La calidez de la helada sangre se desplazaba por mi cara, y aunque me dolía, su mezcla con las lágrimas me deleitaba, su exquisita dulzura salpicó mis dientes, una nueva intensidad de dolor, la combinación del físico con el emocional, fue como cianuro con mercurio, un veneno convencional, en mi vida había experimentado algo tan difícil de afrontar, que te hiera alguien que en un momento hayas llegado a amar.
La comida no tiene sabor, y la sangre no para de gotear, de pronto el amor se torna tibio, sin que nadie te pueda ayudar, tener esa mirada de odio triste, para que un salvavidas alguien te pueda arrojar, pero de pronto, vomitas la tibieza de mis palabras y en este mar negro te ahogas, y nada puedes hacer, y con la rapidez con que la sangre se seca yo ya me ahogué

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Los gritos de una irritada alma
ŞiirHoy, conocí un nuevo nivel de dolor. Hoy, indague en un diferente tipo de odio. Hoy ....