Natsu.Escuche a lo lejos que algunas personas se acercaban al lugar. Tenía que irme de ahí lo mas pronto posible. Pero con Lucy así, sería complicado.
—¡Mierda!
La cargue, su cabeza quedo pegada a mi pecho. Camine con seguridad al techo del lugar.
Las llamas seguían quemando la piel de esos tipos hasta morir. Pero con Lissana era otro caso. No merecía algo tan bueno como la muerte.
Seguí mi camino hasta que sentí como la mano de Lucy acariciaba mi pecho. Se ha despertado.
—¡Lucy por fin despiertas! ¿Qué te duele?
Alzó su cabeza viéndome a los ojos.
—Regresaste...
Sus ojos se llenaron de lagrimas. ¡Oh por Mavis! A pesar de su sentir. Me gusta verla así. No. En realidad me gusta todo de ella.
—Tranquila preciosa, aquí estoy para ti.
Llegue al techo y la coloque en el piso, sentada.
—Me duelen las costillas, me patearon entre todos. Y esa... ¡Joder como duele! Esa tipa azoto mi cabeza contra el pavimento.
Apreté mis puños. Tanto que escurrió sangre.
—Nena, necesito que confíes en mi. Mi fuego te rodeara. Incluso podrás sentir dolor pero será por que comenzaras a sanar. No te quemare. Jamás te lastimaría.
Me miro con una mueca de dolor.
—Ya me has lastimado. Solo hazlo.
Eso fue una patada en los bajos.
Su cuerpo comenzó a llenarse de fuego, y su cara era de espanto total.
Supongo que sintió dolor pues abrió los ojos como platos. Y después comenzó a llorar.
Me senté junto a ella, la jale hacia mi para que quedara frente mío. La apoye en mi. Abrazándola y enterrando mi cabeza en su cuello.
¡Extrañaba su olor!
—¡Oh mierda! ¡Hijo de puta! ¡No aguanto!
Grito mientras comenzaba a retorcerse.
—Solo un poco mas nena, aquí estoy para ti. Cierra tus ojos y escucha mi voz. Céntrate en mi.
Asintió mientras ponía una mano en mi brazo y la apretaba con mucha, mucha fuerza.
—Comenzare desde el principio. Soy Natsu Dragneel. El pequeño D.S que salvaste hace meses atrás. Gracias a ti crecí. Crecí para volverme un verdadero D.S, y no solo eso. Tu me ayudaste a ser lo que mi sangre demanda. Gracias a ti soy un Rey pues mi padre me lo ha dicho. Yo realmente no lo sabia. Tal vez no lo recordaba. No lo se. Pero descubrí algo jodidamente hermoso. ¡Al fin encontré a mi protegida! Un chica hermosa. Su sonrisa, su cabello, sus ojos. Y venga, seré un descarado. ¡Su cuerpo esta delicioso! Es como un merecido banquete para un rey. Al fin me deshice de Lissana. Ahora tendré que ir por mi protegida. Pero sabes, mi protegida se ha vuelto un poquito famosa y sus fans la reclaman, y a pesar que solo necesitan un autógrafo y fotografía tuya. Me cela.
Me pone de celoso saber que te quieren para ellos. Y créeme. Soy un dragón. Mis instintos son salvajes. Y tu preciosa, no te comparto con nadie. Soy un dragón muy, pero muy posesivo. Te quiero nena, te quiero solo para mi.
¿Qué dices, ahora quieres que yo cuide de ti como tu lo hiciste ahora que estas indefensa?
Las llamas que la rodeaban comenzaban a apagarse.
Me separe de su cuello no sin antes darle un beso. Sentí que se movió separándose un poco.
—¿Indefensa? ¿Enserio crees que estoy indefensa ahorita?
Sin darme oportunidad, se volteo, dándome una muy, pero muy buena bofetada.
—¡Qué no se te olvide que podré estar muriéndome del dolor, pero cuando la rabia me inunda me sale la Cruela de Vil y te parto tu madre!
Enseguida se pego a mis labios y yo con gusto la acepte. Al fin puedo ser feliz.
¡Carajo! ¡Elegiría esta vida una y otra vez!
—¡Y nunca, escúchame bien! ¡Nunca te atrevas a dejarme sola una vez mas porque juro que voy a donde estas escondido y se te va a ir el Rey dragón por otro lado! ¡Idiota! ¡Te fuiste sin despedir! ¿Y sabes que paso ese día? ¡Gaste 50 dólares por un pastel de chocolate! ¡El cual termino en la basura! ¡Maldito volcán! ¡Tonto! ¡Tonto! ¡Tonto!
Dijo pegándome en el pecho.
—Discúlpame Lucy. ¿Me perdonas princesa?
—Solo si no vuelves a irte de mi lado nunca mas.
—Te lo prometo.