Una noche despejada, una luna roja como la sangre iluminaba la inmensidad del cielo, en las calles solo había silencio y aquella rojiza luz de la luna, se podían ver movimientos en las sombras, silenciosos, sigilosos, mortales... La ultima movida de esos seres que hace tres meses nos atacaron a Smith y a mí secuestrando a Lucía, la gente solo caía en las calles y dormían para no despertar, parecían estar en un estado de coma permanente, sentí como si me estuviesen drenando todas mis fuerzas, creí que caería como mis vecinos pero no fue así, desperté de golpe con la rosa de mi amada en mi pecho, me protegió, incluso después de todo lo ocurrido me protegió, me vestí lo más rápido que pude y me coloqué mis guantes, salí de mi florería lo más rápido posible viendo el terrible escenario que presentaba esa noche, trate de despertarlos pero era inútil, alguien había tomado sus almas dejando sus cuerpos como simples cascarones vacíos, sentía una enorme impotencia al no poder salvar a nadie en ese momento, llegué al casino donde creí que podría encontrar a Julieta, era lo mismo, la gente tirada en las mesas y en el suelo, por lo visto algunas personas habían ganado en las maquinas, no pude evitar pensar lo felices que estarían al despertar, adentrándome más en el casino vi a Julieta en una escena que hubiese preferido no ver, se encontraba cubierta por varias cartas, muy lastimada y sin señales de movimiento, sabiendo que era un Shinigami pensé que podría ser una especie de broma de mal gusto pero no fue así, frente a ella había un montículo de naipes dispersos en el suelo y en la cima se encontraba el as de picas que en su interior tenía su imagen, apretando mis puños con furia recolecte su alma, la única que se encontraba en ese casino, decidí ir al cuartel para ver que había pasado con Smith, la puerta del mausoleo se encontraba tirada en el suelo y todas las lápidas del cementerio se encontraban abiertas, en lo que intentaba acercarme al mausoleo sentía el aire más pesado, sentía una presencia lo suficientemente fuerte para hacerme temblar y titubear en la idea de entrar o no, decidí darme un golpe en la cara para tratar de despejar mi mente de esos pensamientos y adentrarme al mausoleo, vi a varios ex Shinigamis tirados en el suelo y escuché un ruido proveniente del cuarto donde se encontraba la entrada a la oficina de Smith, me puse alerta, definitivamente eran esos sujetos, ¿cuántos serán? Es imposible que un solo hombre haya acabado con todos ellos, entré a la habitación, efectivamente él no estaba solo, pero, me sorprendí demasiado al ver que Lucía era quien lo estaba ayudando a abrir la entrada a la oficina de Smith –Lucía, eres tu ¿verdad?, ¿Por qué lo estás ayudando? ¿Qué has hecho con ellos?- pude escuchar su voz tras de mí y de inmediato salté quedando en medio de ese sujeto y Lucia mientras esta decía –Sólo les doy lo que siempre quisieron, la muerte- sentí un escalofrió al ver la inocente sonrisa en su rostro mientras decía esas palabras, logré divisar aquél listón blanco en su cuello y volteó con odio hacia donde estaba ese sujeto – ¡¿Qué es lo que le has hecho?!- Dije con furia mientras me abalanzaba hacia él con muchas ganas de molerlo a golpes, no pude hacerlo, Lucía se puso frente a él extendiendo sus brazos y tuve que detener el golpe a escasos centímetros de la cara de Lucía –No la estoy obligando a nada- dijo con una risa burlona el sujeto de la gabardina blanca –Sólo le di un pequeño incentivo para que me apoyara- me mostró la rosa de los recuerdos de Lucia mientras sacaba una rosa negra de su pecho –Tu eres como yo, estimado Shinigami, sólo que yo decidí no creer todas las mentiras que me dijo Smith, yo sabía que había forma de traerlos de vuelta a todos, pero él nunca quiso decírmelo, ahora quiero arrebatarle su poder para poder cumplir mi sueño, hacerla despertar, y para ello ocupo esto- El sujeto golpeó el espejo de obsidiana y abrió un portal a la oficina de Smith, inmediatamente saltó pero Lucía se quedó evitando que yo pudiese cruzar para detenerlo – Entonces si quiero pasar, tendré que derrotarte...- Tristemente me puse en guardia para iniciar el combate –Tranquilo, esto no tardará mucho- una sortija en la mano derecha de Lucía se ilumino y esos rayos de luz le dieron nueva vida a los cadáveres de algunos Shinigami que ahora estaban bajo su control por los anillos negros que ahora poseían, uno por uno los fui golpeando sin resultados, terminaron arrinconándome en el suelo sin ninguna escapatoria, creí que sería mi fin, fui sujetado de brazos y piernas por quienes solían ser mis compañeros, en ese momento vi como mis ex compañeros regresaban a la muerte mientras Lucía empezó a elevarse lentamente, quien la estaba levantando era Smith, pero ahora se veía diferente, sus ojos brillaban con un intenso color verde oscuro, tapó los ojos de Lucia con una venda y la dejó dormida en el suelo, me vio con una ligera sonrisa por unos segundos y luego fue apuñalado por la espalda por el sujeto de la gabardina –¡Mi nombre es Maikel y he vencido a la muerte!-
ESTÁS LEYENDO
Memorias de un Shinigami
Fantasy"La vida es como una rosa, tan frágil, tan hermosa, tan llena de vida, pero como toda rosa posee espinas que lastiman".