capítulo 7

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P.O.V.Spencer :

Pasé toda la noche en vela, no pude pegar ojo, jodida Jennifer, la amaba pero era la mujer mas terca y presuntuosa del mundo ¿Por qué no podía comprender que yo necesitaba hacer esto? Sé que después se arrepentiría, vamos Spencer, qué estúpido eres, me dije a mí mismo, al final ella tendría razón, era un completo idiota, jamás se iba a arrepentir, ella nunca lo hacía.

Me di una ducha de agua caliente para desentumecer mis músculos que estaban totalmente agarrotados después de toda la noche dando vueltas, al salir evité mirarme al espejo; sabía que debía tener un gran moratón en el mentón dónde Jennifer me pegó; tuve suerte, ya que no sé cómo no me rompió la mandíbula con esos puños de acero que tenía, me peiné, me vestí con ropa cómoda pero formal y me dispuse a meter todo en mi mochila;debía asegurarme de no olvidar mi identificación y los formularios, sino no me dejarían pasar; rebusqué por toda mi habitación, pero no conseguí localizar mi cartera ¿dónde diablos se había metido? ¿es que todo me iba a salir al revés hoy? No, no podía pensar así. Estaba muy nervioso no sólo por mi prueba sino por Jen, me importaba un bledo que ganara o perdiera, bueno no tanto, quería que ganara porque ella lo deseaba, pero me preocupaba más que le pasara algo. Sabía que lo nuestro no tenia mucho futuro, lo de ese día no me lo iba a perdonar jamás en la vida, pero yo nunca dejaría de amarla aunque fuera de lejos. De repente, caí en la cuenta de que anoche, al ir al gimnasio, le pedí a Jen que me guardara la cartera en su taquilla, joder, joder y joder, ella ya debía estar en el estadio que estaba como a una hora del gimnasio. Llamé a Parker para pedirle ayuda y me dijo que Marguerite, la conserje, tenía llaves de recambio, seguro que ella podría ayudarme. Miré mi reloj, quedaban dos horas para la prueba y el gimnasio estaba a tan sólo unos diez minutos de mi casa, así que podría llegar a tiempo; suspiré aliviado, por fin parecía que todo comenzaba a rodar, le había preguntado a Parker por ella, pero sólo me dijo que todo estaba y estaría bien, que no me preocupase y fuese a lo mío. Anoche después de discutir con ella le había llamado para informarle de que hoy no podría ir y que sería mejor que nadie le preguntase a ella por mí, no quería ponerla nerviosa.

Cuando llegué al gimnasio busqué a Marguerite por todos lados y cuando la encontré, no pareció muy satisfecha con mi explicación, y aunque después de diez minutos me dió la llave, estoy seguro de que se había marchado para llamar a Parker y confirmar mi historia.

Me dirigí a la taquilla de Jen y cuando la abrí me quede pasmado, en el interior de la puerta estaban todas y cada unas de las notas que le había regalado, desde la primera hasta la última puestas por orden, siempre pensé que las tiraba; también había algunas flores secas pegadas junto a ellas, al parecer de los ramos que le daba cada día y en medio, la foto que nos hicimos el día que por fin me reconoció que me quería enmarcada en un gran corazón. Ver aquello me sobrecogió, jamás pensé que Jen guardaría todo esto y menos aquí el sitio que más usaba en el mundo; por mi cabeza surgieron un montón de dudas, ella sólo me tenia a mí, bueno y a Parker, pero conmigo se abría y me ofrecía su corazón sin reservas en estado puro y yo le estaba fallando. Por un momento pensé que me había vuelto loco, pero mis pies tenían vida propia y me dirigía a grandes zancadas hacia el coche, miré el reloj una vez más y vi que quedaban cincuenta minutos para que comenzara el combate y yo estaría allí fuese como fuese, a la mierda la prueba, ella era toda la prueba que necesitaba, trabajaría el doble si era necesario para pagarme la carrera, pero no podía fallarle, no ahora en este estado en el que se encontraba de salud y no en algo tan importante para ella, me necesitaba y me tendría; no había más dudas ni mas preguntas. Ella me amaba de verdad y yo no había sabido ver hasta que punto porque la juzgué, el coche cruzaba las calles como un cohete; sabía que si me paraba la policía tendría un problema, pero me daba igual, estaba ya sólo a dos calles de llegar junto a ella, justo a tiempo del comienzo del primer round y entonces ella me vería y todo volvería a estar bien, le mandé un mensaje para que lo leyera cuando terminase aunque para entonces ya estaríamos juntos


UN DESTINO CON DOS CAMINOS #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora