo. Y salí perdiendo de ambas formas.
Mi padre me odiaba, para el yo ya no existía. Creo que no había nada más feo que eso.
Me levanté y tome algunas de mis cosas. Eran las doce de la madrugada. Tome un taxi y di la dirección en donde mi madre vivía.
Cuando llegue no estaba su auto. Toque la puerta varias veces, pero nadie respondía. De pronto un chavo por ahí y se detuvo.-¿Buscas a la Señora Leila?
-Si, es mi mamá.
-Que mala suerte tienes. Tu mamá se fue de vacaciones apenas hace dos días.
-¿De verdad?-Si.
-Entiendo. Gracias.
-Ah, por cierto. No te recomiendo que camines sola por estos rumbos. Es muy peligroso.
-Gracias.
Ya nada me importaba. Así que seguí caminando sin saber exactamente a donde iba.
De pronto escuche detrás de mi unos pasos. No quise voltear. Seguía caminando y la sensación de que alguien me seguía aumentaba cada vez más. Voltee rápidamente y si. Alguien estaba siguiendome. Comencé a caminar más rápido. Pero esa persona iba al mismo paso que yo. De pronto sentí cuando me tomó del brazo. Grite suplicando que me soltara, pero todo era en vano. Por más que pedía ayuda nadie llegaba. Cada vez me forsejeaba más y de pronto ese tipo de me dio una cachetada. Me golpe tan fuerte en un poste que poco a poco a fui perdiendo el conocimiento.Desperté y estaba en un hospital. No recordaba tan bien lo que había sucedido. La enfermera se acercó hacia mi.
-Hola, ¿como te llamas?
No respondí. No tenía ni las más mínimas ganas de hablar con alguien.
-Es necesario que nos digas tú nombre. Hoy en la madrugada un señor te encontró. Entiendo que no quieras hablar, pero al menos dinos si tienes algún familiar a quien podamos llamar?
-Delten. Es mi mejor amiga.
-¿Puedes darnos su número?
Comencé a dictarle lentamente el número de Delten. La enfermera salió de la habitación y supongo que la habrá llamado.
Después de un largo rato Delten llegó.
Ella me miro y rápido de acercó.-¿Que te paso? -Sus lágrimas caían. -¿Estas bien?
-Eso no importa.
-Cuando venía para acá, le avise a tu Padre, pero el sólo respondió con un simple "Yo no tengo hija". ¿Paso algo?
-Se entero de todo. Vio los mensajes y después de eso me dijo cosas tan feas. Claro, no podía esperar una felicitación de su parte. Y desde ese momento el me desconocido como hija. Me sentía muy mal, así que fui a casa de mi Mamá. Era muy noche, ella no estaba, y cuando venía de regreso alguien comenzó a seguirme.
-Cecia, sea como sea, tu vida fue puesta en juego.
-¿Y que importa?
-Puedes irte a mi casa, en lo que regresa tu Mamá. Claro, si tu quieres.
-No quiero molestar.
-No lo harás. Mis padres estarán felices.
Eres mi mejor amiga, y por nada del mundo te dejaría caer o te dejaría sola.
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Me Gusta Un Hombre Mayor
RomanceCreo que a todas nos ha pasado, que nos enamoramos de alguien mayor. Lamentablemente aveces la diferencia de edad no nos permite estar con esa persona. O a veces es el simple hecho de que esa persona nos ve muy menores y no nos presta el menor int...