Día 5

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Al despertarme me encontraba atada a una silla de madera vieja. No estaba en el mismo sitio que antes. Por el contrario, estaba muy bien iluminada la sala.
Era una casa. Tenía ventanas pero las cortinas me impedían ver el exterior.
Me remuevo inquieta en la silla, no me gusta nada este sitio, y a lo mejor puedo soltarme de aquí.
Tras varios intentos fallidos y tener las muñecas completas de sangre decido darme por vencida. Me dejo caer en la silla y empiezo a llorar. He perdido la cuenta ya de las veces que he llorado en estos cinco días que llevo secuestrada.
Y aún no sé nada. Ni lo que hago aquí, ni para qué, ni el por qué.
De repente un portazo hace que me incorpore rápidamente en la silla.
En la sala entra el hombre de ayer, el bajo.
Me mira seriamente, hasta que en su cara empieza a formarse una pequeña sonrisa.
-Vaya, vaya, vaya.
El hombre se acerca a mi a paso lento mientras mueve una moneda entre sus dedos con gran habilidad.
No me gusta un pelo este tío.
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Hola! Siento actualizar poco y que este capítulo sea tan corto pero es que he estado escribiendo en otra obra que me sentía más inspirada. Pero ya voy a volver a subir más seguido en esta y en la de «Y luego Silencio» mis novelas nuevas.
Una vez más lo siento. Intentaré subir capitulo mañana.
Besos!

Someone who rescue me? [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora