IV (parte 1)

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(...)

La noche estaba llegando más rápido de lo que se esperaba, Ichi lo notó ya que a penas y veía al doctor Choro quien meditaba en silencio al lado del padre Kara, quien parecía estar en otro mundo leyendo un libro de cuentos de hadas, fascinado ante tal espectáculo literario no prestó atención al cómo se sentía el menor, este aún sin poder creer lo que había "descubierto" aquel día. Él por fin había parado de llorar.

-Es hora de que te vayas, Ichi.-Mencionó entonces el Doctor poniéndose de pie para encender unas velas que iluminaban el salón en donde se encontraban con unos fósforos que sacó de su bolsillo del pantalón.- La noche está llegando, y por tu seguridad preferiría que te fueras ahora, ¿No es así, padre Kara?-

El menor antes de que nombrara al padre se puso de pie y tomando su chaqueta esperó a que el padre respondiera la pregunta del doctor, pero sin obtener respuesta vio como el padre era empujado con algo de brusquedad.- ¡¿Quieres prestarme atención cuando te hablo?!

El padre aún en las nubes por aquel libro miró al doctor quien parecía molesto por quizás qué razón y le regaló una sonrisa amable, a lo que el doctor solo respondió con un suspiro molesto.

-No sé por qué aún le aguanto.-Murmuró mientras le quitaba el libro con cierta actitud ruda para así guardarlo en uno de los estantes.- Despídase del joven Mirthful, padre.-Caminó por el exterior de los sofás para así ir a donde se encontraba el menor, tenía que guiarlo a la salida después de todo.

El padre al captar lo que había dicho solo rio entretenido, por consiguiente se puso de pie para ir y ofrecer la mano al menor, como era de costumbre y por modales debía de hacer eso, pero antes de que el joven Mirthful levantara su mano para accionar del mismo modo, bajo la mano y la escondió en su espalda.-Que te vaya bien Ichi, cuídate y que Dios esté de tu lado en todas las decisiones que tomes.-Apretó su puño con un poco angustia y como si nada hubiera pasado le sonrió de manera amable al contrario.

Mientras que el menor de aquellos tres miró con una duda inexplicable al padre. Aún no entendía del todo el razonamiento de esos dos, pero el que más intrigaba hasta el momento era el padre, que con una sonrisa se veía que era una persona buena y sin malas intenciones, ¿pero por qué hacía cosas que dejaban en duda aquello?

-Gracias, usted también cuide su salud, y doctor, puedo ir a la salida solo.-Sin más el menor caminó hacia la puerta de salida y con suavidad cerró la puerta para así salir definitivamente de la residencia de la parroquia de la ciudad.

Mientras subía al carruaje miró por última vez la ventana del tercer piso a la que subió hace un rato y con melancolía recordó al ángel que yacía dormido en la cama de esa simple habitación. La imagen del rostro del ángel dormido jamás la borraría de su mente, ni la expresión de dolor ni la de tranquilidad.
Todo el trayecto hacia su hogar se la fue callado, le molestaba de sobremanera no saber que pensar ni qué hacer con lo que habían contado ese par.

-...Señor Ichi.-La voz de su sirviente interrumpió su enredo de pensamientos. Le respondió con sequedad para que el sirviente continuara hablando.- Estaba hablándole hace un rato, disculpe el molestarlo de esta manera, pero tiene una expresión preocupante, sé que no es de mi incumbencia pero me gustaría servirle de oído para sus problemas, lamento mi atrevimiento.

No quería responderle al mayordomo, no quería ni siquiera seguir pensando en ello, por lo que negó con su cabeza en respuesta a lo que el gentil sirviente había preguntado. Debido a esa respuesta el sirviente con suma vergüenza agacho la cabeza y se disculpó ante su 'atrevimiento'.

[...]
Pasado el día el doctor choro se disponía para ir a la casa de un paciente, así que en su propia habitación ordenaba un bolso con los artefactos necesarios para poder revisar al paciente aquel día, la semana había sido bastante relajada por lo que no tenía tantos pacientes, pero él estaba bien así, si hubiera querido salvar vidas todos los días hubiera preferido trabajar en el hospital, pero debido a que tenía una casa que cuidar y el poco interés en la medicina no tenía intenciones de ir a un hospital.

Fallen Angels (Ichijyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora