Por fin vacaciones de verano. Rompemos con la rutina, el frío, los exámenes...y rápidamente nos acostumbramos a las horas de luz, las noches de fiesta, las piscinas... Por fin llegó todo lo bueno.
Salimos del insti casi corriendo para llegar a casa, arreglarnos y salir a dar la bienvenida a las vacaciones. Todos íbamos con las notas en la mano. Unos llorando, otros alegres...incluso gente riendo. Por suerte yo era de las que no se preocupaba porque mis notas eran bastante buenas.
Llegué a mi casa, pero no había nadie. Mi padre trabajaba y mi madre fue a recoger a mi hermano del colegio. Me quité la ropa y me puse mi camiseta corta favorita, unos shorts vaqueros y mis zapatillas. Empecé a maquillarme: pintalabios, raya, un poco de rimel... En ese momento llegó mi madre con mi hermano. Me felicitó por las notas y la dije:-Mamá nos vamos a comer. Creo que me quedaré a dormir a casa de Maddie, si no vengo a las diez, estoy en su casa ¿vale?
-Vale, ten cuidado- me respondió.
Salí de mi casa y fui a recoger a Maddie. Juntas nos fuimos a comer con unos compañeros de clase. Por suerte estaba él, Lucas, el chico por el que llevaba pillada casi todo el curso. Era más alto que yo, con el pelo rubio, ojos verdes y un piercing en el labio. Le conozco desde que tengo uso de razón, era mi amigo de toda la vida, pero este era el primer curso que estábamos juntos, tonteábamos y hablábamos mucho y sentía algo más por él. Comimos y noté algo raro. No era el mismo. Es como sin tuviera un problema, una preocupación.
Ya estábamos de camino al campo, osea, la zona de la fiesta. Cuando llegamos, automáticamente cogí el vaso y empece a mezclar.
-Tía, ¿ya vas pedo?- me dijo Maddie.
-No eres la mejor para decirme eso eh- la contesté riéndome.
De repente me topé con Lucas
-Ey Lucas no vas mal- le solté.
-Hoy he decidido no beber- me responde. No tenía buena cara, a lo mejor estaba malo, Lucas siempre se emborracha con Calum, su mejor amigo.
-¿Y eso? Si siempre bebes-
-Alguien sobrio tendrá que cuidarte y Maddie no creo que lo haga bien- dice mirándola.
Tenía el corazón en el cuello. No sabía qué decirle, por eso sonreí y me fui. Acabó la fiesta y se iba todo el mundo. Se supone que yo me iba con Maddie pero no sabía dónde había ido. Una mano me tocó la cintura, Lucas.
-Ven un momento por favor- me dijo.
-¿A dónde vamos?- pedí explicaciones.
-Sólo quiero hablar. Confía en mi.
Me llevó hacia un banco y se sentó. Después, sin pensarlo, me senté encima suya cara a cara. Apoyé mi cabeza en su hombro y él me abrazó.