Lápida 8: La ladrona de recuerdos

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Se ha alertado a todos los policías de la ciudad de una ladrona extraordinaria que avisa previamente a las autoridades sobre sus robos, parece ser que disfruta mucho humillando a los uniformados que resguardan el dinero y los museos de la ciudad, Smith me informó que de seguir así a esa joven me la encontraría en unos días, reabrí la florería tras un tiempo de receso que tomé para buscar a Lucía sin éxito alguno, me encontraba frustrado pero me relajaba al hacer los arreglos que pedían mis clientes, el día que se anunció el robo del siglo a manos de aquella ladrona, una joven visitó mi florería, se veía muy elegante y alegre, parecía tener unas orejitas de gato en su cabello y tenía la mirada de un salvaje felino listo para atacar, sonriendo le pregunté qué ocupaba y me pidió unas orquídeas, tuve que ir al sótano del edificio a recoger aquellas plantas y al subir vi que ya no estaba ni ella ni la rosa de mi amada, inmediatamente sentí un gran escalofrió recorrer mi cuerpo y salí rápidamente a buscarla dejando el ramo de orquídeas en la mesa, poniéndome mis guantes de Shinigami corrí en busca de aquella ladrona sin éxito alguno, hasta que escuché un disparo a la cercanía, corrí inmediatamente al lugar y la vi a ella sentada en el suelo y recargada a una pared, tenía en su rostro aún una sonrisa muy confiada, como si no le importara la bala en su hombro o la sangre que perdía, me acerqué a ella viendo que aún estaba viva, le pregunté el por qué se había llevado la rosa y me respondió que por que alguien se la había pedido, el nombre de la ladrona era Selene, cargándola en mis brazos la llevé de nuevo a la florería para tratar su herida, le pedí de nuevo la rosa y me la devolvió con gusto, quien le había disparado parecía ser su viejo compañero, que se encontraba celoso por su fama, al terminar de tratar sus heridas le di su ramo de orquídeas y un pequeño broche con un moño, algo apenada me pidió si podría darle refugio hasta que fuese a realizar su robo, acepté algo pensativo con la condición de que no me fuese a robar de nuevo, aceptó mis términos y la dejé en el cuarto de huéspedes que tenía en la florería, usaba ese cuarto para recostarme en las noches después de trabajar, ella se preparó y se puso su disfraz, al caer la noche sólo pude ver como salía de la ventana, como una sombra sin decir nada, la seguí esperando lo mejor. Al ponerse la luna sobre el banco más grande de la ciudad sólo yo pude ver cómo se introducía al edificio sigilosamente, siguiéndola vi el método que usaba y me sorprendí viendo su habilidad, era algo simplemente maravilloso, su elegancia al moverse y esquivar la cámara era fabulosa, se movía con el viento con mucha gracia, al final del robo salió por la puerta principal triunfante con un antifaz en su rostro con toques felinos, los guardias rápidamente trataron de atraparla sin éxito alguno, Selene arrojó una bomba de humo al suelo y desapareció con el viento, la seguí a la distancia sin que se diera cuenta hasta llegar a un lugar a las afueras de la ciudad, estaba algo descuidado pero se veía que tenía vida, apareciendo tras de ella tome su hombro y ella de manera automática me dio una cachetada que me tiró al suelo, sorprendida y apenada se disculpó conmigo y me preguntó cómo es que la había seguido, le respondí que era un secreto y le ayudé a cargar unas bolsas del botín del banco, al entrar vi que ella era la mayor de tres hermanas y empecé a entender por qué hacía lo que hacía, se veía que sus hermanas la admiraban demasiado y les sonreí, fui con Selene a la cocina mientras sus hermanas jugaban en la sala y le prometí que guardaría su secreto, después de eso toqué su frente y le borré los recuerdos de haberme conocido.

Selene fue conocida como la ladrona más grande de aquella ciudad pero en mi mente sólo tenía una pregunta que ella no podría responderme, ¿quién le pidió robar la rosa de mi amada?

Memorias de un ShinigamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora