Fallen Angels (Ichijyu)

III

(...)

Choro Smith, el doctor, abrió la reja de la residencia a donde había invitado al hijo del dueño de empresas textiles Mirthful y esperó paciente hasta que el joven Ichi pasara, cerró la puerta con cuidado y apresurando el paso abrió la puerta de la casa, espero nuevamente aquel menor pasara a esta y cuando finalmente estuvo dentro cerró la puerta luego de que él mismo pasara.

-Mi invitación, joven Ichi es más que nada para mostrarle a alguien.-

-No sabía que usted vivía en la casa parroquial.-cambió de tema mientras veía a un padre entrar a la sala en donde se encontraba, con guantes negros y una sotana del mismo se acercó al menor y con una sonrisa amplia lo saludó.-Bienvenido hijo, ¿Cuál es tu nombre? ¿A qué se debe la visita de tal juventud en esta casa tan vieja?

-No llame vieja a mi casa, Padre.

Ichi se impresionó al ver como se trataba ese par, un padre que se veía cruel y despiadado debido a su ceño fruncido, pero que con una sonrisa te daba calidez instantánea, una calidez que me enoja, junto a un doctor que se veía que guardaba muchos secretos a pesar de su corta edad. ¿Qué querían ambos del joven Ichi?

-Gracias por la bienvenida padre.-Comentó Ichi intentando no ser descortés ante la sonrisa de aquel padre.

-Ven acá hijo mío, ¿Quieres confesarte? ¿O vienes de visita?-Invitó el mismo a que el menor se sentara en la sala de estar de la casa, pero debido a que el joven con mirada desinteresada no se inmutó en moverse, el padre se terminó sentando solo en aquellos sofás que dibujaban un circulo ante una mesa pequeña.

-Padre, deje en paz al joven-guardó silencio para luego de "regañarle" continuara hablando como si nada hubiera pasado.- Él es Ichi Mirthful.- Mencionó entonces el doctor para hacer pasar al joven Ichi quien completamente descolocado siguió al que lo había invitado a sentarse junto al padre.- Por favor, espérame aquí, iré a preparar té.

-Oh, Ichi.-El padre bajó la vista por unos segundos hacia sus manos las cuales llevaban esa especie de guantes negros para luego mirar al ya nombrado.- Puedes llamarme Kara, ese es mi nombre real, y ya que no soy el padre encargado de esta iglesia no me siento cómodo con que me llamen de esa forma.

-¿A qué se refiere? Si es un padre, un sacerdote, entonces deberían llamarlo así en todos lados. Es su trabajo.-Ichi no entendía que era lo que sucedía en esa casa, por lo que estaba perdiendo la paciencia y se le notaba, por lo que el Padre no insistió en ello.

El joven miró a su alrededor debido a que el padre no le había respondido la pregunta que le había hecho, y con atención se fijó que la casa constaba de tres pisos, y a pesar de que por fuera de veía bastante grande, era poco espaciosa, sin decir que la sala en donde se encontraba estaba llena de estantes con libros; medicinales o religiosos supuso, las escaleras estaban al fondo de la sala, cerca de la puerta que daba a la cocina en donde se veía ajetreo del doctor quien estaba haciendo el té del menor. Poco se veía del segundo piso, estaba oscuro y daba un poco de miedo, pero aun así tenía la necesidad de subir esas escaleras, por lo que una pequeña inquietud comenzó a recorrer su cuerpo. Sus manos nuevamente comenzaron a sudar, su respiración estaba siendo dificultada, y sus piernas no podían dejar de moverse, ¿estaba nervioso? Quizás ni él lo sabía, por lo que intentó calmarse ya que la mirada del padre se quedó pegada en él.

-Es normal que te sientas así.-Comentó el doctor quien entraba a la sala con una bandeja y dos tazas de té, las dejó en la pequeña mesa de estar que acompañaba los sofás que en los que estaba sentados.

-¿Para mí no hay?-Preguntó el padre mientras miraba la bandeja con un accionar infantil demostrando decepción.

-No, usted vaya a hacer eso.-Y sin más, luego de la "orden" que el doctor había dado al padre, este subió las escaleras que Ichi no había dejado de ver.- ¿Quieres subir?-Preguntó el doctor mientras bebía un poco de su té con total calma.