Capítulo 8: Un porqué

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Wigetta (Narra Vegetta)

No me podía creer lo que estaba pasando, era todo una maldita broma, tenía que serlo. Esto no podía estar pasando. No tenía sentido alguno.

Pero vamos a ver, ¿¡qué sentido tenía una guerra?! ¿¡Ahora, así de la nada, porque al mundo le apetecía ponerse en guerra justo hoy?! ¿¡Qué me estás contando?! ¡¡Como si no tuviera suficiente con que mi casa se hubiera caído encima!!

-Esto no puede estar pasando...-murmuré mientras veía los edificios derrumbados, igual o en peor estado que el que acababa de dejar atrás; algunas personas corriendo de pánico que ni siquiera me sonaban sus caras; los sonidos inconfundibles de disparos a lo lejos...

Noté de repente que el peso que sostenía alrededor de mi brazo aumentaba.

-¿¡Willy?! ¡¡Willy!!-mi compañero se acababa de desmayar y no parecía tener la labor de despertarse. Estaba muy pálido y me estaba asustando muchísimo... el piso se había derrumbado sobre los dos pero él se había llevado la peor parte...-¡¡Willy!! ¿¡Me oyes?! ¡¡Willy!!

Aunque tenía muchas ganas, por los nervios, evité zarandearlo porque aún no sabía si tenía algo roto. Esperaba que no...

Los disparos se oían cada vez más cerca. Miré hacia el lado izquierdo de la calle, justo para ver como un grupo militar con armas venía corriendo hacia mi zona. Vi como dos soldados atrapaban a una mujer y su niño y los inmovilizaban. El chico tendría seis años y lo intentaban separar de la madre, que forcejeaba desesperada. Uno de los guardias le puso el cañón de la pistola en la cabeza...

Aparté la mirada justo a tiempo, pero el sonido del disparo me perforó los tímpanos. Quería ir allí y ayudar al pobre chico, pero sería un completo suicidio, y no podía dejar a Willy solo...

Entonces, recordé una cosa que con la tensión de la guerra me había pasado desapercibida.

-¿Papá? ¿Mamá?-me di cuenta. Habíamos estado durmiendo en la casa de mis padres, pero no había oído nada de ellos desde que empezó toda esta locura-¡¡Papá!! ¡¡Mamá!!

Seguí gritando pero no me respondía nadie. Y los soldados se estaban acercando...

En mi casa no podían estar, no después de ese desastre... así que confié en que se hubieran puesto a salvo.

Cargué rápidamente con Willy y corrí todo lo que podía. Entre tener a mi compañero en brazos y que había estado en mejores condiciones mi paso no era el mejor... solo confiaba en que los soldados no lo vieran y pudieran refugiarse en algún lado, reanimar a Willy. Seguía vivo, sentía su suave respiración en el cuello. Eso, de alguna manera, me tranquilizaba.

Oí de nuevo los disparos y una de las ventanas que tenía prácticamente al lado se destrozó en miles de añicos. Me aparté para que los cristales no nos cayeran encima. Los disparos volvieron a resonar, y me daba que estaban apuntando hacia nosotros.

Por suerte, ninguno nos consiguió acertar (hay que ver lo bueno que es esto de que hasta las tropas de militares de la vida real tuvieran tan mala puntería) y doblé una esquina para poder perderlos. Miré hacia todos lados buscando desesperadamente una salida, algún escondite, algún sitio donde refugiarnos...

Me daba que los soldados no se iban a rendir fácilmente en su tarea de atraparnos. Fuera con vida o sin ella.

Tras andar un poco, encontré un pequeño callejón desierto. Avancé hacia allí y me escondí detrás de uno de los contenedores. Seguía pensando que esto tenía mucho de película típica para ser verdad.

Realidad Virtual (Rubelangel~Wigetta~Lutaxx) PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora