VIII

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►Me disculpo por algún error, es tan extenso que me da flojera revisar meticulosamente todo, jujuju(?), disfruten♥.◄

[...]

Un olor particular, un olor a manzanas era distinguido desde lejos. ¿A quién le recordaba ese olor?

No ha pasado mucho desde la última vez que sintió el olor a manzana. ¿Quién comía manzana incluso en la cena? ... Ah, claro, el padre Smith.

Casi lo olvido.

Los orbes verdes del doctor estaban buscando un punto en una extraña habitación color blanco, sin ventanas ni puertas, era aterrador estar encerrado en un lugar sin una salida.

¿Cómo llegué aquí? –Miró hacia el suelo y pudo notar que estaba descalzo, utilizaba un pantalón color damasco junto a una camisa del mismo color, arrugada a más no poder.

"Fue mi culpa" –Se escuchó una voz débil provenir desde los lejos, en la misma dirección de donde venía aquel aroma a manzanas.

¿Padre? – El doctor comenzó a caminar sin duda alguna hasta donde estaba ese lugar, aunque parecía que no avanzaba nada desde donde se encontraba. ¿Cómo notarlo? era un lugar completamente blanco.

"Tienes que encontrar la forma de salvar a Kara."

¿Kara? –Choro se encontraba confundido, seguía caminando por dónde provenía la voz.- Muéstrese, padre.

"No soy padre" –Comentó este luego de soltar una risa burlesca, de esas que solía regalarle.- "Choromatsu, en mi habitación..."

El doctor comenzó a correr una vez escuchó su verdadero nombre, se sintió feliz al recordar la voz del hombre que lo salvó. Mediante corría, pudo notar que se estaba acercando hacia una persona en medio de la nada, quien vestía una túnica blanca, con dos enormes alas que lo cubrían.

¡Sabía que un humano podía convertirse en ángel! Padre, uste-fue interrumpido.

"No se lo digas a nadie, mi pequeño ángel." -¿Por qué había olvidado las palabras dulces que el padre solía regalarle cuando estaba con vida? Siempre lo trató tan bien, como si de verdad fueran hermanos.

El dolor de perder a una persona, Choromatsu como ángel jamás lo comprendió ni siquiera cuando las almas de las personas que cuido generación tras generación fueron devueltas al paraíso, hasta que por primera vez, pisando la tierra como un verdadero humano, perdió al que se hacía llamar su enamorado como también perdió al que lo acogió como parte de su familia.

"No dejes que pisen mi hogar" fue lo último que escuchó del padre casi como un eco, antes de que pudiera volver a dirigirle una palabra, o una mirada. Así que al sentir un pequeño mareo mientras que su vista se iba a negro, un círculo negro se abría en sus pies, y cierta energía lo arrastraba hacia abajo. Un grito ahogado despertó al doctor de aquel sueño tan extraño, aún yacía desnudo en su cama luego de que el demonio haya desaparecido.

¡Las botellas! Pensó mientras se ponía de pie y se vestía con rapidez, cubriéndose con cualquier cosa que encontrara. Rápidamente se dirigió a su escritorio y del primer cajón sacó una pequeña bolsa de terciopelo, la cual contenía una llave, sacó esta de ahí y se dirigió a la habitación del padre fallecido.

Eso no era un simple sueño, eso era un llamado de atención del padre Smith hacia su persona, y por supuesto, una ayuda.

Abrió la cerradura con cuidado, sacó la llave de la puerta, y rodando la manilla con su mano impulso esta para abrirla. Lo que se encontraba enfrente era horroroso. La habitación del padre estaba hecha un desastre. Él no la había dejado así. ¿Qué había pasado?

Fallen Angels (Ichijyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora