6-¿Te burlas de mí?

51 3 0
                                    


¿Cómo podía reírse de mí y ser tan guapa? Era la primera vez que hablaba con ella, no sabía su nombre, apellido, edad, si tenía pareja... Solo la conocía de verla en los pasillos. De ver como se movía su pelo rubio al caminar... Pero verla sonreír me bastó.

-¿De qué te ríes?- No pude evitar soltar una sonrisa al verla.

-¿El Gran Tobias?- rió, haciendo que me sintiera extraño por primera vez. - ¿Qué tienes, cinco años?

-¿Te burlas de mí?- Me acerqué todavía más a ella.

No podía evitar estar cerca de ella. ¿Qué era ese dulce perfume? ¡Me estaba volviendo loco! Sus ojos verdes me miraban y su cabello rizado me gritaba que quería ser entrelazado entre mis dedos...sus labios rosados que querían que yo me acercara.

-Tal vez. - Logró apartarse de mí.

Y se marchó. Era la primera vez que me llamaba para que hablásemos, y como claramente está enamorada de mí, supuse que era para declararse. Oh, Dios, ¿Quién en su sano juicio no se me declararía? Pero no, aquella chica había ignorado mi belleza e incluso me había llamado idiota. Solo quería hablarme porque mis fans (que deben ser muchas) habían colgado una foto suya nosédónde que le molestaba. Pero bueno... No podía preocuparme de ella ahora... Tenía cosas más importantes que hacer.

Mientras veía cómo se marchaba me entraron unas ganas repentinas de hablar con ella y preguntarle más cosas, pero en vez de eso suspiré y miré el cielo.

Me había saltado una clase discutiendo con la rubia, y ahora debería pedir apuntes a alguien. (Que seguramente acabaría siendo Ryan).

Ryan era mi mejor amigo de toda la vida, y cómo no, era guapo, al igual que yo. Eso sí, superarme no podía... (Nadie puede). Él era algo así cómo todo lo contrario a mí: tenía el pelo claro, los ojos oscuros, era atento, listo, agradable, nada creído... Ryan era...Ryan.

Llegué a clase a la siguiente hora, haciendo que todo el mundo se girara a mirarme. Ryan ni se inmutó, como si fuera normal, pero en cuanto me senté a su lado, me atacó:

-¿Te has besado con ella? - Me acusó.

Ambos nos sentábamos al fondo de la clase; así yo podía descansar sin que la profesora me riñese y él podía coger apuntes tranquilo a la vez que hablábamos sin que nadie se enterase de nuestra conversación. Me quedé mirándolo sorprendido mientras me llevaba las manos a la nuca, como solía hacer, y ponía los pies encima de la mesa, sentándome más cómodamente. Él, tras ver que no le contestaba me lanzó los pies al suelo, me miró de nuevo y dijo:

-Eres un cerdo. ¿Lo has hecho? ¿Sabes que hará Michelle si lo descubre? ¿Porqué siempre haces lo mismo con tus novias? Sales con una, pero tras conseguirla te aburres y te vas con otra. Eres un infantil, Tobias. -Acabó con el discursito.

No me dolió en absoluto lo que dijo. Al fin y al cabo, era verdad.

-¿Has acabado ya? -Pregunté recostándome en la mesa, esperando que así la profesora que acababa de entrar no se diese cuenta de mi presencia. - No hemos hecho otra cosa que hablar, Pepito Grillo, no te preocupes. - Le di palmaditas en la cabeza para tranquilizarlo, pero solo consiguió molestarle más.

Me apartó la mano con desprecio y atendió a la clase mientras yo dormía.

-¿De qué hablábais?- Me preguntó mientras tomaba apuntes de la pizarra.

-Al parecer mis fans le han tomado una broma pesada. Han colgado una foto suya vergonzosa donde se burlan de ella. - Recordé la cara que tenía en la imagen.

Su pelo, que caía hacía delante como su cabeza, soportada por sus dedos, que la cogían del tabique nasal en señal de derrota, cansancio o incertidumbre. Su cara era la típica cara que gritaba '¡¿Porqué a mí?! No sabía quienes eran aquellos dos chicos, pero no sabía por qué no aceptaba a uno de ellos, que no era demasiado feo. Sí, el castaño y con la piel más pálida. Recordaba haberlo visto por los pasillos, pero no tenía ni idea de cómo se llamaba.

Ryan calló, dejándome en la cabeza el pensamiento de aquella rubia de la cual desconocía el nombre. De verdad era guapa...y recordaba que desde hacía tiempo cruzábamos miradas en los pasillos. De seguro estaba coladita por mí. Sonreí para mis adentros, recordando cómo se había sonrojado al cogerla de la cintura y atraerla a mi pecho. Debía divertirme más con ella, lo tenía claro.

-¿Sabes que estás sonriendo como un idiota?- Oí a Ryan.

-Oye, ¿Tu sabes su nombre?

-¿El de quién? ¿El de tu novia? Que se llama Michelle. - Me acusó, mirando a la pizarra serio.

-No, el de la rubia.

Suspiró cansado de mí.

-No, no lo sé. Pero recuerda que tienes novia - Repitió por enésima vez. - Así que será mejor que dejes de pensar aquello que planeas, Tobias. Tú tienes a Michelle, ella es guapa y agradable y...

-Y aburrida. - Añadí recordando la última vez que tuvimos una cita.

Fui a....fui a...es demasiado perturbador cómo para decirlo... ¡A comprarle ropa! No hay otra cosa que los hombres odiemos que oír a una chica preguntarte qué camisa le queda mejor cuando todas son iguales. "¿Cuál me queda mejor amor? ¿La azul, la celeste o la azulada?" ¡Pero si era el mismo color! Y lo que es peor...otro día me mandó...solo.... A comprarle...¡Tampones! ¿A quién se le ocurre?

-Además ya llevo mucho con ella...

-Tobias...- Me regañó.

-¿Cuánto es? ¿Tres meses ya?

-Ha sido una semana y media. - Corrigió.

-¡¿Tan poco?! Pues a mí se me ha hecho eterno, tío.

-Eres increíble.

-Lo sé, me lo suelen decir. - Sonreí.

Mi no tan 'CRUSH'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora