Otro día había empezado, hace unas semanas había empezado con este trabajo de ser un Shinigami, no necesitaba comer o dormir, pero un lugar en el cuál estar es algo que me gustaría tener, ya me habían olvidado pero mi poesía seguía viva, por lo que me limité a simplemente hacer nuevos poemas que guarde para mí, siempre tuve un gusto por las flores, pues al verlas me recuerdan a mi amada, por lo que decidí abrir mi propia florería, además ya había pensado en dónde poner las rosas de memoria de las personas a las que rescatara, en el sótano, así nadie podría romperlas o perturbarlas. Una joven pareja había entrado a la florería, se veían inmensamente felices y ya tenían sus argollas de compromiso, sonriendo los vi preguntándoles qué clase de flores eran las que buscaban, la señorita me dijo que buscaba unos girasoles para su casa, la señorita se veía de armoniosa apariencia y emanaba un aura real como si se tratara de una reina, en cambio el joven mostraba un aura misteriosa como si se tratara de un enmascarado, tomé los datos de aquella pareja para luego llevarles el arreglo de flores. Días más tarde tenía ya listo el arreglo de la pareja por lo que fui a entregárselos, al llegar a su casa la joven se veía aún sonriente pero un poco decaída, su aura ahora era triste y no tenía la misma felicidad de hace unos días, le pregunte si le había ocurrido algo en los últimos días, la joven se encogió de hombros mientras veía a otro lado evadiendo la pregunta, tras de ella vi al joven acercarse a ella y abrazarla por la espalda, el joven mostrando una alegre sonrisa agradeció las flores y cerró la puerta, antes de que el joven cerrara la puerta pude ver el listón negro aparecer en el cuello de la joven, cerré fuertemente mi puño sintiendo un gran enojo, me alejé del lugar y al caer la noche regresé, entré a la casa tan sigiloso como una sombra, entré al cuarto de la pareja viendo al joven dormido solo en la cama, algo confundido cerré los ojos y prestando más atención en el entorno logré escuchar un tenue llanto. Salí de la habitación siguiendo ese llanto hasta llegar a la puerta de un baño, poco a poco fui abriendo la puerta viendo a la joven llorar a punto de cortarse las venas, me acerqué a ella y la detuve de inmediato, la joven llorando me vio rogándome que la dejara terminar con ese sufrimiento, yo tristemente la vi y la abracé con aferro llorando un poco, sentí los latidos de su corazón agitados y temerosos, la miré fijamente a los ojos y tomé su mano para levantarla, le sonreí levemente y tomando el listón negro en su cuello lo desamarré y la vi quedarse dormida poco a poco y como salía de su pecho la rosa de cristal, la cargué en mis brazos y la llevé a la sala, la recosté en el sofá y tomé la rosa en su pecho para después besar su frente y salir del lugar, a la mañana siguiente en las noticias apareció la muerte de la joven, mientras veía la rosa de cristal que mostraba lo que el joven le había hecho y de inmediato acudí con las autoridades, el joven fue encarcelado por abusar de la joven, lo visité en su encierro y le susurré que la muerte algún día llegaría a él y en ese momento estaría ahí para ver como sufría por su pecado.
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Memorias de un Shinigami
Fantasy"La vida es como una rosa, tan frágil, tan hermosa, tan llena de vida, pero como toda rosa posee espinas que lastiman".