Capítulo 13.

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××

—Kiba, escondeme.

—¡____! no seas cruel con el pobre, lo compadezco.

—¿Es enserio, Kiba? ¿No te pones así... celoso? —pregunta, tratando de ocultarse tras el brazo de su amigo.

—Por supuesto que sí, pero siento que está viviendo lo mismo que yo... me refiero lo de ser rechazado.

—No... no digas cosas así —apretó más la chaqueta del castaño, ocultando lo dolida que estaba.

Se asomó un poco para ver si el pelirrojo seguía ahí, y para su mala suerte aún lo estaba.

—Quiero que me trague la tierra.

—¡Hey, Gaara! ¿qué tal? —gritó Kiba, acercandose a él de manera amistosa.

—¡Kiba, no! agh, mierda.

Se acercó lentamente a Gaara que hablaba con el castaño. Al estar practicamente unos cuantos pocos metros lejos de él, el pelirrojo notó la prescencia de ella y le sonrió de lejos.

"¿Cómo puede sonreír después de haberme besado?"

—Hola ____ —saludó él.

—Hola Gaara... lo siento, pero hoy Kiba irá a mi casa... ¿Ya nos vamos? —preguntó agarrando fuertemente el brazo del chico.

—Oh, pero Gaara y yo...

—Te mataré... jm —susurró, con una sonrisa.

—¡O-Oh si! casi se me olvidaba... nos vemos pronto Gaara, cuidate —se despidió rascandose la cabeza nervioso.

—P-Pero ____... está bien, adiós.

××

—Eres cruel... y siento que te lo he dicho un montón de veces.

—¡Lo sé, maldición! pero me es difícil verlo, simplemente yo... —pensó un momento sus palabras.

¿Decirle a Kiba sobre el beso era la mejor opción?

—¿Simplemente qué?

—Nada, sólo me molesta verlo...

Abrió la puerta de su casa y se dirigió rapidamente a su cuarto, sabiendo que su amigo antes de subir saludaría a su madre y a su hermano.

—¡Hola, señora Hayashi! y tú, pequeño Souta... te traje un dulce —saludó felizmente Kiba dándole una bolsa.

Subió hasta donde su amiga y se sentó delante suyo.

—No te quedes así de callada ____, debes contarme todo —dijo él, haciendo énfasis en el "todo".

—Sólo... ¿ya ves que bien salimos en esta foto, Kiba? —cambió de tema.

—Agh, en serio eres un problema... —tomó el cuadro que su amiga le había acercado y lo examinó detalladamente.

—Admito que te veías ridículo con ese chaleco.

Kiba río, y es que era cierto, el chaleco tejido por su abuela no era el mejor de todos.

—Tu te veías muy bien en ese vestido, recuerdo que de pequeños me gustaba mucho tomarte la mano y tu siempre te sonrojabas por eso.

—¡M-Mentiroso! eres un pulgiento, vete de mi cuarto

—Mmm... —la ignoró y siguió viendo el cuadro—. Aquel niño no era muy fotogénico, siempre evitando las fotos que tu mamá hacía, a veces hasta corría a esconderse, no tenía mucha autoestima, ¿no?

Dejame amarte. [Sasuke Uchiha y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora