El invierno. El jodido invierno. Empezar las clases no era uno de mis objetivos vitales. Volver a la fraternidad, ver caras de alumnos a los cuales no me importaría partirles la cara o profesores amargados, aún menos. Estaba a las escaleras de la universidad esperando a que abrieran puertas, con Zack y Luke, mis hermanos de fraternidad. Realmente, los únicos que me importaban y los únicos que sabían todo de mí y podía confiarles cada novedad qué pasaba en mi rutinaria vida. Pero todo era lo mismo: sexo. Si no les contaba que me había enrollado con Amanda, les contaba que lo había hecho con Rebecca. Era una lista de piernas largas y pechos grandes interminable. Luke me pasó su caja de Marlboro y la rechazé, fumar en esas circunstancias no me apetecia. Suspiré y entonces ví a Lara entrar, justo cuando abrieron las puertas. Recordaba habérmela tirado el verano pasado, pero cuando nos cruzamos la mirada fingí que no la había visto en mi vida.
- ¿Lara está más buena o me lo parece a mí? -preguntó Zack.
Zack era el segundo de los tres en el ránking de mujeriegos. Luke tenía novia, y la amaba con locura. Si algún día hablase bien del culo de otra, se sentiría como una mierda. A diferencia de Luke, Zack hablaba de todos los culos de Keth, incluso cuando tenía novia. Aunque tener novia para Zack era un concepto casi desconocido. En mi caso, totalmente desconocido.
Allí estábamos, los tres mejores amigos, jodidos de cabeza a pies, a punto de entrar a una universidad no nueva, pero sí repleta de misterios.
ESTÁS LEYENDO
Obsesión ©
Teen Fiction¿Que pasaría sí a Maxon Lambels, un reconocido mujeriego de la fraternidad de Hesterg, le rompiera los esquemas Serena Halls?