Entro al baño con lágrimas ya rebaltando por mis mejillas y poniendo seguro para que nadie pase, me voy deslisando por la puerta hasta quedar sentada en el suelo y con la cabeza entre mis piernas. No lo entiendo....porque cuando él está siento miedo? Ni siquiera lo conozco y con tan sólo verlo me produce escalofríos y terror al verlo, ¿por qué?.
El sonido de la puerta intentando abrirse me despierta de mis pensamientos.
-Abril estás bien?.- pregunta mi madre preocupada. Seco rápido mi cara a modo de no verme más fea de lo que estoy.
-Sí mamá no te preocupes, es sólo que...mmm...me marié un poco con el vino.
-Estas segura?.- dice algo insegura.
-Sí, en un momento regreso, tranquila.
-Está bien hija, ya pedimos la comida, así que no tardes para que no se te enfríe.
-Sí mamá.- me levanté del suelo y me mire en el espejo, está hecha un asco, mi cara estaba un poco hinchada y roja. Me heché agua y poco a poco me fui recomponiendo. Arreglé mi ropa y le di otra mirada al espejo.
Contrólate Abril...es sólo un chico raro. Sí bueno....eso no sirvió de mucho.
Demasiado raro a decir verdad. Me dirigí a la puerta y regresé como sí nada hubiera pasado, me di cuenta que mis padres y los parientes de Adam no estaban, por lo que me arrepentí de inmediato de haber aceptado venir a cenar. Cuando llegué, ni siquiera tuve el valor de verlo, sólo agaché la cabeza mirando mis manos las cuales estaban temblando; estaba en el asiento de al lado de donde yo estaba, sentía su mirada pero no me atrevía a mirarlo.
-Dónde están mís padres?.- pregunté sin mirarlo. Ni siquiera pude controlar mi voz ya que había salido demasiado baja como para creer que me hubiera escuchado.
-No lo se, sólo dijeron que esperáramos aquí.- su voz salió fría y cortante, yo sólo moví la cabeza a modo de asentimiento.
-Perdón.- susurré.
-Qué?.- dijo confundido.
-Perdón por....escupirte encima.- por primera vez desde que regresé, subí la mirada encontrándome con esos ojos que a cualquiera hipnotisan, tenía las cejas fruncidas y me veía de una manera que no sabría muy bien cómo explicar. Parecía inmerso en sus pensamientos mientras que yo sólo lo era incapaz de apartar la mirada y con la misma sensación de miedo que tengo cuando estoy con él.
-Listo!! Todo arreglado.- salté del susto, apartando inmediatamente mi mirada de él, y giré encontrandome con mis papás y los de él sentándose.
-Que hacian?.- pregunto. Agradeciéndo interiormente por haber llegado antes de que hubiera colapsado por tanta presión.
-Nada, es sorpresa.- dijo mi mamá con cara cómplice a lo que yo sólo la mire raro y levanté las manos en forma "okey...que te vaya bien, es tú asunto".
-Entonces es su hijo?.- escuché que le preguntaba mi mamá a su amiga.
-No, soy su tía, pero él es para nosotros como nuestro propio hijo. Sus padres falleciron en un terrible accidente.- dijo melancolica, y no se sí fue mi imaginación o sí escuché bien. Pero Adam había murmurado algo en tono molesto, frunciendo el ceño.
-Oh! Lo lamento tanto...no quise incomodar.- se disculpa mi mamá.
-No te preocupes querida, eso ya pasó.- dijo regaladole una sonrisa tranquilizadora.
Mis padres seguían conversando mientras yo sólo retorcía mis dedos abajo de la mesa con nerviosismo y esperando que la cena acabara pronto.
Después de un rato, el mesero empezó a traer los platillos, los cuales olían demasiado rico. Además de que me regalaba miradas que para mi eran muy incómodas y que no evitaban que me sonrojara. El mesero era joven y creo que de al menos menor de 20 años, no puedo negar que era guapo, pero aún así me incomodaban las miradas que me daba. Los platos ya estaban servidos, así que empezamos a comer.
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El Secreto De Adam
Vampiro-¿¡Por qué siempre me vez!?... ¿¡Por qué siempre que estoy junto a ti siento miedo!?... ¿¡Por qué siempre que camino sola siento que me siguen y solo llega a mi cabeza que puedes ser tú.... tú, tú y siempre TÚ!?.- murmuro sintiendo que cada vez mi v...