P.O.V. Spencer.
El día que comencé en el trabajo supe que no sería fácil esta chica. Era conocida por su mal carácter y su poca simpatía hacia los demás, sobre todo si eran del sexo contrario.
Busqué trabajo para ayudar a mis padres que aunque ellos negaban sabía que la universidad que me pagaban les resultara excesivamente cara. La carrera de ingeniería era algo con lo que siempre había soñado y bueno, quise arrimar el hombro.
No me decepcionó, Jennifer era insoportable, me trataba como a escoria por más que yo intentara ser simpático y ayudarla, ella era todo furia contenida y rabia, pero yo veía en sus ojos algo mas tristeza quizás.
El día que se desmayó creí que me moriría del susto. La encontré en el vestuario tirada en el suelo, blanca como la pared. Corrí hacia ella y la sostuve entre mis brazos hasta que recobró la consciencia. No sé qué fue, algo en su mirada cambió, me miró diferente y eso hizo que algo se despertara dentro de mí; una descarga de energía recorrió cada punto de mi sistema nervioso y por un segundo creí querer besarla, pero ni loco, antes me pillaría el dedo con la puerta si hacia algo así, podría machacarme en un milisegundo, lo sé.
P.O.V.J.J
-Jennifer ¿estás bien?
-J.J -Si idiota y deja ya de sobarme.
-Deberías comer algo.
-No tengo hambre y además tengo que seguir entrenando, debo ser la mejor, Spencer ¿no lo entiendes?
-¡Ey! me has llamado Spencer, no idiota, ni imbécil, ni niñita consentida creo que esto es el principio de...
-PERO QUÉ DICES IMBÉCIL? Ni en sueños estaría contigo - por alguna extraña razón, un rubor cubrió mis blancas mejillas - no te confundas ni un pelo y ni te me acerques más.
-Uhm... iba a decir bonita amistad pero bueno, como veas, quizás si no quieres que te toque mas deberías levantarte de mi regazo en el cual estás tumbada abrazándome y quizás solo quizás, pueda dejar de tocarte, por cierto tienes un cuerpo muy duro... ¡guau! ¡casi me estas rompiendo las piernas!
En ese mismo instante, di un brinco y me puse de pie, ese idiota había tocado mi punto débil. Algunas veces si me había imaginado a mí misma con un chico, pero luego me miraba en el espejo y mi cuerpo definido por las largas horas del gimnasio, me hacían darme cuenta de que jamás sería atractiva sin un hombre, tenía curvas donde no tocaban, mi brazos, no eran pequeños y dulces y mis piernas, bueno, podría colgar un coche suspendido en el aire de ellas.
Tocada en mi orgullo como estaba me di la vuelta para salir justo cuando tontito me agarró del brazo, me sorprendió lo fuerte que era, nada comparado conmigo, por supuesto, pero vaya si era fuerte, hasta consiguió que me detuviera. Agaché mi mirada hacia donde sus dedos tocaban mi piel. Un contraste un tanto raro de claro con oscuro y por un momento sólo por un segundo, un fuego subió desde ese punto hacia el resto de mi cuerpo y una vez más me sonrojé...¡mierda, maldita corriente sanguínea que se acumulaba en mi cara en el momento más inoportuno!
Levanté la vista hacia sus ojos grises como una tormenta de verano y noté cómo sonreía, con esos carnosos labios que te incitaban a besarlos hasta quedarte sin respiración, mierda otra vez ¿qué carajos pasaba conmigo?
- Jen, por favor, déjame invitarte a un café y a un trozo de tarta... supongo que por una vez no te morirás.
- Vaya, mira por dónde, ahora tontito es idiotito... uhm déjame explicarme con claridad: ni Jennifer ni Jenn ni ningún otro apelativo a mi nombre completo simplemente J.J. Y si sigues con esta actitud pastelosa, ni tan siquiera seguirás teniendo trabajo de aquí a un par de segundos ¿vale "nene"? ¡ja, toma esa!
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UN DESTINO CON DOS CAMINOS #Wattys2016
Teen FictionJJ MCQUING cree que lo tiene todo y lo sabe todo pero ¿el destino pensara lo mismo? *** En edición