Ha*Ash Hermanas, Amigas Y Enemigas.

Capítulo XIII: Malas decisiones

Hanna corrió al cuarto de Ashley y le toco la puerta, ella no le abrió, Hanna se sentía una destructora de sueños.

-Ash, perdoname en verdad amo a David y no lo quiero dejar- dijo Hanna.

-y dime Hanna ¿No me amas a mí? ¿me dejarás a mí? Yo no te abandonaría a la mitad de sueño por Thomas, Hanna madura, no te quiero obligar, bueno si quiero, pero se que no debo, ¿ya tomaste tu decisión? Hanna dime
¿este ya no es sueño?-preguntó Ashley firmemente, Hanna se quedó muda durante un momento

-Ash... Ashley... No, ya no es mi sueño- dijo Hanna.

Ashley lloro, se salió de su cuarto sin siquiera ver a la cara a Hanna, fue a la sala y le gritó a David -¡Te odio!- se salió de su casa y se dirigió a la casa de su abuela, ella se mojo porque estaba lloviendo muy fuerte.

Ashley tocó la puerta de la casa de su abuela desesperadamente.

-¡Ya voy! ¿Pero quién toca a estas horas de la noche?-refunfuñó la abuela de las chicas.

-Abuela soy yo, Ashley, necesito hablar contigo-dijo Ashley con una voz nada clara y con volumen bajo que apenas se entendía.

Grace abrió la puerta y vio llorar a Ashley.

-Hija pasa, mirate estas mojada, te resfriarás, te daré una toalla, ¿pero que fue lo que sucedió?, dime hija-dijo Grace, mientras iba por una toalla.

-Es Hanna, ella me destruyó por dentro, ¡me hizo pedazos abuela! - dijo Ashley con los ojos hinchados por haber llorado.

-¿Qué fue lo que paso?-preguntó Grace y le dio la toalla a Ashley-te prepararé un chocolate caliente-.

-Es que ella no pensó en mí, ella sólo por no querer dejar a David aquí en Lousiana y volverlo a ver en meses o años, ya no quiere ir a México para ver como nuestro sueño se cumple, aunque ella diga que ese ya no es su sueño, lo es, y me deja a pocos días, eso no se vale-dijo Ashley mientras se secaba.

-No se porque piensan en hombres tan jovenes, Ashley hay manera de convencer a Hanna, es lo que ella a deseado toda su vida-dijo Grace-Ten tu chocolate-.

-Gracias abuela, te amo- dijo Ashley-¿me puedo quedar aquí? la lluvia esta muy fuerte-.

-Claro que sí, puedes dormir en la cama de tu abuelo-dijo Grace, fueron a esa cama, Ashley se sentía muy comóda, y se sentía mejor-abuela gracias, te amo, no se que haría sin ti- dijo Ashley, Grace sintió bonito en su corazón, las dos ya estaban calientitas, Ashley se durmió en las piernas de su abuela y ella mientras tanto le acariciaba su cabello con delicadeza.

Hanna y David se sentían fatal, los dos vieron muy destrozada a Ashley.

-Hanna, en verdad lo que elegiste es lo que quieres?- preguntó David.

-Claro que sí, te amo- dijó Hanna.

-¿Qué fue lo que te dijo Ashley?- preguntó David.

-Que era una inmadura, eso no es cierto, la inmadura es ella por seguir un sueño que tiene desde pequeña, no ha pensado en otra cosa más que cantar-dijo Hanna.

-Hanna disculpame, pero tal vez tu eres la inmadura, aunque no quiera yo se que te quieres ir a Mexico, piensalo bien-dijo David.

-David ¡¿Quién te entiende?! ¡¿Ahora yo soy la inmadura?! ¡Tu querías que yo me quedará contigo y fue lo que elegí gracias a ti! ¡Me forzaste a tomar una decisión ¿y luego quieres que la deshaga?!-dijo Hanna muy exaltada.

-¡Hanna yo no te forcé a nada! ¿qué te sucede?, yo no pensé que fueras así, no eres la misma dulce y tierna Hanna que creí que eras- dijo David decepcionado.

-David, perdoname, yo ya no te entiendo, no cambiaré mi decisión, te amo- dijo Hanna.

-Hanna no se si respetar tu decisión, yo jamás dejaría así a un hermano-dijo David.

-¡te odio!-dijo Hanna y David se fue, la tormenta era muy fuerte.

A la mañana siguiente Hanna estaba reflexionado sobre lo que había ocurrido con David, llamo a David para disculparse con él, pero no contestaba, llamo a Ashley, y le dejo un mensaje de voz-Hola Ashley, tengo que hablar contigo-.

Tocaron la puerta de su casa, era una señora llorando.

-Disculpe, ¿qué se le ofrece?- preguntó Hanna.

-Soy la mamá de David, ¿tu eres Hanna?-dijo la señora llorando

-Sí, soy Hanna ¿por qué pregunta?- preguntó Hanna.

-Te tengo que dar una noticia, y lo quería hacer en persona-dijo la señora y no paraba de llorar.

-¿Cuál?-preguntó Hanna muy preocupada.