Lamento no haber escrito nada durante bastante tiempo pero no encontraba suficiente inspiración para seguir escribiendo, pero despues de bastaaaante tiempo les traigo el siguiente capítulo de mi historia que comencé hace un año o mas jeje no me acuerdo bien
Estoy abierto a críticas, sugerencias y comentarios. spero que les guste. :)
A la mañana siguiente Alexis despertó sin problemas. Sus heridas estaban parcialmente curadas y se podía mover sin dificultades, le salieron algunos verdugones y cicatrices en la parte inferior de la espalda, los costados y un moretón en la cabeza debido al golpe pero aún estaba vivo... por ahora.
-Buenos días hijo. El desayuno está servido –Dijo su tía desde la cocina
-Gracias tía, ahora bajo –Contestó Alexis
-Buenos días chico, espero que hayas descansado muy bien jejeje
-No molestes ahora maldito demonio –dijo Alexis mentalmente. Se cambió con cuidado y bajó al comedor donde lo esperaban sus tíos y tu prima con una sonrisa más que de alegría era de preocupación.
-Buenos días hijo –Respondió su tío dándole un abrazo con cuidado de no lastimarlo mucho.
-Buen día primito, espero que estés mejor –Contestó su prima cabizbaja.
-Gracias familia por todo lo que han hecho por mí –sonrió Alexis y los abrazo a todos con un poco de dolor pero no le importó. De repente se escuchó el timbre de la puerta y su tía fue a abrir, detrás de la puerta se encontraba Astrid, con una cajita de chocolates. Tenía lágrimas en los ojos pero aun conservaba su sonrisa tímida y calurosa
-Oh, hola jovencita –Respondió la señora Victoria después de unos segundos- ¿Vienes a ver a mi sobrino?
-S..si señora –Contesto Astrid cabizbaja-, estaba muy preocupada por él después de aquel incidente de hace dos días.
-No te preocupes ammm... ¿Cuál es tu nombre pequeña?
-Mi nombre es Astrid –Contestó levantando el rostro y limpiándose las lágrimas que quedaban en sus mejillas-. Y no soy tan pequeña, ya tengo los dieciocho años de edad.
-Discúlpame por eso Astrid. Pasa, Alexis está en el comedor –Se disculpó Victoria invitándola a entrar y Astrid accedió, dirigiéndose directamente hacia un Alexis ruborizado y sudando frio por la pena de que una chica tan linda como ella lo vea en esas condiciones. Estaba temblando y su temblor incremento por cada paso de distancia que se reducia entre Astrid y él. Cuanto estuvieron a pocos centímetros, Astrid dejo la caja de chocolates en la mesa y abrazó con fuerza a Alexis, sollozando entre sus brazos murmurándole:
-Me alegra que estés vivo.
-A mí también me alegra –Alexis correspondió el abrazo llorando junto a ella. Su familia se alegro por ellos y su prima se sintió feliz también y tomó fotos de los dos juntos riéndose un poco.
-Subiré estas fotos a Facebook primito jejeje –Dijo Lucy con su sonrisa picara guardando su celular- Ustedes se ven taaaan tiernos jejeje.
-¡¡Lucyyy~!! -Gritó Alexis soltándose de Astrid por un momento en busca del celular de Lucy- ¡Borra esas fotografías a la de ya!
Todo el mundo estuvo riendo y disfrutando de una breve momento de relajación y diversión entre Alexis, su familia y Astrid, aquella chica misteriosa que le salvó la vida y siente una pequeña atracción hacia ella pero él no está seguro si ella lo corresponderá y eso a Alexis lo hizo dudar un poco, sus ánimos pronto fueron bajando hasta que llego a una pregunta:
-¿Y... si no le gusto?
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Mientras tanto en algún lugar desconocido Iker se dirigía volando hacia a un edificio enorme de 50 pisos, aterrizó en el tejado de aquel edificio y entro en el ascensor presionando el botón hacia el subterráneo. Sus heridas eran graves y sus alas estaban rotas y ensangrentadas, respiraba profundamente para controlar su dolor y con los harapos de su ropa se vendaba las heridas profundas para detener la hemorragia. El encuentro con su hermano Alexis que fue poseído con Tengu por un momento lo dejo al borde de la muerte pero gracias a sus poderes y su gran entrenamiento lo había ayudado a sobrevivir y llegar a su hogar.
El ascensor se detuvo en el piso más bajo del edificio y se abrieron las puertas, había un enorme corredor con velas en las paredes y candelabros colgados en las paredes pero las llamas eran azules y el decorado de las paredes era de un aspecto barroco combinado con un estilo japonés. Al final del corredor había un par de puertas que median casi los tres metros de altura, empujo una de las puertas sin el menor esfuerzo y entro en la habitación. El interior tenía los mismos decorados que el corredor pero había un trono en medio de la gran habitación y en ese trono había una persona. No se venía su rostro ni sus ropas, solo la silueta por la luz de las velas azules detrás de él. Iker se acercó lentamente y se arrodillo mostrándole total respeto.
-Maestro, he llegado. –Digo Iker haciendo una reverencia profunda- Lamento informarle que he fallado en la misión de recuperar la catana Yué.
-No te preocupes joven Iker, ya lo conseguirás.... A su tiempo –Contesto la persona misteriosa. Su voz era áspera y rígida, se levantó se su trono hacia una de las velas y la tomó, su aspecto era tétrico, portaba un Hakama que consiste en un pantalón largo con pliegues y una chaqueta con hombreras llamado Kataginu, ambos de color negro, el Kataginu tenía bordado un emblema de un murciélago en el pecho izquierdo que simbolizaba el clan al que pertenecía. Se acercó a Iker con pasos lentos y ligeros y tocó con cuidado de no lastimarlo, recitó un par de palabras en voz baja y unos tentáculos obscuros salieron de los dedos de aquel viejo introduciéndose en el cuerpo de Iker, curando las heridas hasta las más profundas sin dejar ninguna cicatriz.
-Gracias, maestro Nobunaga. –Respondió Iker sintiéndose mucho mejor, sin aun en la pose de reverencia
-No es nada joven pupilo –Sonrió Nobunaga, su sonrisa era diabólica y llena de arrugas, pero su mirada era fría y penetrante. Regresó a su trono y se sentó con dificultad, miro hacia un lado observando un charco que reflejaba la imagen de Alexis que se transformaba en la imagen de Tengu. Nobunaga soltó un largo suspiro y se recargo más en su asiento.
-Necesitamos hacer algo para detener a tu hermano Alexis y destruirlo antes de que sea demasiado tarde y Tengu se apodere de sus poderes... o algo peor.
Iker se quedó impactado ante las palabras de su maestro.
-¿Peor que Tengu se libere de su prisión? –Preguntó Iker molesto, pero se controló para no perder el control de sus emociones- ¿Qué es peor que un demonio desate su furia contra la humanidad?
-Créeme Iker –Contesto Nobunaga fríamente-, no te gustaría saberlo...