Después de aquel estruendo, Alexis abrió los ojos viendo una imagen borrosa, que con el paso de los segundos pudo sentir una especie de milagro: Su katana había detenido el ataque, aunque el no lo creyera. Iker se sorprendió y dio unos pasos atrás, apretando cada vez mas fuerte los dientes.
-Eso estuvo cerca… je je –Sonrió Alexis aun confundido y nervioso por el motivo de aun seguir vivo.
-No fuiste tu, fue la katana quien te salvo –escupió nuevamente Iker hacia la pared, empuñando mas su espada.
Por un momento Alexis se detuvo un momento y pensó, él tenia razón. -Pues… eso significa que tengo la mejor katana, o que tu eres débil.
-eso ya lo veremos. ¡pelea!
Entonces, comenzaron a cruzar sus katanas y chocarlas con elegancia que era digna de contemplarse. Volaban chispas y los dos combatientes lo disfrutaban, le hecho de un reencuentro de hermanos y una pelea de los mismos llevado a otro nivel donde uno sobrevivirá. La sangre escurría por sus cuerpos cortados provocando heridas abiertas. Los movimientos bruscos manchaban las paredes de su propia sangre y sus katanas desfilaban el color carmesí de la ropa ensangrentada, hasta que Iker, enfurecido de como ver a su hermano mejorar de un momento a otro se detuvo concentrando su energía rodeándose de un aura obscura.
-no quería llegar a esto Alexis, pero no tengo otra opción. –De pronto el y su katana se envolvían en el aura obscura hasta desaparecer de su vista. Alexis sintió miedo al ver caras espeluznantes y diabólicas. Esto cada vez se ponía peor.
-¿Iker, que estas tratando de hacer? –Pregunto Alexis empuñando mas fuerte su katana aun sintiendo miedo de lo que podría pasar.
-Solo estoy liberando mi verdadero poder, ¡¡SAL, RI!!
De pronto el aura explota y se contempla la imagen de Iker con un aspecto diferente, en vez de una chamarra, tenia una gabardina rasgada y con púas en las hombreras. Además de que su katana era mas larga y el filo cambio a una fila de dientes como las de un tiburón.- Ahora, muere.
Iker se movió a una gran velocidad y en cuestión de milésimas, apareció en la espalda de Alexis, encajando su katana en dirección a su corazón. La sangre brotaba en grandes cantidades y Alexis soltó su katana al ya no tener fuerzas.
-Te gusta este poder hermano? Lastima que no obtendrás el tuyo porque lo tomare. –Murmuró Iker con una frialdad que a cualquiera le asustaría. Saco su katana del cuerpo casi inerte de Alexis y este cayo al suelo perdiendo la conciencia.
-Alexis... Alexis, despierta -Se escucho un susurro-. Debes de levantarte y pelear.
Al principio Alexis ignoro la tenue voz que lo llamaba, se sentía cómodo en donde estaba. De pronto despertó al pensar que ya no estaba en la fría calle donde se había enfrentado con Iker, sino en un agradable campo llego de flores y un árbol grande que lo cubría de los rayos del sol.
-Alexis, debes de levantarte y luchar. Aun no puedes morir y mucho menos dejar de tus poderes sean arrebatados. -Dijo el extraño ser con una cabellera plateada, casi calvo, de arrugas muy marcadas y una tez de piel muy morena, de un tono ocre obscuro, pantalones color beige y chamarra azul marino con un bordado peculiar.
-¿Pero... tu quien eres viejo? -Preguntó Alexis confundido sobre aquel lugar y el hombre viejo-. ¿y que hago aquí? ¿no debería estar muerto?
-Oye oye oye -Respondió el hombre un poco ofendido-. En primera, no estoy viejo, solo que el tiempo me ha consumido rápidamente. Y este lugar es un lugar creado por tu Katana, que en realidad es una katana sagrada que tiene un nombre. Yo soy su cuidador, uno de los guardianes protectores de un gran poder que reside en ti y en tu herramienta. -Se sentó a un lado de Alexis soltando un suspiro de alegría-. Me alegra volverte a ver, nieto mio.
Aquellas palabras sorprendieron de la nada a Alexis cayéndose de espaldas al suave césped del campo-. Entonces... tu eres mi...
-En efecto. Soy tu abuelo, pero puedes llamarme Yoshida Takeshi -Le guiño un ojo sonriendo de oreja a oreja.