18-¿Debería estarlo?

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Skyler

Siempre he odiado las primeras horas de clase porque se hacen muy pronto. Aquel día me tocaba Francés a primera hora, y como no, examen oral... Yupi...

En esta clase no estaba ni con Penn ni con Anne y Jane, así que se me pasaba demasiado lenta. Salimos de clase incluso diez minutos antes de que fuera hora. Me esperé fuera de clase a que fuera la hora.

—¿Te han echado de clase, Rubia?

Me giré y encontré una sonrisa de un chico de ojos miel. Sonreí ante su pregunta, pero no contesté:

—Si es así tendré que castigarte...—Sonrió de una forma algo malvada.

Se acercaba a mí con aquella mirada y aunque intentaba no reír, no pude evitarlo. Antes de que besara le paré con la mano y dije:

—Siento decirte que he sido una niña buena. No hay porqué darme un castigo.

—¿Oh, entonces has sido un angelito? Te mereces un premio.—Se acercó de nuevo para besarme y a pesar de que volvía a reír, me besó suavemente.

Se alejó de mi boca con una sonrisa estúpidamente mona en su boca.

—¿Qué te toca ahora?

—Seguramente algo más a aburrido que estar aquí contigo.

Le contesté con un suave golpe en el hombro que él contestó haciéndome burla, acción que me pareció graciosa e imité.

—Mira la parejita, que monos—Se oyó una voz que se acercaba a nosotros.

Encontrarme con la cara de Michelle nunca me había agradado, y esta vez no cambiaría. Llevaba una camisa que dejaba poco a la imaginación y un pantalón ceñido que dejaba marcarlo... todo. A pesar de no ser muy bajita llevaba unos zapatos con tacón, cosa que con todo el conjunto le hacían... llamar la atención.

—Hola Michelle, siempre es un gusto verte.

Ella respondió con una mueca de asco y cruzándose de brazos:

—¿Ya no estás con esa chica gordita?—Sonrió con maldad.

—No.—Le devolví la sonrisa imitando su voz chillona.—Creía que la neurona te llegaba para darte cuenta de con quién estoy ahora.

Se enfadó mucho, pues su cara pareció volverse roja:

—Al menos no voy tras mis sobras, como otras—Me pareció oír mi reputación caerse.

Tobias podía ser como era conmigo, pero antes había estado con más chicas, y de entre las peores, estaba Michelle.

—Cariño, si tuviera que ir tras tus sobras, podría montar un buffet.

Y con la cara como un tomate, las uñas clavadas en sus manos y refunfuñando, dio media vuelta y se marchó. Una vez lejos Tobias decidió hablar:

—Wow, parece que no necesitas mi ayuda con ella.

—Me sé defender solita, tranquilo.

Me besó la frente antes de entrar en clase:

—Espérame antes del recreo-me guiñó un ojo.

Ni siquiera esperó a mi respuesta, pues entró en clase mirando como el profesor le dedicaba una mirada de odio, pensando seguramente '¿Ya, Tobias?'.

Reí al ver su cara sonreír al profesor como con falsedad y guardando un 'Ups' en la mirada.

Él trajo a Ryan y yo llevé a Penn conmigo ya que las otras dos tenían examen en la hora del recreo y necesitaban empezar cuanto antes.

No entendía por qué, pero me sentía realmente incómoda allí. ¿Porqué?

Tobias

¡¿Se podía saber qué coño hacia Penn al lado de MI chica?! Creía que sería un almuerzo solo entre la rubia y yo, pero de repente apareció esa chica y Ryan, quien solo quería fastidiarme.

Querría haber estado sola con Sky para poder hablarle de la fiesta que mi padre había organizado, pero ahora no quería decirlo delante de aquellos dos.

Además me había imaginado otra situación. Como ella dándome de comer de su almuerzo, o ella diciéndome que podía acostarme sobre su regazo... Pero no podía ser más diferente.

Se encontraba entre Ryan y Penn y conmigo delante, mirando con mala cara a Penn, quien no era menos y me devolvía una mirada de incredulidad mezclada con rabia. La rubia compartía su comida con su amiga mientras hablaba con Ryan de cosas triviales. 

Me tumbé sobre el pasto debería ser yo quien hablara con ella y comiera de su misma comida.

Entonces vi que Penn le susurraba algo al oído de la rubia que le hacía sonreír y casi reír. Ver aquella cara de felicidad por un momento me llevó a la gloria, pero me daba mala espina saber lo que su amiga gordita le habría dicho.

Skyler

Mientras Ryan y yo hablábamos, Penn se acercó a mi oído. Se cubrió la boca para que nadie le leyera los labios y susurró:

—"¿Se puede saber por qué tu novio me mira como si mereciese morir entre terribles sufrimientos?"

Reí por aquello último y en cuanto vi que Tobias estaba tumbado sobre la hierba mirando el cielo con algo parecido al enfado, me di cuenta de que tal vez sí que quería matarla. Pero todo eso eran celos.

—Tobias, ¿te pasa algo?—intenté jugar un poco con él en su estado.

Giró la cabeza:

—¿A mí?—Oh, oh. Había enfado en aquel tono...—Qué va...

Miré a Penn y enseguida lo entendió:

—Ryan, me acompañas a...

—Claro—se levantó antes de que acabase de hablar y le sonrió a Penn causándole un leve sonrojo.

Una vez se marcharon me acerqué a Tobias y acabé por sentarme a su lado:

—¿Es que estás celoso de Penn?

Intenté decirlo como si fuera algo sin importancia, algo trivial para mí, pero acabó sonando un poco a que me hacía gracia, cosa que le enfadó.

Abrió uno de los ojos y se me quedó mirando durante unos segundos, que se me hicieron eternos, pues podía incluso oír el acelerado latido de mi corazón al ver sus ojos. Él se sentó sobre la hierba y mirándome con una sonrisa pícara se acercó a mi cara:

—¿Debería estarlo, Skyler?—Dijo lentamente y con una voz sensual.

Que se acercara a mí con esa mirada, me hablase con esa voz y sonriese de esa forma era capaz de hacerme morir allí mismo. Ni siquiera me planteé el contestarle pues no podía dejar de mirar como sus labios se movían formando mi nombre en un sonido glorioso. Pocas veces me llamaba por mi nombre, pero cuando lo hacia, sabía como provocar un caos en mi interior.

Mientras observaba como se acercaba a mí desee con toda mi alma que sus labios llegasen al fin a tocar los míos. Cerré los ojos, esperando su contacto, pero nada llegó, en cambio un sonido de cámara se hizo presente.

Abrí los ojos al instante y me encontré con la sonrisa traviesa de Tobias y su móvil apuntando mi cara.

—Esta me la guardo y me la pongo en mi habitación.—Sonrió con malicia mientras miraba la foto.

Me puse como un tomate, logré por un instante ver la imagen y se apreciaba claramente mis deseos de ser besada por él.

—Ah, no, ni se te ocurra.—Intenté cogerle el móvil y borrarle la imagen.

Apartó la mano y me hizo caer sobre él, me miraba con aquella travesura tan suya mientras mantenía alejado el móvil de mi alcance. Me quedé mirando sus ojos durante un instante hasta que de repente su otra mano se colocó en mi nuca, llevándome al fin a mi tan deseada meta.

—Idiota.—Mascullé a centímetros de su boca.

Acabé de apoyar mi cabeza sobre su pecho y allí suspiré.

—Yo también te quiero, Rubia.—Noté su mano sobre mi cabeza.

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⏰ Última actualización: Mar 18, 2020 ⏰

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