XIV (2)

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Pasando las seis de la mañana, los rayos del sol se colaban por aquellas cortinas que tapaban por completo el ventanal que median casi dos metros, la luz solar despertó inmediatamente al joven Mirthful, quien abrazaba inconscientemente el cuerpo semidesnudo de su querido ángel Jyushimatsu, quien aunque el sol diera directo en su rostro, el no despertaría.

Soltó su cuerpo tibio con cuidado de no molestar y se sentó en la cama con pereza total, se puso de pie y se fue directo a la ventana a cerrar aquel hueco que había entre las cortinas, para así caminar de vuelta hacia su cama y recostarse al lado de su enamorado. Cerró sus ojos ya que aún se encontraba somnoliento para luego sentir como de a poco se comenzaba a quedar dormido. La sensación de tener un cuerpo descansado, relajado y adormilado, era una de las cosas que más gustaba. Las mañanas estaban hechas para dormir.

Estando profundamente dormido, pudo entender que se encontraba despierto en su sueño, y que se encontraba en un campo verdoso, el cual recordaba a su infancia, cuando iba a jugar con su abuelo y su padre a las montañas. Qué melancolía. Murmuró en el sueño, mientras comenzaba a caminar hacia un bosque, en donde se adentró a lo profundo de éste. Aunque él supuestamente no quería ir a ese lugar, había algo que lo estaba haciendo caminar hasta un punto en específico.

-¿Recuerdas ese momento?- Mencionó una voz que lo incitaba a seguir caminando. -Recuerdas como Thomas mató aquel ciervo ¿no?-

Esa voz... Murmuró entonces el joven Mirthful, entendiendo el recuerdo que estaba soñando, fue aquella vez cuando tenía cuatro años en el que su padre mato un ciervo macho, el cual supuestamente quería atacar a su querido Hijo Ichi.

Con una bala entre los ojos cayó aquel ciervo al suelo, un niño lloraba cerca de un árbol todo arañado debido a las caídas que tuvo al correr en un bosque.

-Recuerdas como corría la sangre de aquel ciervo, ¿No?- Una voz burlona de un anciano.

-Abuelo.- Comentó el joven Mirthful al ver sus recuerdos como aquella vez. Aquella vez en que Thomas cambió y le prohibió salir a las montañas de nuevo. Aquella vez cuando entendió lo que era morir, para luego dos años más tarde ver a su abuelo en el jardín de su casa.

-Ichi.- Lo llamó aquella voz, por lo que el joven se dio una media vuelta para poder ver como el recuerdo de su querido abuelo era bloqueado por una cortina de humo negra, que aparecía desde las copas de los pinos, lo cual hacía todo más aterrador.

-Abuelo- Lo llamó aquel muchacho, mientras sentía como aquella capa de humo se comenzaba a mover alrededor de la silueta borrosa de aquel anciano.- ¡Abuelo! – Gritó entonces el joven mientras se acercaba furioso a esparcir aquel espeso humo.- ¡Abuelo resiste!- Volvió a mencionar aquel joven, sintiendo una desesperación que recorría todo su cuerpo lo que causaba que una adrenalina lo incitara a mover los brazos de un lado a otro, intentado esparcir aquel humo.

Si no lo esparzo, entonces mi abuelo morirá intoxicado. Pensó el joven, pero al darse cuenta lo que en realidad sucedía se quedó quieto de un golpe.- El ya murió.- Abrió los ojos luego de entender aquello tan simple, para luego mirar fijamente la silueta de aquel anciano, la cual se estaba esfumando, tal y como aquel bosque, y el recuerdo del ciervo muerto.

-¿Qué está pasando? Q-Quiero despertar.- Hablo casi sin aliento mientras sentía como aquel humo lo comenzaba a envolver.- No quiero estar aquí.- Alzó un poco la voz al punto de murmurar, teniendo su cuerpo completamente quieto al tacto del aquel extraño humo negro, o más bien, era algo que le impedía moverse, algo que estaba bloqueando hasta sus pensamientos.- Ayuda.- Murmuró un poco más alto, pero nadie le escuchaba en aquel lugar en donde ya no había nada, un lugar gris, sin vida, un lugar en donde sus esperanzas de despertar estaban disminuyendo.- Jyu-Jyushimatsu.- Hablo claramente, nombrando al menor de forma clara y certera. – Sácame de aquí.

Fallen Angels (Ichijyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora