10-Pelea de pareja

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No podía creer lo que estaba haciendo. Sabía que solo quedaba una manera de olvidarlos de verdad. No quería volverlos a ver.

Cogí las mejillas de Penn y sin dejar que la gente que nos miraba lo viese, puse el dedo gordo entre los labios de Penn y los mios; no pensaba besarla de verdad.

Ahora nos encontrábamos muy cerca y nuestros labios solo estaban siendo separados por mi dedo, que la gente no pareció notar por sus caras de asombro.

Tras unos segundos me separé de mi amiga, quien estaba roja como un tomate a pesar de ser un beso falso. Las caras de Connor y Andrew no supe si me hicieron gracia o dieron pena. Lo único de lo que estoy segura es de que se creyeron que la había besado.

-Y ahora, si nos podéis dejar en paz...- Cogí del brazo a Penn y nos marchamos de allí.

Me dio mucha impresión ver a todo el mundo mirando la escenita. ¿Qué les importaba a todos ellos lo que hiciese en mi vida?

Me giré de nuevo, viendo como toda la gente se marchaba y allí solo se quedaban Andrew y Connor, mirando donde antes había estado con Penn. Detrás de ellos pude diferenciar una figura familiar, ¿Tobias? Me miraba con seriedad mientras su amigo intentaba llevárselo lejos de allí para poder volver a casa.

Tobias

-Me ha mentido...- Me di cuenta de ello una vez estaba dentro del coche de Ryan. - ¡Me ha mentido!- Repetí dándole un golpe al salpicadero.

-Como vuelvas a darle así a mi coche, te dolerá más la hostia que te daré. - Amenazó Ryan, el amo del coche.

Yo tenía el carnet de conducir, pero no el coche, que se estaba arreglando en el taller. Últimamente debía ser Ryan quien me recogiese y me llevase al instituto. Él adoraba su coche, si se te ocurría algún día entrar con comida en él, podías preparar tu tumba. Ryan conducía un Maserati de segunda mano pagado a mitad entre él y su padre. Había estado mucho tiempo trabajando en lugares asquerosos y ahora no podía estar más orgulloso de su coche. No lo culpo, era hermoso, de seguro le había puesto nombre y cuando no había nadie le acariciaba. Era un coche negro y realmente de su estilo. Creo que si fuera mío, no dejaría a nadie entrar en él...

-Además, ¿qué más te da eso a ti?

Ryan tenía razón, no debería importarme, pero, a pesar de ser consciente, me preocupaba. La rubia estaba con aquella chica gordita, ¿cómo podía haberme ignorado por esa? ¿Y por qué me mintió? No parecía mentir cuando me contó aquello y cuando vio a su amiga en la foto. Parecía realmente preocupada.

-Voy a dejarlo con Michelle.

Ryan rodó los ojos mientras adelantaba todos los coches que encontraba delante de él. Sabía que debía decírselo a pesar de que no quería que pasase. Aún dudaba de si a él le interesaba Michelle, pero bueno, ¿Quién no tendría una oportunidad con ella? Si sale con las piedras... piedras guapas, al fin y al cabo, pero bueno...

-Bien, ¿Y qué harás después Romeo? ¿Irás a la habitación de esa chica a cantarle tu amor?

-Yo no canto... - Negué rotundamente imaginándome bajo la ventana de la rubia vestido como un pardillo con una guitarra.

-Te recuerdo que está con esa chica de gafas.

Miré a otro lado bufando:

-No es como si hubiese dicho que dejo a Michelle por la rubia.

Se hizo el silencio en el coche y entonces paró delante de mi casa. Por la ventanilla pude ver que Bob nos observaba por la ventana que daba fuera: debía sacar a pasearlo ya. Ryan me golpeó el hombro, logrando asustarme pero no hacerme daño.

Mi no tan 'CRUSH'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora