La vida es injusta

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P.O.V KENDAL

Maldito Evan.

¿Qué le costaba ayudarme?
¿Tanto pedir era?
Porque yo creo que no. No había perdido mi orgullo para esto.

Estúpido es la palabra que mejor le definía en este momento.

—Que, ¿Has conseguido lo que querías?—me decía Sofía sentándose en el sofá a mi lado, niego frustrada y ella se ríe de mí.

—Es un estúpido, pensaba que sería diferente a esos gorilas. No se pone las gorras como se llevan ahora.

—Te dije que era un chico difícil—me mira como diciendo "te lo dije"—y, por mal que me caiga, he de aceptar que es menos idiota que sus amigos.

—¡No me importa! Es un estúpido igualmente, no lo soporto, enserio.

—Eso dices ahora—dice mirando al horizonte para no mirarme a los ojos.

—¿Qué dices Sofia? No me podría interesar en el ni en mi años, es demasiado estúpido para mí. Ya sabes mi política.

—Deja de llamarle estúpido—dice riendo.

—¡Es que lo es!—le digo uniéndome a su risa.

*******

—¡Puedes dejar de seguirme?-exclama Evan enfadado mientras frena, haciendo que choque contra su espalda.

—¡No hasta que me ayudes!-le exclamo en el mismo tono.

—¡Me agobias!_creo que se está enfadando, bah me da igual.

—Tú sí que me agobias a mí—en un momento de despiste, Evan me mete en el cuarto de limpieza—uy,un deja vu.

—¿Estás loca?—me pregunta mirándome directamente.

—Tú si que estás loco—me cruzo de brazos y lo miro mientras se sienta en el suelo con la espalda en la puerta prohibiéndome salir sin palabras—solo quiero que me ayudes.

—Yo sólo quiero que la gente me deje en paz, pero mira tu por donde la vida es injusta.

—¿Es tu lema o algo?—le pregunto ya harta de la situación, su respuesta es sonreírme—mira, yo te dejo en paz si tu me ayudas—me siento yo también haciendo que quedemos a la misma altura.

—¿Cómo quieres que te ayude exactamente?—apoya sus manos en su nuca y me mira expectante, con menos paciencia cada vez.

—Bueno... tú juegas a americano, enséñame a esquivar.

—Eso lo puedes hacer tú solita.

—Necesito que me ayude alguien, sino, ¿A quién esquivo? ¿Al aire?

—¿Y por que no te ayuda tu amiguita?

—¿Qué tienes contra Sofía? Es una buena chica.

—Es una metomentodo—le miro mal.

—Bueno, el caso es que tu estás musculado y eres más alto y sabes placar y ella es una pija a la que le gusta ensuciarse—aún siendo lo contrario a mí, la quería, que conste.

—Puedes conseguir a otro chico—se levanta con agilidad y sale del cuarto dejándome con la puerta cerrada.

—¡Oye!—exclamo abriendo la puerta, pero él se ve que me lee el pensamiento y la abre a la vez que yo haciendo que quedemos muy juntos—por favor, ayúdame—le miro expectante a su respuesta pero el se dedica a examinar mi cara.

—Está bien—susurra después de un rato—suspiro contenta y él se aleja andando de espaldas—mañana, a las 10 en la puerta del Instituto—y así, sin más, se aleja a paso apresurado.

El Hijo Del Entrenador #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora