Volando alto (VCLN2)

#6: Dejada de lado

Mis labios se abrieron de un segundo a otro, queriendo decir algo, pero no fui capaz de emitir sonido alguno.

¿Qué se debía decir cuando te topabas con el chico del cual te enamoraste en una semana, que luego te mintió y luego te fuiste de la ciudad para no verlo nunca más?

Pues yo, lamentablemente, no sabía qué decir.

Bajé la mirada nerviosa, esperando y rogando que aquel momento que lucía incómodo para mí acabara, yo pudiera ir a juntarme con Álvaro y que Julian... siguiera su camino.

-¿Oriana?- murmuró él escuchándose desconcertado, dando un paso lentamente hacia mí.

Oh, Dios, su voz.

Alcé la mirada, aún sin poder reaccionar totalmente. Sus ojos seguían siendo igual de bellos que antes de irme, sus labios tan irresistibles como la última vez, y mi nombre viniendo de su boca... Había extrañado tanto escuchar su ronca voz.

Luego de dos años de pensarlo, de extrañarlo, de no poder desgraciadamente olvidarlo, verlo frente a mí parecía un sueño, y era un sueño del que no quería despertar porque... era la primera vez en todo aquel tiempo en que se veía real para mí.

-Oriana eres tú- murmuró de nuevo, acercándose más a mí.

No me moví de mi lugar, no lo miré a los ojos y no dije nada. No podía, lo único que lograba hacer bien en ese instante era quedarme totalmente congelada ante su mirada.

Abrí mi boca nuevamente, sintiendo mi garganta y labios secos, y con la esperanza de esta vez lograr decir algo, algo coherente que al menos sirviera para romper nuestro silencio.

Sin embargo, mi voz parecía haber desaparecido al momento en que vi a Julian por la calle, y en definitiva no aparecería otra vez en un largo rato.

Desvié la mirada de él y la llevé al cielo. Seguía nevando, el cielo estaba oscuro, y yo... yo estaba totalmente paralizada, estática. No pensé que el hecho de tener a Julian frente a mí luego de dos años me hiciera tanto efecto.

Un tacto inesperado, suave y cálido entre todo el frío de Londres me hizo reaccionar por fin. Pestañeé un par de veces y procesé todo lo que estaba pasando.

Julian me estaba abrazando. Sus brazos me rodeaban de una forma cariñosa y su aliento chocaba contra mi cuello, era una sensación verdaderamente... dulce, me encanta su tacto, me encantaba estar entre sus brazos.

Escuché un suspiro proveniente de sus labios y luego sentí cómo hundía su rostro cada vez más profundo en el hueco que había entre mi cuello y mi hombro.

-Te extrañé tanto- murmuró acariciando repentinamente mi cabello.

Y fueron esas palabras las que me derrumbaron por completo. Mis ojos se aguaron inconscientemente y solté un sollozo sin siquiera darme cuenta.

Él me había extrañado, yo lo había extrañado. Lo había necesitado tanto, ni siquiera tenía sentido, pero así era. Su rostro, su cabello, sus brazos... Julian me había hecho falta. En dos años basados de pasarela, sesiones de fotos, fama, autógrafos, entrevistas, un novio falso... todo lo que había necesitado había sido cariño, cosa que lamentablemente durante ese tiempo ni siquiera recibí de parte de mi madre.

Y, estar ahí con Julian abrazándome y diciéndome que me había extrañado, me derrumbaba totalmente.

-Yo también te extrañé, Julian- me atreví a murmurar, correspondiendo con timidez el abrazo.

-No tienes idea de cuánta falta me hiciste- rió amargamente mientras me estrechaba más fuerte entre sus brazos.

Cerré mis ojos y suspiré, hundiéndome más en el abrazo. Algo era cierto, que aquel momento acabaría en cualquier momento, pero mientras durara yo estaba bien, me había hecho falta, mucha falta todo ello.