Capítulo 2

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–Bien, eso a sido todo nos vemos en la próxima clase.– sonó el timbre y comencé a guardar mis cosas cuando el profesor dio por finalizada la clase. Adam no dejo de verme en toda esa hora y en verdad a veces solo tenía ganas de fulminarlo con la mirada para ver si así se detenía y dejaba de incomodarme, pero sabía que eso no serviría de nada y solo empeoraría las cosas; pensé que tal vez me equivocaba y solo dejaría de verme en algún momento, sin embargo eso nunca pasó y su mirada siempre se mantuvo sobre mí, o por lo menos la mayor parte de la clase.  Algo era seguro y es que no podía negar que su presencia era demasiado imponente lo que me causaba en ciertas ocasiones hasta escalofríos de solo tenerlo cerca, aunque trataba de no demostrarlo tanto.

Cabe decir que las miradas de Adam no habían sido las únicas encima de mí, parecía que era todo un Don Juan y la más emocionada con él era la chica de la voz odiosa, al menos eso deduje después de ver que no dudaba en asesinarme con la mirada cada vez que se daba cuenta de que Aaron me veía o yo a él, claro que no porque quisiera sino porque esperaba que así dejara de hacerlo. Suspiro pensando en que las clases iban a ser más tensas de lo que esperaba con esa chica y Adam aquí; sin quererlo había creado a una enemiga y... bueno, no sé como llamar a lo que es Adam.

Salí del salón y paré en seco al no saber qué tocaba o para ser exacta a qué salón tenía que ir, tardaría un poco en orientarme aquí y solo esperaba que eso no me trajera problemas por llegar tarde a todas las clases. Regresé mi vista al salón dándome cuenta de que Adam apenas iba saliendo y pensando por unos segundos si sería buena idea pedirle ayuda para orientarme, al final termine por juntar un poco de valor rogando para que mi dignidad no fuera pisoteada de nuevo. Me acerqué a él y le di unos toques en el hombro para poder llamar su atención así como lo había hecho hace unas horas antes y por suerte logré hacerlo,

–Disculpa, ¿de casualidad sabrás dónde queda el salón de literatura?.– pregunté de la forma más amable posible, cosa que por cierto, no se merecía dada su actitud la primera vez que le pedí ayuda y la cual fue la misma en estos momentos. Sus ojos se posaron en mi mano como si algo desagradable lo hubiera tocado y rodando los ojos quité mi mano pensando en si todo el tiempo se encontraba de malas o en verdad solo era contra mi.

–No.– su tono de voz fue de la misma forma monótona que la primera vez que le pedí ayuda, provocándome una risa incrédula.

–No puedo creerlo en verdad pareces mi abuela, aunque ella con menos energía que tú parece tener más palabras en su vocabulario.– murmuro con un tono de voz mas alto de lo necesario solo provocando que más de una mirada se pose en mí teniendo obviamente entre ellas la de Adam quien solo me fulmina con la mirada; estaba mas que segura de que ahora estaba pensando en más de una forma en las que podría matarme.

Oh genial, muchas felicidades Abril, eres la mujer con el mejor récord en exhibirse con todos y en tu primer día de Universidad.

Adam me veía con cara de pocos amigos y yo sólo quería que alguien en verdad acabara conmigo y con la vergüenza que estaba sintiendo en estos momentos, si es que eso era posible; así que no queriendo saber si Adam iba a asesinarme o no, solo sonreí de manera nerviosa antes de girarme y caminar rápidamente lejos de ahí, enfocándome en todo momento en poder alejarme de ahí y evitar un desastre. Estaba tan concentrada en escapar de su mirada asesina, que sin poder evitarlo termine chocando con una chica tirando con ella los libros que traía en mano. La chica no era como las que por lo general había visto en la escuela y no me refería al físico porque sin duda era una chica muy linda, sin embargo, la chica era de aquellas que eran por completo una come libros y que se la vivían estudiando, o al menos esa era la percepción que a mí me había dado.

–Oh mierda, lo siento.– murmuré mas que apenada quitándome lo más rápido posible de encima de ella, suficiente había tenido con mi estupidez como para que ahora no me apresure y siga aplastándola como tonta, en verdad comenzaba a creer que alguien me había hecho algún tipo de brujería, porque hasta ahora no había hecho más que puras estupideces.

El Secreto De AdamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora