Capitulo 14

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— si no eres de enamorarte ¿porque estas tras de mi?

— no lo se, pero cree me no estaré mas si eso deseas.

— y otra ves con tu seducción ¿ no puedes pasar un maldito segundo sin hacerlo?

— porque ¿te incómoda?- camino hasta mi al igual que yo retrocedía - ¿te incomoda mi presencia? - dio un ultimo paso quedándose cerca de mi - ¿te incomoda lo que pueda hacer con tigo?

— N...no no me incomodas.

— no tartamudez yo no are nada... aun

— claro que no lo aras.

Me subí arriba del auto recostando mi espalda contra el parabrisas y minutos después el hizo lo mismo. Mire al cielo y la cantidad de estrellas que se encontraba en el cielo hacia que de cierta manera se iluminara el cielo nocturno.

— te diría que te bajaría las estrellas pero... No soy poeta y eso es imposible ...

— ya lo creo, pero me e puesto a pensar en que desde arriba todo se ve mas fácil mientras que desde aquí todo es tan difícil.

— no lo es, solo debes saber sobrellevarlo.

— cierto ¿y tu sabes hacerlo?

— ¿quieres averiguarlo preciosa?

— no me refiero a eso...

— oh, claro solo hay que mirar el lado positivo de las cosas.

— ¿las cosa tienen lado positivo?

— sip - lo mire - claro que debes encontrarle la vuelta... No es muy fácil- el también me miro.

— no lo creo, en todo lo que respecta mi vida mi familia no estuvo con migo.

— ¿y por eso obtaste por jugar y ser la mas popular en boston?

— si ... Am cuando yo era "popular" tenia la atención de todos y me sentía de cierto modo no se...

— tenias la atención que no tenias en tu casa ¿verdad?

— si, bien pero ahora solo quiero desaparecer del mundo.

— y yo no quiero que lo hagas.

— ¿porque?

— porque eres muy especial como para que lo hagas.

(...)

Me levante de repente, escuche voces y cuando mire por todos lados note que no era el auto si no que estaba en la recamara y sentía un brazo rodeando mi cintura y me levante de inmediato, sentándome en la cama.

— buenos días.

—¿como cojones llegue aquí?

— joder nena baja la voz, te traje cuando te quedaste dormida en el auto.

— ¿que haces aquí?

— pos estaba durmiendo hasta que me despertaste, vamos sigue durmiendo.

— no lo lamento -  me levante y el me tomo de la muñeca inmediatamente, gemi del dolor ya que tenia cortadas en ella.

— Laura...

Me atrajo hacia el y desenvolvió mi muñeca viendo los cortes recientes que se encontraban en el.

— joder Laura, ¿por que lo isite?

— por nada.

— osea te cortaste por nada, joder ¿estas loca o que?

— no levantes el tono ross...

— Laura estas enferma en verdad si crees que esto esta bien.

— ross escucha me

— no Laura, no puedes hacer esto cuando quieras

— sabes discutir con tigo es discutir con la pared, claro son duros como las rocas y no tienen sentimientos.

— Laura por dios vamos no empieses.

— que, dejame ser, de nuevo no te metas, ross no entiendes y si quieres saberlo preguntale a tu amiguita ella te lo va a explicar.

— espera ¿estas celosa?

— yo de ti, olvidalo no es eso claro que ella es mucho mas flaca que yo y yo soy la gorda desesperada, que es mas bien una suicida o una bomba que con solo un día que decida hacerlo explotara pero en lugar de dañar a las personas solo les dará un gran alivio de haberse desecho de mi.

— ¿gorda tu? Laura de que estas hablando, eso no es verdad - tomo mi rostro - tu eres hermosa y no lo estas ella es la inadaptada que debe entender de que ella es la que esta mal.

— entonces, ¿no lo estoy?

— no Laura - me abrazo - entiende tu eres preciosa y de ella dejamela a mi que yo me encargare de ella, Rachel fue muy lejos.

— ¿Rachel? ¿la conoces?

— ex - novia desesperada por que regresemos ¿que puedo decir? En realidad no iva a aceptar ser engañado por ella ya sabes.

—oh bueno, creo que eso fue raro.

— ¿raro?

— si que hayas salido con alguien.

— fue cuando tenia 15 ya sabes fue hace ... - empezo a contar con los dedos- tres años.

— ¿hace tres años? ¿cuantos años tienes?

— 17 ¿por?

— entonces serian dos años.

— oh, mira es por eso siempre me llevo matemáticas. Pos eso tiene mucho mas sentido.

— claro, bien pero no quiero que hagas nada ¿si? Nunca nadie me defendió y aprendí a hacerlo sola.

(...)

— Laura tenemos que hablar.

— Elliot yo no tengo nada de que hablar.

— claro que si - seguí caminando hasta el auto - Laura - grito y me di vuelta - perdona como te trate anoche.

— no tuviste por que hacerlo.

— claro que no devi hablarte así fue mi error.

— claro Hermanito todo perdonado.

En realidad jamas voy a olvidar esto porque nadie y he dicho NADIE me dice que hacer y eso dalo por echo....

La Luz Al Final Del CaminóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora