Zayn entró al hospital donde su ex cuñado Bryan le había dicho que estaban. Él sabía que a Elizabeth nunca le había gustado el ambiente de los hospitales y mucho menos si era un ser querido el que se encontraba ahí. Fue a la recepción donde la enfermera de turno le dijo la habitación que se encontraba Robert Brooks. Mientras caminaba se dio cuenta de que después de un año con nueve meses volvería a ver a la chica que aun hacia que acelerara su corazón y no tenía la menor idea de cómo enfrentarlo. Suspiró, ya estaba ahí y no pensaba huir. Además de que apreciaba a Robert.
Cuando llegó a la habitación 230, tocó la puerta y un pase de Grace la madre de Elizabeth hizo que entrara. Grace giró para ver quién era y se sorprendió para luego sonreírle e invitarlo al lugar de la habitación que se encontraba.
─ ¡Zayn! Es una sorpresa verte aquí.
─Espero que sea una buena─ rió el mientras recibía el abrazo de la mujer.
─Lo es niño, lo es. La verdad es que te echamos de menos.
─Y yo a ustedes. ¿Cómo está?
─Está mejor que el primer día, supongo que eso es bueno. Ya sabes que es igual de fuerte que un roble.
El asintió, Robert Brooks cuando quería era el diablo en persona. Pero también era una buena persona.
─ ¿En dónde están los chicos?
Ella sonrió.
─Fueron a comer algo, llegarán en unos minutos.
El asintió mientras sentía que su estómago se revolcaba, trato de ignorar eso. Luego de eso, hubo un silencio cómodo. Grace leía un libro mientras que Zayn observaba la habitación. El giró la cabeza cuando escuchó la puerta abrirse y una Beth sorprendida lo miró.
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─ ¿Zayn?
─El mismo─ dijo el mientras intentaba no parecer un idiota.
Ambos se miraron fijamente, se dieron cuenta que habían cambiado y no sabían si era para bien. No sabían que decir y se dieron cuenta que Grace había dejado la habitación.
─Te ves preciosa.
─Tú también.
─ ¿Me veo preciosa?─ bromeó el.
─No, dio, p-precioso─ dijo ella mientras se sonrojaba.
Zayn sonrió mientras negaba con la cabeza.
─Gracias por venir, no tenías que hacerlo.
─Aprecio a Robert. Y me alegra que esté mejor.
Ella asintió.
─Elizabeth.
─ ¿Qué?
─No te mentía cuando te dije que te ves preciosa─ dijo él antes de salir de aquella habitación.
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