Epilogo.

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Ha pasado 6 meses desde ese día. El día en que jamás me separe de ella.

Loki, el chico que cuidaría  a Lucy en ese entonces de la firma, nos contó que encontraron a Lissana en pésimo estado, pero no muerta.

Y los demás, habían quedado en cenizas.

A Lissana la acusaron de fraudes, secuestros e incluso de estupro.

¿Realmente se metía con niños? ¡Qué necesitada!

Mientras que Lissana pagaba todos sus errores y estupideces. Yo al fin era completamente feliz. Tenía a Lucy conmigo.

—¡Hey! ¡Despierta! ¿Hay alguien ahí en esa cabezota de dragón que tienes?

Sonrei.

—Si, solo tu.

Se paro de puntillas y me dio un beso.

—Muy bien por que si no te dejo sin hijos.

Sonreí.

—¿Acaso me estas pidiendo que te haga un hijo?

Ronronee y ella solo entrecerró sus ojos.

—No estaría mal dragoncito.

Y se fue. Ella necesitaba bañarse pues iríamos de paseo. Un paseo que se que no olvidará. Y claro, empezando de que ya son las 8 de la noche. Partiríamos a las 9 al lugar.

Mientras ella se duchaba yo revisaba una y otra vez la bolsa de mi pantalón.

¡Joder! ¡Solo falta que lo olvide o pierda! ¡Toco madera!

Me senté en el sofá, saque ese pequeño y delicado objeto.

¿Le quedara? Claro lo medí cuando estaba dormida.

Lo guarde nuevamente y cerré mis ojos.



—¡Ya estoy lista! ¿Natsu? ¿Amor? ¡Despierta bello durmiente!

Abrí lo ojos de golpe y me quede con el ojo cuadrado.

—Estas... Bellísima.

Sonrío apenada.

—Gracias, ¿nos vamos?

Asentí, me levante y si que era mas grande que ella, era la altura perfecta para que su cuerpo se moldeara al mío. Caminamos a la puerta pero antes, Lucy se asomo al espejo que teníamos en la entrada, solo para fijarnos que íbamos bien vestidos, aunque en realidad solo era para ella.

La vi y para mi siempre se vería hermosa, aunque estuviera con un pantalón de deporte, sandalias e incluso con el maquillaje corrido.

—Preciosa, ¿te he dicho que eres solamente mía?

Pase mis brazos por su cintura y recargue mi cabeza en su hombro.

—¡Una y mil veces! ¡Y créeme que no me canso!

—¡Umm! ¿No te cansas? ¿Quieres que te canse?

Levante una ceja divertido. Me gustaba jugar con ella. Siempre, solo con ella.

—¡Venga Natsu! Vamos a dar un paseo y si no estoy tan cansada, jugaremos guapo.

La pegue de golpe a mi cuerpo. Claro que ella podía sentir perfectamente mi dura erección.

Mi guardián.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora